La «crisis de los 40» en los hombres

foto: freepik/luis_molinero

Al igual que las mujeres, los hombres también experimentan un periodo de desajuste cuando llegan a los cuarenta años, llamada también la crisis de la mediana edad. Consta básicamente en la dificultad para aceptar el tránsito hacia la madurez, quedando atrás los años de juventud.

Los síntomas más claros que señalan una posible crisis a causa de la edad en los masculinos, es la necesidad de sentirse jóvenes nuevamente, de ahí el deseo de experimentar aventuras diferentes que se han disipado a raíz de los años o que en su momento no pudieron ser. Otro aspecto relevante es la ambición de “libertad”, impulsada por el agotamiento o la cantidad de responsabilidades que suelen llevar los jefes del hogar.

Es frecuente encontrar que los hombres en esta etapa (entre los cuarenta y los cincuenta), asocien juventud con libertad, adrenalina, emoción, diversión y comiencen a observar que sus vidas están lejos de esto. Se abre entonces la puerta al aburrimiento y desinterés por la vida que lleva en el momento. A corto plazo, estas experiencias despiertan una cantidad de emociones que los hace pensar que han vuelto a ser los mismos de antes, salir con los amigos y realizar actividades propias de edades tempranas, los hace sentir gratos. Sin embargo, a largo plazo puede convertirse en una situación conflictiva en el matrimonio; las razones son de suponer.

Qué ocurre a los 40

Al cumplir los cuarenta años hay varios fenómenos que convergen: la mitad de la vida (en promedio) como momento de reflexión y renovación. Es el fin de un ciclo y el inicio de otro, donde se plantean cambios en relación al rumbo de vida, en otras palabras una `reingeniería´ personal.

“Durante esta edad los hombres hacen un balance de su vida consciente o inconscientemente. Evalúan cómo viven, cómo se sienten, si han conseguido los objetivos que se habían marcado, si su presente es el futuro que tanto habían deseado. (…) Y en ese repaso son conscientes de qué partes de su vida ya no les sirven.” *Vicente Marrama, especialista en Coaching para hombres en la crisis de la mediana edad (coaching40.com).

Es por esto que algunos hombres empiezan a interesarse por su aspecto físico cuando nunca antes lo habían hecho, están muy atentos a las tendencias de moda, indagan sobre los cuidados de la piel, del pelo, el deporte se convierte en prioridad y acuden a diversas rutinas que tienen como fin recobrar o no dejar ir su aspecto juvenil.

¿Cómo puede afectar al matrimonio?

La crisis de los cuarenta mal afrontada, puede revertirse en una amenaza para la estabilidad matrimonial, siempre y cuando sea una relación que no se encuentre en las mejores condiciones.

José Luis Mota Garay hace una explicación acertada sobre la incidencia de este fenómeno en el matrimonio: “Si en la dinámica del amor conyugal la generosidad no progresa, cada vez se hacen más costosos los sacrificios que exige el hogar. Cuando se comienza a poner el corazón en las cosas ajenas a la familia, como el éxito profesional, una colega joven y simpática, el grupo de amigas o amigotes… se va apagando la luz de la verdad familiar y se va enfriando el calor de la ternura en el amor. El corazón se va quedando vacío y hay que buscar emociones fuertes, que siempre serán egoístas.” *Arvo.net

“La crisis de madurez en el hombre puede superarse: aplicando el sentido común, con una buena dosis de entrega y lealtad, que es fidelidad, a la esposa y a los hijos. Aunque, en algunas ocasiones será oportuno recurrir a una persona ajena al matrimonio para que les ayude”.

“(…) Romano Guardini, en su libro Las etapas de la vida, concluye que la única salida digna de la crisis de `los 40´ estaría en: aceptar las propias limitaciones y el papel concreto que, a cada uno, le ha asignado la vida; saber que las cosas grandes se consiguen atendiendo bien lo ordinario, lo cotidiano; «asumir las obligaciones propias de la amistad, el amor y la profesión elegida; y dar a la vida el sí que procede de la seriedad y de la fidelidad. Con todo ello se consigue lo que solemos llamar carácter; y las personas que lo logran son en las que confían los demás y la sociedad».”

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Adicional a lo anterior, es importante que la mujer comprenda a su esposo y lo acompañe en este proceso, en lugar de hacer reproches que no conseguirán ningún logro. Si bien exige un esfuerzo de la mujer, es determinante para que el problema llegue a un buen término y no pase de ser una crisis pasajera, a una conyugal más grave y perjudicial. Asimismo, es conveniente que los cónyuges aprovechen esta oportunidad, para darle un refresco a su relación y se propongan hacer actividades que venzan la monotonía y gocen de la compañía mutua.

Cómo superar la crisis

Las siguientes son medidas para prevenir o combatir las etapas conflictivas propias o de la pareja, propuestas por la socióloga y catedrática norteamericana Barbara Weiss Hewitt.

– Darle importancia a lo que ha costado tanto esfuerzo conseguir a lo largo de los años: pareja, hijos, amigos, trabajo.

– Tener una actitud positiva con la propia vida y el futuro y valorar lo vivido en lugar de querer recuperarlo.

– Trabajar la autoestima en la juventud; ayudará a pasar por esta edad sin notar estas conductas nocivas que predisponen a la crisis. Moldear la estructura emocional para que llegado el momento responda con la fuerza necesaria.

– Disfrutar de los logros que se han podido conseguir y no poner atención sobre exagerada en lo que ha quedado pendiente.

– Si se ha caído en la crisis, hablarlo con la familia. Las personas cercanas deben saber exactamente qué es lo que está pasando para poder accionar correctamente. Cuanto antes se asuma el conflicto, más rápido se saldrá de él.

Por LaFamilia.info

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