Paula Leighton - El Mercurio
23.04.2012

La velocidad para transmitir información y capacidad de síntesis al escribir que alcanzan quienes han hecho del mensaje de texto un medio habitual de comunicación, también puede volverse en su contra.

Así lo advierte un estudio realizado entre estudiantes de la Universidad de Calgary (Canadá). En la investigación se consultó a 33 personas sobre sus hábitos de lectura, incluyendo consumo de medios impresos (diarios, revistas, libros) y su uso de mensajes de textos utilizando el celular.

Luego les mostraron una vasta serie de palabras, tanto reales como ficticias. “Suponíamos que el uso de mensajes de texto -donde abundan las modificaciones de términos y abreviaciones- animaba a utilizar el lenguaje sin restricciones. Sin embargo, demostramos que era un mito”, dijo Joanne Lee, investigadora principal.

El estudio reveló que los usuarios más habituales de los mensajes de texto conocían menos palabras que los que privilegiaban leer medios impresos. Esto, dijo Lee, se asocia a una rigidez lingüística, que contrastó con los lectores frecuentes de medios escritos, que fueron capaces de reconocer más palabras e interpretar su significado aún si no las conocían.

”Leer textos impresos expone a las personas a una variedad y creatividad en el lenguaje que no se encuentra en los coloquiales mensajes de texto”, hipotetizó Lee. Sin embargo, estudios previos sí han encontrado beneficios en los mensajes de texto. Investigadores de la U. de Coventry (Inglaterra) determinaron que los niños de 10 a 12 años que escriben mensajes de texto usando un mayor número de abreviaciones, contracciones y símbolos logran un mayor dominio del lenguaje, mientras que los de 9 y 10 años desarrollan mejor ortografía y comprensión de lectura, dada su habilidad de codificar y decodificar mensajes.

Fuente: Hacer Familia