Cuando los dos padres trabajan por fuera de casa, encontrar tiempo y ganas para dedicar a los hijos después de una jornada laboral agotadora, no es fácil.
La educación de los hijos requiere de mucha energía y los padres pueden llegar a sentir que no llegan a todo. Esta situación, puede llegar a ser muy estresante para los padres y tener un impacto negativo en los niños.
Los pequeños necesitan estar con sus padres, comunicarse con ellos y sentirse queridos y éstos cada vez trabajan más horas y llegan a casas cansados. ¿Cómo poder entonces conciliar estas dos situaciones? Para ello, compartimos los siguientes consejos que brinda Marisol Nuevo Espín de Hacer Familia:
1. Estar presente
La mejor manera de construir una vida familiar armoniosa es estar presente cuando estás en casa. Deja las preocupaciones del día en la puerta y entra en casa con la intención de centrarte en los niños. Cenar juntos todos los días y establecer una rutina para dormir a los niños puede ayudar a reforzar lo mucho que les amas y les cuidas.
2. Haz del tiempo en familia una prioridad
Crea reglas para evitar traer trabajo a casa. Si debes trabajar en casa, hazlo después de que los niños se hayan ido a la cama. Programa una noche en familia, una vez a la semana, para hacer actividades juntos. Intenta compensar de manera positiva los sentimientos negativos que pueden experimentar los niños mientras estás fuera en el trabajo.
3. Crea tiempo de calidad
Cuando los niños son pequeños, las horas entre la vuelta a casa y su momento de dormir, juegan un papel importante. Aprovecha al máximo el tiempo que tienes con los niños, apaga la tecnología y haz que se sientan como si fueran a su única prioridad después del trabajo. Los niños no entienden la diferencia entre la calidad y la cantidad de tiempo cuando son pequeños, así que es importante hacer todo el tiempo que pasan juntos tiempo de calidad. Crea una atmósfera de amor y explica el papel de cada uno en la familia: «para mamá y papá, uno de esos papeles es ganar un sustento para la familia», etc.
4. Ayuda e interésate por sus deberes escolares
Cuando los niños son pequeños, todavía no existe riesgo si no cuentan con la supervisión de un adulto después de la escuela. En cambio, a medida que van creciendo, los niños con dos padres que trabajan pueden sufrir cuando llegue el momento si no tienen la ayuda que necesitan para hacer sus deberes o dirigirles en el estudio.
Cuando ambos padres trabajan, conviene poner en marcha un plan para ayudar a los hijos en sus deberes con un tutor de la escuela, un profesor particular o un familiar.
5. Oportunidades y beneficios
El aumento de los ingresos generados por los dos padres que trabajan puede crear oportunidades adicionales para los niños que de otro modo no sería posible. Viajar en familia, dar clases de arte o música, o incluso asistir a escuelas privadas puede ser un beneficio para los niños que tienen a ambos padres trabajando.
Los niños con padres trabajadores también están expuestos a otros entornos sociales que pueden despertar el desarrollo emocional y social. Además aprenden a una edad temprana que otros adultos pueden cuidar de ellos y satisfacer sus necesidades.