La adolescencia es una etapa de cambios físicos y emocionales. Los hijos quieren liberarse de la protección de sus padres y desean ser autónomos, libres e independientes.
Sin embargo, aunque pueda parecer que los adolescentes no quieren escuchar a sus padres, ellos están dispuestos a recibir buenas enseñanzas siempre que sean con autenticidad. La web Crosswalk enumera 10 consejos desde la fe para que los hijos se puedan enfrentar al mundo que les toca vivir, recordando siempre que Dios está con ellos.
1. Tus decisiones de hoy… son importantes para el mañana
Abraza el ahora, pero con el futuro en mente. Diviértete, pero recuerda que tus elecciones de hoy pueden afectar a tu mañana.
Pero, también es importante, que tu hijo sepa que «Dios hará una tierra y un cielo nuevos» (Apocalipsis). No como un «comamos y bebamos que mañana moriremos» (Corintios), sino que, aunque estés en una situación difícil, Él tiene poder para sacarte de donde estés, por oscuro que sea ese lugar.
2. Fuiste hecho a propósito… y para un propósito
Recuerda que eres valioso y tienes una misión. No dejes que el desánimo te diga lo contrario. No creas que no tienes nada que ofrecer. Dios te hizo a su imagen y semejanza, estás diseñado para su gloria y para una misión muy importante. Búscalo y Él te guiará.
Sigue tus gustos y tus intereses, pero siempre abierto a algo nuevo. A veces, Dios enciende un fuego distinto gracias a las palabras de otras personas. Si te sientes desanimado, confía en Dios para que te enseñe el camino. No te rindas, aguanta y persevera. Dios te va a guiar.
3. Recuerda que estaré siempre para sostenerte
Estás aprendiendo a no necesitarme a mí. Estás desplegando tus alas para volar. Habrá momentos en los que te eleves y momentos en los que caigas. Puede que tú mismo te decepciones a ti mismo o que sientas que me estás decepcionando.
Tienes que saber que todavía estás aprendiendo y creciendo, y yo quiero ser esa pista suave donde puedas aterrizar. Dios dice que nada puede separarnos de su amor y yo te quiero acompañar. Aunque me enfade, soy ese lugar seguro para ti. Quiero conocer tus problemas y tus luchas, no para condenarte, sino para rezar por ti.
4. Que la Palabra de Dios sea tu arma
Cuando lo pases mal, o estés bien pero necesites a Dios, debes saber que su Palabra está viva, no es una historia pasada o un manual desactualizado. Es una carta de amor de Dios para ti, porque Él quiere lo mejor para ti.
A menudo te parecerá aburrido leerla, y quizá te preguntes si la Palabra de Dios se aplica a tu vida. Debes saber que la Biblia tiene las respuestas para amar a los que te insultan, para poder estar en paz, para saber lo que hacer con la ansiedad o para descubrir qué significa la dignidad de un joven o de una mujer.
5. Aprende a honrar a Dios todos los días
Miqueas 6:8 ofrece tres pasos para aprender a honrar a Dios: amar su misericordia, actuar con justicia y caminar humildemente con Él.
¿Qué es la misericordia? La misericordia no es darle a alguien lo que se merece. ¿Ese «amigo» que te insultó por WhatsApp? Sería tan tentador contestarle, pero resiste. Elige la misericordia. Es para tu gloria… pasar por alto esas ofensas.
La justicia no es equidad, «ojo por ojo diente por diente». Es actuar correctamente siguiendo la justicia de Dios. Haz lo correcto a los ojos de Dios.
La humildad no es derrumbarse y pensar que uno no tiene nada que ofrecer. La humildad es reconocer que Dios es Dios y que nosotros no lo somos. Es rebajarnos ante Dios, admitir que Él sabe mucho más que nosotros.
6. Solo podrás… si es gracias a Cristo
En este mundo, es tan tentador pensar que nos bastamos con nuestras propias fuerzas. Sin embargo, es Cristo el que nos hace poder afrontar los trámites más difíciles de la vida. Él te permite vislumbrar el futuro con valentía. Tu identidad se realiza cuando te das cuenta de que es Cristo el que te completa.
7. Procura tener cerca alguien a quien servir
Este mundo tratará de decirte que la búsqueda de la felicidad por medio del placer es tu objetivo principal. Pero, la felicidad verdadera llega cuando servimos a los demás. Una de las mejores formas de dejar de compararse con la «felicidad» de los demás es encontrar a alguien a quien servir.
Podría ser en un comedor social o en algo tan simple como hablar con un amigo cada vez que te sientas con la necesidad de compararte. Servir a los demás nos saca de la trampa de pensar siempre en «mí». Llevar las cargas de los otros divide el trabajo. Celebrar con alguien multiplica las alegrías.
8. Intenta proteger siempre tu alma
Debes saber lo importante que es cuidar tu alma: con lo que ves, con lo que escuchas, con los amigos de los que te rodeas…
Proverbios 4:23 dice: «Guarda tu corazón con toda diligencia, porque de él mana la vida». De tu corazón fluye la vida, tus acciones reflejarán el tipo de vida que deseas. Debes poner en sintonía lo que sabes hacer y lo que realmente haces.
9. Los errores se pueden redimir
Muchas veces buscas la independencia, tomas decisiones con consecuencias no deseadas y te gustaría retroceder en el tiempo para elegir un camino diferente. Que sepas que Dios te ha redimido, y convierte ese sufrimiento de los errores pasados en belleza.
10. Confía en Dios… que todo lo puede
Muchas veces queremos las respuestas ahora mismo. Queremos saber los próximos cincuenta pasos de nuestra vida, antes de empezar a dar uno. Sin embrago, vivir una vida para Dios implica aventura y suspenso. Nunca sabemos qué giros se pueden dar en nuestro camino.
Por J.C.M/ReL