Por Prince Martínez / Blogs LaFamilia.info – 08.11.2018
Hace poco asistí a una charla de una joven mamá de tres hijos entre las edades de 5 y un año. Además de su trabajo en el hogar, Mariana se desempeña como una excelente ejecutiva en el área comercial de una exitosa empresa. La charla era sobre la formación de los hijos.
Entre el Ser y el Hacer
Nos contaba que normalmente al comenzar las clases en los colegios, se tenía la primera entrevista con el profesor(a) y como es natural les pide que le hablen de su nuevo(a) alumno(a). ¿Qué es lo primero que viene a la mente cuando te preguntan que hables de tu hijo?
“Es muy deportista, le encanta bailar, tiene facilidad para los idiomas, es bueno para los números.” Si es más pequeño dicen: “Come solo, no usa pañal…”¿Les suena familiar?
Continuó su charla, que trataré de resumir, haciéndonos ver que todas esas respuestas se enfocan en las habilidades del niño, en el HACER. ¿Qué falta en esa respuesta? Lo realmente importante: “Es agradecido, venimos buscando que mejore en la obediencia, el orden y el respeto hacia los demás, siempre saluda a las personas por su nombre, es sonriente y cariñoso aunque le cuesta mucho perdonar. Vemos que ejerce un liderazgo en su grupo y sentimos que la humildad es un valor importante a inculcarle…”
Esa última respuesta está centrada en el SER que es lo primero, luego viene el HACER para terminar con el TENER. Esto está muy relacionado con lo que se dice de alguien al morir: “Fue un médico brillante, empresario exitoso, diseñó el edificio más alto, escribió tantos libros, ganó una medalla de oro “… Cuando realmente lo importante es si entregó su vida por los demás, cariñoso, generoso, bondadoso, magnánimo, modelo para imitar, esposo fiel y padre ejemplar, persona íntegra…”
¿Cuál es tu legado?
Con frecuencia se oye decir: “Lo único que hay que dejar a los hijos es el estudio, en eso me gasto todo mi dinero. Si unos papás no pudieran pagar un estudio de alta gama a sus hijos, a diferencia de otros que tienen esa maravillosa oportunidad ¿estarían esos padres condenados a no poder dar nada valioso a sus hijos? ¡Claro que no! En ese momento yo recordé la intervención, en la Universidad Tecnológica, del científico Raúl Cuero, nacido en Buenaventura, quien entonces compartió sus vivencias, desde su infancia hasta los logros excepcionales conquistados en la NASA. Nos decía que su madre, una mujer analfabeta, le repetía constantemente: “Sé bueno, ¡eso es lo que importa!”
Lo más valioso
Lo más valioso es la formación del SER, la formación en virtudes y como colofón, formarlos para que logren conquistar la vida eterna que es la tarea más importante. Ese fue el meollo de su charla. Que nuestros hijos descubran, a través del ejemplo de los padres que el centro y la motivación, es buscar vivir cara a Dios y hacer su voluntad. Lo que da cuerpo y respaldo a todo es aprender a “querer el querer de Dios”. Tarea fundamental de todo padre de familia, hablarle más a Dios de los hijos que a los hijos de Dios, dándoles ejemplo de una vida de piedad.
Conclusión
En palabras de San Josemaría: “La solución está en vuestras manos, porque los niños- aún los más pequeñines- no lo son tanto y desde los dos años comienzan a ser testigos de vuestras vidas. Son jueces crueles, inexorables: ¿quién va a meterles en la cabeza, a esa edad, que sólo Nuestro Señor es el que puede juzgar? Los hijos juzgan todo lo que ocurre delante de sus ojos; por eso, si os ven piadosos y rectos, si ven que no reñís, si ven que tenéis un amor grande a la Madre de Dios, que es también Madre nuestra; si ven que lucháis contra vuestros defectos y que procuráis ser buenos cristianos, ellos comenzarán a admiraros. Con eso, ya los estáis formando.”
***
Prince Martínez
Tulia Martínez de Barrios, más conocida como “La Prince” es Orientadora Familiar de la Universidad de la Sabana y Universidad de Navarra (España). Fundadora de los colegios de la Asociación para la Enseñanza, Aspaen en Cartagena, Colombia. Asesora y consultora en temas de dirección, administración y gestión de la educación.