La «abstinencia digital» en Cuaresma es un icónico sacrificio moderno, sobre todo si se cambia por oración, relaciones personales y crecimiento espiritual.
Tradicionalmente, los católicos hemos asociado la cuaresma con la abstinencia de comer carne los viernes, pero en un mundo cada vez está más digitalizado, ¿por qué no considerar también una «abstinencia digital»?
Apaga el móvil y enciende el alma: el poder de la abstinencia digital
Las pantallas, aunque útiles, pueden convertirse en una distracción constante, robándonos tiempo que podríamos dedicar a ayudar a los demás, a la oración, a la lectura… San Ignacio de Loyola decía que «el enemigo más peligroso del alma es el apego desordenado». Hoy, ese apego puede ser a nuestro teléfono.
La abstinencia digital es un sacrificio con sentido para no ser una persona consentida, que se deja arrastrar por los vientos de cualquier clickbait.
La abstinencia digital no significa renunciar por completo a la tecnología, sino usarla con moderación y acierto. Los viernes de Cuaresma, días tradicionales de penitencia, pueden ser una oportunidad perfecta para reducir el tiempo que pasamos frente a las pantallas. Este pequeño sacrificio puede tener un gran impacto en nuestra vida espiritual: tiempo para la oración mental, para rezar el Rosario, meditar la Pasión de Cristo o simplemente escuchar la voz de Dios en el silencio. Para una mayor presencia en la vida real. Para ganar en libertad interior. La abstinencia digital nos ayuda a recuperar la paz interior y a enfocarnos en lo que realmente importa.
Cómo practicar la abstinencia digital
- Establece límites: decide cuántas horas al día usarás tu teléfono y apégate a ese límite.
- Desactiva notificaciones y silencia tu teléfono durante momentos de oración o convivencia familiar.
- Sustituye el tiempo de pantalla por algo muchísimo mejor.
- Involucra a otros: invita a tu familia o amigos a unirse a este propósito.
Este año, te invito a vivir la Cuaresma de una manera diferente. Deja que la abstinencia digital sea tu pequeño sacrificio, tu forma de decir «sí» a Dios y «no» a las distracciones que nos alejan de Él. Recuerda que, como dijo Jesús, «donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Mateo 6, 21). ¿Dónde está tu tesoro? ¿En las pantallas o en la presencia de Dios?
Que esta Cuaresma sea un tiempo de renovación espiritual, donde al desconectar de lo digital, nos reconectemos con lo esencial: Dios, los demás y nosotros mismos. ¡Anímate a intentarlo! ¡Feliz Cuaresma!