Blogs LaFamilia.info – 26.10.2015
En mi artículo anterior escribí sobre el amor y la vida matrimonial, tema que continuaré desarrollando.
El amar es una verbo y como tal hay que conjugarlo y en la vida matrimonial hay que hacerlo diariamente, es más, ¡a cada instante de cada día! Recordemos que en él, se conjuga el amor de amistad, el amor complementario, el amor de pasión, el amor sobrenatural, el amor en lo pequeño, lo grande y lo valioso. También conjuga el amor al interés, al perdón, al dolor, a la lucha y al sacrificio, al remedio, a la fidelidad, al compromiso, al silencio, a la alegría, y a tantas cosas más…
“El amor humano en general es imperfecto; siempre habrá algo de egoísmo o vanidad en las actuaciones, aunque en teoría se haya renunciado a todo premio. En la vida conyugal, el querer interesado persiste, aunque el amor haya madurado, porque hombre y mujer son complementarios, y donde hay complementariedad hay necesidad, y donde uno necesita del otro hay querer con algún interés. Porque no es posible amar sólo con el espíritu pues somos cuerpos con todos sus componentes biológicos y químicos, y porque tenemos una psique sexuada diferente en el hombre y en la mujer, con diversas patologías de las cuales sufrimos en mayor o menor grado. Además porque todos cargamos con el lastre de unos hábitos arraigados desde la infancia que dificultan una convivencia ideal.” Esto nos dice Javier Abad Gómez en su libro El Poder del Amor.
Cuidarse siempre
Después de esta reflexión inicial continúo con los consejos prácticos de mi amiga María del Carmen. Uno que ella considera muy importante es no dejar perder nunca aquello de lo que él o ella se enamoró.
No descuidarse físicamente ni intelectualmente. Aquí recuerdo yo, una frase que les repetía con frecuencia San Josemaría a las mujeres casadas: “Una mujer bien puesta saca al hombre de otra puerta.”
Por lo general, las mujeres están pendientes de arreglarse para las amigas y esto es un grave error. De acuerdo con María del Carmen, hay que arreglarse primero que todo para si mismas y en seguida para el marido, asegurándose de que él lo perciba así. Ya habrá tiempo para deslumbrar a las amigas.
La familia política
El respeto es la base para cualquier relación. Hay que respetar siempre la familia del otro. Nunca sacarla a relucir como origen de una falta o defecto. Por el contrario cada uno debe encontrar y admirar las cualidades que hay en la familia política. Esto es una regla de oro.
Dirimir desavenencias
En algún momento de la relación, se presentan situaciones en las cuales hay desavenencias o enfados.
Existe una fórmula “mágica” para arreglarlas haciendo un convenio previo de cómo zanjar una diferencia. Es esta: Tomar los días del mes y adjudicarse cada uno ya sean los pares o los impares. Si los pares son para la esposa y la discusión cae en un día par, ella tiene la razón, de lo contrario la tendrá el marido! Esto no es otra cosa que decirle sí al amor.
Con relación a la felicidad en la vida conyugal, Javier Abad Gómez nos trae esta reflexión: “La felicidad es esquiva cuando se la busca en sí misma. Pero aparece cuando uno se decide a darla al otro, cuando existe el compromiso de pasar por encima de los propios intereses, tantas veces egoístas, con el fin de hacer feliz a quien ahora y siempre caminará a nuestro lado. Son muchos los matrimonios que demuestran que no se trata de un camino imposible de recorrer… ¿Quieres ser feliz en la vida conyugal? Disponte a comprender, a disculpar, a perdonar.”
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Prince Martínez
Tulia Martínez de Barrios, más conocida como “La Prince” es Orientadora Familiar de la Universidad de la Sabana y Universidad de Navarra (España). Fundadora de los colegios de la Asociación para la Enseñanza, Aspaen en Cartagena, Colombia. Asesora y consultora en temas de dirección, administración y gestión de la educación.