Ya está en los cines españoles la comedia familiar «The Present», en español Un regalo para papá y mamá, una película norteamericana, valiente y especial, que se atreve a dejar claro que el divorcio no siempre es la mejor opción, que los hijos no lo quieren y que tampoco se va a salvar a la pareja solo con romanticismo (aunque puede ayudar) sino que requiere conciencia de familia y renuncia.
El matrimonio de Jen y Eric está a punto de anunciar su separación a sus hijos. Pero un reloj mágico ha llegado a la casa y permite hacer retroceder el tiempo 12 horas, una y otra vez, y así los hijos intentan repetir ese día y lograr «un día perfecto» para que sus padres vuelvan a enamorarse y sigan juntos.
Para mayores de 12 años
La película es divertida y emotiva, pero el tema es serio. Cuando decimos «película familiar» pensamos en que puedan ir niños de 7 u 9 años, pero es posible que la mayoría de los niños de estas edades no entiendan de qué va el asunto y se aburran, porque tampoco hay muchas cosas divertidas para ellos. No hay humor tonto o infantil. Por eso, es mejor recomendarla para adultos y para mayores de 12 años, además por dos escenas que hacen referencia a relaciones sexuales.
Una y otra vez, en la mesa familiar de los Diehl
Sin rasgos woke, contra los eufemismos
Más allá de estos avisos, asombra la firmeza de esta película en pleno 2024. No hay ningún guiño woke, LGTB ni nada parecido. La «inclusividad» es la buena: ¡has de incluir a tus hijos en tus decisiones familiares graves, especialmente si tienen necesidades especiales -el menor, Taylor, es especial en varios sentidos-, especialmente si la decisión es romper la familia!
Por supuesto, Jen y Eric, como tantos hoy en día,usan eufemismos y mentiras. «Decidimos que necesitamos un cambio», dicen. Pero los niños enseguida dicen la verdad: «se van a divorciar, es para siempre».
Hoy nadie defiende el amor
Ella le pregunta dónde se piensa quedar él. Eric dice que no lo sabe, pero en realidad, empujado por un amigo divorciado varias veces, está adquiriendo un lujoso «apartamento de soltero». Tanto el amigo como el vendedor insisten en que es un sitio para llevar novias, aunque él no tiene ninguna ni le apetece. Por su lado, Jen tiene un alumno en su gimnasio que es guapo, abogado dispuesto a divorciarla rápido, y que va a por ella. Por lo tanto, ambos están rodeados de «amigos» que les impulsan a romper.
La denuncia es clara: toda la sociedad conspira para favorecer las rupturas, y eso también se transmite a los hijos: Emma, la hija mayor, llega al convencimiento de que «el amor no dura». Igual que su novio se va con cualquiera, también sus padres parecen dispuestos a ello.
No basta el romanticismo: se requiere conciencia de familia
Los niños prueban de todo, sobre todo apelando al romanticismo, a volver a generar la chispa amorosa entre sus padres, algo que cualquier terapeuta aprobaría. Pero no basta. Finalmente, intentan sincerarse, con sus dones naturales, sin magia temporal.
Lo que la película enseña es que apostar por los hijos, apostar por la familia entera, apostar por algo grande, saliendo de uno mismo y sus sentimientos, es lo que salva la relación. Es decir, la madurez, un punto de generosidad, de negarse a uno mismo: y de ahí, brota el proyecto común.
Con información de ReL
