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Un «workaholic» o «trabajoadicto» a menudo acaba siendo muy poco productivo, señala John Snarey, un investigador de la Emory University, del National Center for Fathering.
Esto se debe a que el trabajoadicto a la larga desarrolla conflictos matrimoniales, personales, con la educación de sus hijos, etc., que truncarán su carrera. El estudio de Snarey detecta que a los padres que declaran haber rechazado trabajos o proyectos adicionales, no les ha ido peor a la hora de desarrollar su carrera profesional.
¿Cuándo te conviertes en un trabajoadicto? En la web AllProDad señalan estos 10 indicios inquietantes que, acumulados, levantan las alarmas:
1. ¿De qué conversa?
¿De qué hablas con los amigos y la familia? Si eres adicto al trabajo, probablemente hables de cosas relacionadas con el trabajo. Cuando la conversación trata de cosas intrascendentes y coloquiales, enseguida la llevas de nuevo al trabajo. Harás que todo gire alrededor del trabajo y probablemente no sabes casi nada de nada más.
2. ¿Quiénes son sus amigos?
¿La gente con la que socializas es la misma gente con la que pasas la mayor parte de tu vida en el trabajo? Las amistades a menudo se basan y se refuerzan por intereses compartidos. El trabajoadicto a menudo es incapaz de conectar a largo plazo con gente fuera de su profesión.
3. Control de todo
El trabajoadicto a menudo necesita sentir que tiene el control directo de todas las tareas, le cuesta mucho delegar en otros compañeros. Piensa que nadie puede hacerlo suficientemente bien y que, por lo tanto, tiene que estar siempre trabajando.
4. Adicción al móvil o celular
Le obsesiona que pudiera llegar un e-mail o un dato por eso siempre está pendiente de su celular y se pierde momentos valiosos con su familia: por ejemplo: Su hija hace un castillo de arena en la playa pero él ni lo mira porque no deja de repasar su móvil.
5. Evita concentrar los días en vacaciones largas
Este trabajoadicto quizá dice a sus compañeros que «me iré todo el mes de julio», como su fuera una amenaza cataclísmica, pero nunca lo hace. Intenta que las vacaciones sean breves y los días festivos estén muy repartidos.
6. El escritorio es una cafetería
Tiene los cajones de su escritorio lleno de chucherías, comida prefabricada y hasta latas de conservas. No dedica tiempo para salir a comer, así que come las cosas prefabricadas que almacena. La máquina de café y alimentos de su oficina es el lugar que visita con más asiduidad. Piensa que así ganará tiempo para llegar a alguna actividad deportiva de su hijo… pero al final no acude a esa actividad. Sus únicas comidas formales o elaboradas son las de trabajo.
7. Nunca está enfermo
El «workaholic» o trabajólico se automedica con lo que encuentra en el botiquín de casa para no perder tiempo en una cita médica.
8. Pasa horas a media noche planificando tareas
Son las tres de la mañana, está en la cama con su cónyuge durmiendo al lado y pasa hora tras hora planeando tareas de su trabajo, objetivos y protocolos. Muy a menudo tienen trastornos del sueño.
9. Sin tiempo para el cónyuge
Ni tiene tiempo de calidad con su cónyuge, ni se lo lleva a excursiones o actividades conjuntas o espontáneas. El trabajólico trata a su cónyuge como un compañero de vivienda que le hace perder tiempo. A menudo se queda en el computador mucho más tarde por la noche: su cónyuge ni se entera cuando se acuesta.
10. ¿Quiénes son esos niños?
El trabajoadicto recuerda que nacieron sus hijos y luego, como por sorpresa, mira a su alrededor y ve una serie de niños que hacen ruido y no le dejan concentrarse en el trabajo. No establece relaciones personales con cada hijo. No sabe casi nada de sus profesores ni de sus mejores amigos ni de sus sueños o esperanzas. En el futuro, sus hijos le dirán: “papá, lo único que siempre quisimos fue tu tiempo, pero siempre estabas ocupado». Es el destino del trabajoadicto.