Por Regino Navarro/Blogs LaFamilia.info – 15.03.2021
La pandemia ha situado el cuidado en un lugar prioritario.
Bien como tema de estudio, como fraternidad y solidaridad, como profesionalización de una actitud esencial del género humano, o como una solución a muchos males actuales, según ha expresado el Papa Francisco. Por eso amerita repensar este comportamiento humano.
1. El cuidado es el conjunto de comportamientos que se realizan en favor de otros, o se reciben de los demás. Cuando las acciones se practican de modo habitual el cuidado se convierte en un estilo de vida en el que predomina la atención preferente a enfermos, ancianos, solitarios, y en general a los más necesitados.
2. El cuidado, hoy, es una necesidad personal y social. Cuidar a otros ha sido durante siglos una acción de beneficencia, una obra de misericordia. La evolución de esta realidad conduce a adquirir una serie de competencias que garantizan de alguna manera su calidad. Es una de las profesiones actuales que marcan tendencia.
3. El cuidado es en primer lugar autocuidado. Después, cuando se generaliza y se vive de moco habitual se convierte en una cultura, es decir un modo de ser, de estar y hacer de una persona, una familia o una organización.
4. En términos institucionales el cuidado es el conjunto de acciones y procesos de trabajo destinados a garantizar el bienestar físico y emocional de las personas con algún tipo de dependencia. Se aplica por tanto a las organizaciones e incluso a las naciones.
5. Sinónimos de cuidar son preservar, guardar, asistir, atender, encargarse… Todos estos verbos se aplican en primer lugar a los más cercanos, a las personas del propio hogar, de la familia, a la empresa.
6. El primer paso de una cultura del cuidado el autocuidado, que implica ayudarse a sí mismo a evitar sufrir perjuicios e incrementar el propio bienestar, sin caer, sin embargo, en el egocentrismo.
7. El cuidado significa pensar en las necesidades de los demás al igual que de las nuestras, y ejercitar acciones que ayuden a todos, eliminando aquello que pueda perjudicar a los demás. Para que exista una cultura del cuidado se necesita que este comportamiento sea permanente, estable, que sea un comportamiento arraigado…y no “flor de un solo día”.
8. Enemigos del cuidado son la indiferencia, el egocentrismo, el rechazo, el descarte de personas, cualquier forma de discriminación y exclusión, etc. El cuidado está alineado con la solidaridad y la fraternidad.
9. El cuidado, sea cual sea el motivo por el que se practica, exige que surja del corazón, es un desbordamiento de la valoración por el otro, y no es, por tanto, una normativa, un procedimiento o una obligación.
10. En la cultura del cuidado el objeto del cuidado es otro «yo», otra criatura de Dios. Por eso el motivo para cuidar debería ser siempre el amor.
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Regino Navarro Ribera
Fundador y Director de LaFamilia.info. Español de nacimiento pero colombiano de adopción. Coach profesional, especialista en Ciencias del Comportamiento, estudios en Orientación y Consejería, profesor, conferencista y autor de varios libros. Twitter: @ReginoNavarroR