El siguiente diálogo imaginario propuesto por el filósofo francés Jacques Salomé es muy ilustrativo y rico en consecuencias. Él nos sugiere pensar que un par de gemelos dentro del vientre materno conversan así:
– Gemelo A: ¿Crees en la vida después del parto?
– Gemelo B: Por supuesto. Es obvio que la vida después del parto existe. Estamos aquí para fortalecernos y prepararnos para lo que nos espera más allá.
– Gemelo A: A mí me parece una locura. ¡No hay nada después del parto! ¿Cómo imaginar una vida fuera del útero?
– Gemelo B: Bueno, hay muchas historias sobre «el otro lado»… Dicen que hay mucha luz, mucha alegría y emociones, miles de cosas por vivir… Por ejemplo, parece que allí comeremos con la boca.
– Gemelo A: ¡Todo esto no tiene sentido!. Tenemos nuestro cordón umbilical y eso es lo que nos alimenta. Todos los bebés lo saben. ¡Ninguno come por la boca! Y, por supuesto, nunca ha habido un testimonio de esta otra vida… Para mí, todas estas son historias de personas ingenuas. La vida simplemente termina en el parto. Así es, hay que aceptarlo.
– Gemelo B: Bueno, déjame pensar lo contrario. Cierto que no sé exactamente cómo será esta vida postparto, y no podría demostrarte nada. Pero me gusta creer que en la próxima vida fuera del útero veremos a nuestra Madre y ella nos cuidará.
-Gemelo A: ¿»Madre»? ¿Quieres decir que crees en «Madre»? Ah! ¿Y dónde está ubicada?
-Gemelo B: ¡Madre está en todas partes, la siento en todo mi ser!. Existimos gracias a la Madre que nos da vida y es gracias a ella que vivimos. Sin ella, no estaríamos aquí.
-Gemelo A: ¡Esto es absurdo! Nunca he visto a ninguna Madre, así que es obvio que ella no existe.
-Gemelo B: No estoy de acuerdo. A veces cuando todo está en calma, yo percibo el mundo de Madre, escucho susurros cuando nos habla, música cuando nos canta. No me dirás que no sientes cuando acaricia nuestro mundo. Estoy seguro de que nuestra vida real comenzará después del parto…