¿Por qué pensamos que comer nos hace subir de peso? Existe la creencia que comer engorda y es una idea que está calando hondamente en la mente de niños, niñas y jóvenes. ¿Qué están aprendiendo ellos de nosotros? ¿En la familia? ¿En los medios masivos de comunicación? ¿En la moda? ¿En lo que dicen los demás?
Una buena salud está unida a una sana alimentación. Asistir al colegio sin desayuno puede acarrear graves consecuencias. Los padres de familia deben estar atentos a las conductas alimenticias de sus hijos porque desde casa se fortalece el hábito de una alimentación balanceada. No basta con que el hijo o hija manifieste que no quiere comer y se les llame la atención o castigue por no hacerlo. Hay que buscar la causa de esta decisión y verificar qué alimentos están consumiendo. Podría ser exceso en dulces, paquetes, gaseosas, bebidas energizantes… «comida chatarra».
Por lo general, los chicos manifiestan que no les gustan las frutas, las verduras, las legumbres, y muchos ni las han probado. Sólo imitan y repiten lo que escuchan en el contexto. Se enamoran de la moda, la publicidad, las comidas rápidas, el “menú infantil”, y más alimentos presentados de manera creativa pero que realmente, no suplen los nutrientes que se requieren para crecer sanos y fuertes (en el caso de los infantes y adolescentes); y que no proporcionan los elementos necesarios para mantener al organismo en constante armonía, aumentando las defensas para contrarrestar cualquier enfermedad. Lo anterior no obstaculiza la idea de enfermarnos; pero ayuda a sobrellevar cualquier situación grave de salud porque el cuerpo estará preparado para superarla.
El primer alimento del día
Al hacer dietas se tiene la creencia que si no se desayuna, se baja de peso. Esto es falso, pues el cuerpo al iniciar sus labores y después de estar tantas horas sin alimentos, quemará las energías que tiene acumuladas y contrario a bajar de peso, sufrirá daños muy grandes.
Podría hacer citación de muchas investigaciones acerca de este tema, pero consideraré algunas de las expuestas por Salomon Jakubowicz, médico investigador en endocrinología:
“Cuando nos despertamos en la mañana, nuestra sangre está a punto de agotarse de azúcar (carbohidratos). Si es que no alimentamos nuestro cuerpo, el cerebro se pone en estado de emergencia y ordena a la cortisona que saque las proteínas que pueda de las células musculares y hasta el colágeno de la piel. Quien cree que no desayuna se está engañando: se come sus propias proteínas, se autodevora. La consecuencia es la pérdida de los músculos y colágeno”, nos advierte.
Lo peor -explica- es que cuando llega la hora de almuerzo, el cerebro “decide provocar intensos ataques de hambre y aumento del apetito, llevando a sentir intensos deseos por alimentos dulces, y sin poder evitarlo, uno empieza a comer con ansiedad todo lo que encuentra a su paso”.
Por ello, el desayuno es vital para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Pero nos podrían surgir otras dudas… ¿Cuál es nuestro primer alimento del día? ¿El de nuestros hijos? ¡Qué sucede si en casa no desayuna y ellos esperan hasta la hora del recreo para comer?
Hay una amplia gama de alimentos expuestos en el menú de los niños y niñas, porque los jóvenes, contagiados por la sociedad, deciden no comer para mantener su peso. ¿A costa de qué seguimos estas reglas? Sólo de nuestra propia salud.
Hay cantidad de golosinas, de todos los sabores, tamaños, colores, que están a la merced de nuestros hijos. ¿Quién los orienta en el momento de comprar en la tienda escolar? Es responsabilidad de los padres desde casa, incentivar el consumo de alimentos sanos y de inmensa importancia desayunar en ella, para así, formar en hábitos. Esta función no es delegable.
¿Qué hacer para que mi hijo coma?
Alimentarnos en familia no sólo estrecha los lazos de amor, fraternidad, alegría, cariño, sino que ayuda a estimular el hábito de comer bien. Es por ello que si por cuestiones de distancia (en el caso de ciudades grandes), no se puede almorzar en familia, se debe buscar el espacio de la cena para compartir los alimentos.
Preparar alimentos juntos también ayuda a que los hijos se motiven en prepararlos y luego en comerlos. Se pueden inventar recetas, ser creativos y además, pasar un rato agradable en familia.
Cuando somos creativos en el momento de preparar los alimentos y se los presentamos agradables a ellos, los motivamos, hacemos de cada comida un momento placentero en familia, y de seguro lograremos estimular buenos hábitos alimenticios. Para ello necesitamos de la paciencia y ser muy buenos observadores para estar alertas a cualquier situación que se presente en contra de una sana alimentación.
Ejemplos de menús para cada día
Cabe anotar que cada persona tiene sus propias necesidades fisiológicas y el menú puede variar de acuerdo a recomendaciones médicas. Sin embargo, es necesario recalcar que al sugerir jugos de fruta se recomienda sin azúcar al igual que el café (sin excederse en su consumo), té, aromáticas. Al indicar galletas se sugieren no más de 2, así mismo con la ración de pan o arepa, la cual debe ser pequeña, preferiblemente integrales (para que sean eliminados por el organismo con mayor facilidad).
Más bibliografía para consultar
A continuación encontrarás unas recomendaciones tomadas de “Sabes cómo llevar una buena alimentación» del Instituto Nacional de Salud de México, que podrán servir de apoyo para continuar fortaleciendo buenos hábitos alimenticios.
“Los tres grupos de alimentos se encuentran en un mismo plato lo que significa que en cada comida se debe agregar un alimento de cada grupo (Verduras y frutas; Cereales y tubérculos; Leguminosas y alimentos de origen animal).
Además, cada grupo se encuentra en un espacio del mismo tamaño ya que se debe consumir alimentos de los tres grupos puesto que si alguno de éstos faltara en la dieta se generarían deficiencias de nutrimentos y por lo tanto problemas de salud.
A pesar de lo anterior, en el grupo “Leguminosas y Alimentos de origen animal”, el subgrupo de leguminosas tiene un mayor espacio que los alimentos de origen animal, lo que señala que dentro del grupo se deben consumir en mayor cantidad las leguminosas.
Entre el grupo de cereales y el subgrupo de leguminosas se encuentra la palabra “combina” lo que hace referencia a la complementariedad entre éstos para mejorar la proteína de origen vegetal.”
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