Por Redaccioninfovaticana – 16.05.2022
A través de un mensaje escrito, el Santo Padre se ha dirigido a los participantes en la segunda edición de los Estados Generales de la Natalidad.
Este Congreso se realizó en días pasados en Roma. En la apertura de los trabajos se leyó el mensaje del Papa Francisco. El Pontífice se disculpó con los presentes, por no haber podido estar con ellos en forma presencial, sin embargo, dijo, seguirá con atención los trabajos, porque el tema de la natalidad es una verdadera emergencia social, señaló y agregó que esta emergencia no es “inmediatamente perceptible, como otros problemas que ocupan la actualidad”, pero es muy urgente: “Cada vez nacen menos niños, y eso significa empobrecer el futuro de todos; Italia, Europa y Occidente están empobreciendo su futuro”.
El Papa dijo a los participantes del Congreso que en la actualidad, existe una periferia existencial en Occidente que no se percibe inmediatamente: “Es el de las mujeres y los hombres que tienen el deseo de tener un hijo, pero no pueden realizarlo. Muchos jóvenes luchan por realizar su sueño familiar. Y así se baja la “varilla del deseo” y se conforman con sucedáneos mediocres, como los negocios, el coche, los viajes, la custodia celosa del tiempo libre… La belleza de una familia rica en hijos corre el riesgo de convertirse en una utopía, un sueño difícil de realizar”.
Francisco señaló que el no querer traer niños es una «nueva pobreza que lo asusta» y añadió que es “la pobreza generadora” de los que descartan el deseo de felicidad en sus corazones, de los que se resignan a diluir sus mayores aspiraciones, de los que se conforman con poco y dejan de esperar grandes cosas.
“Sí, es una pobreza trágica, porque afecta a los seres humanos en su mayor riqueza: traer vidas al mundo para cuidarlas, transmitir la existencia que han recibido a otros con amor”.
Por tanto, para el Papa, no ver el problema de la falta de nacimiento es una “actitud miope”; es dejar de ver lejos, de mirar hacia adelante. Es dar la espalda, dijo, pensando que los problemas son siempre demasiado complejos y que no se puede hacer nada. Es, en una palabra, rendirse.
Francisco hizo hincapié en que «las cosas pueden cambiar si, sin miedo, más allá de los intereses partidistas y las vallas ideológicas, comprometámonos juntos».
Siguiendo en esa dirección, el Santo Padre añadió que «por eso espero que a todos los niveles -institucional, mediático, cultural, económico y social- se promuevan, mejoren y apliquen políticas concretas destinadas a relanzar la natalidad y la familia. Pienso en ustedes y me gusta ver cómo el tema de la natalidad es capaz de unir, no de dividir. Empresas, bancos, asociaciones, sindicatos, deportistas, actores, escritores, políticos, todos juntos para reflexionar sobre cómo volver a ilusionarse con la vida».
Los datos, las previsiones y las cifras son ya conocidos por todos, dijo, ahora es necesaria la concreción. Es hora de dar respuestas reales a las familias y a los jóvenes, señaló, la esperanza no puede ni debe morir de espera.
«Pido a Dios que bendiga vuestro compromiso. Estoy cerca de ustedes y les animo, para que juntos podamos revertir el curso de este frío invierno demográfico. Gracias. Se puede hacer».
*Publicado por Infovaticana