Pasar de la vida de solteros a la de casados, lleva consigo grandes cambios en las parejas, estos son varios consejos para acoplarse lo mejor posible.
Después de la luna de miel todo cambia. Ya la vida se comparte con otra persona, ahora no son “mis” deseos, prioridades, gustos, acciones, sino “nuestros”. Es natural entonces que en este proceso de acoplamiento se presenten algunas trabas. Por ello, se debe hacer un gran esfuerzo para fortalecer el matrimonio en esos primeros años y cimentar unas bases sólidas para el futuro de la relación.
Ten en cuenta los siguientes puntos:
Las sorpresas de la convivencia
Aunque haya existido un noviazgo serio y duradero, la convivencia puede traer consigo algunas sorpresas que durante la relación previa no habían aparecido. Algunos defectos que hasta el momento habían sido tan solo «simples fallas», en el matrimonio pueden convertirse en terribles defectos, los cuales muchas veces llevan a conflictos matrimoniales. Por consiguiente, es fundamental trabajar en las propias debilidades que afectan al otro e impedir que se vuelvan motivo de discusión. También, habrá que fortalecerse en algunos valores como la paciencia, la solidaridad, el servicio, la flexibilidad, la tolerancia, la laboriosidad, entre otros.
Las cosas claras desde el principio
Lo que se haga desde un principio marcará la relación de por vida. Desde el primer día de matrimonio, se harán de establecer normas de convivencia que evitarán aprietos en los próximos años. Hablar con sinceridad y establecer acuerdos mutuos, ayudarán a sobrellevar los pequeños conflictos de la mejor manera.
Repartición de tareas
Atrás se quedó la comodidad de la casa paterna en donde mamá solía ayudar a mantener todo en orden, la comida caliente y servida en la mesa, la ropa debidamente lavada, etc.; se ha ido para conformar una nueva familia. Ahora las labores domésticas deberán ser repartidas entre los esposos y buscar un equilibrio para evitar la sobrecarga de tareas. Además, no olvidemos que el rol del hombre en los tiempos actuales ha cambiado mucho, ahora ambos tienen la responsabilidad de velar por el hogar y tanto hombres como mujeres desarrollan las actividades domésticas.
Temas de sumo cuidado
El manejo del dinero, la familia política, la sexualidad y los planes futuros como los hijos, deben tratarse con mucha cautela y desde los inicios del matrimonio. Son temas que causan controversia y pueden convertirse en los motivos de posibles crisis conyugales. Así que si durante el noviazgo no se tocaron estos asuntos, es mejor que lo hagan cuanto antes.
Sencillas sugerencias para suavizar el impacto
Susana Bichara de masalto.com propone las siguientes sugerencias para las parejas recién casadas:
1. Hay que tomar las cosas con calma. No todo se logra hacer las primeras semanas, se debe ir paso a paso, instalarse primero con lo básico para luego ir agregando lo que falte. Tener paciencia uno con el otro y consigo mismo para no exasperarse.
2. Aceptar consejos. Según el dicho popular: más sabe el diablo por viejo que por diablo. Alguien que ya vivió esa experiencia, puede dar cuenta del camino andado. Siempre se aprende algo de los dichos de los mayores. Aún cuando los jóvenes no quieren recibir consejos de otra persona, y sólo los toman de lo que leen en las revistas o ven en la televisión, podrían ahorrarse mucho dinero y lágrimas si escucharan de vez en cuando lo que dicen sus padres o suegros.
3. Hay que pedir ayuda. Casi siempre, cuando se necesita algo, se puede conseguir quien dé una mano, pero si no expresa la pareja su necesidad de ayuda, será imposible que padres, hermanos o tíos puedan apoyar al nuevo matrimonio. Una recién casada que se queja de que nadie le enseñó a hacer la sopa de cebolla que le gusta a su esposo, se olvida de que con tan sólo una llamada a la suegra puede conseguir la receta, logrando aparte más integración con esa persona que se sentirá orgullosa de poder ayudar.
4. Hay que aprender a reírse de sus propios errores. Pronto pasará esa época de incertidumbre y se llegará a la plena madurez y se podrán resolver todos los problemas con absoluta decisión. Se habrá dejado de ser recién casado.
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Por LaFamilia.info