Libros o tabletas: ¿Qué es mejor para los niños?

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¿Libros o tabletas? ¿Cumplen la misma función dentro del desarrollo cerebral y cognitivo infantil? ¿Cuál de los dos medios beneficia en mayor medida el aprendizaje de los niños?

Estas y otras inquietudes surgen alrededor del Día Internacional del Libro (23 de abril), pues ante la cantidad de recursos virtuales que existen hoy para el desarrollo de los niños, se teme que la lectura pase al olvido siendo «un error del cual nos arrepentiremos».

Los libros son para los niños la puerta de entrada a un mundo de fantasía, imaginación y desarrollo de competencias fundamentales de la etapa, sin embargo la lectura y la narración, han ido perdiendo el interés de los padres modernos, quienes ahora prefieren para sus hijos la estimulación a través de tabletas y juegos electrónicos.

Ante esta situación, expertos advierten que la lectura en la infancia es una actividad que no se puede sustituir por ninguna otra, pues sus beneficios son excepcionales tanto en esta etapa como en las posteriores, y a diferencia de lo que muchos pensarían, las tabletas no son tan favorecedoras como sí lo son los libros.

Mitos sobre las tecnologías y la educación

Catherine L’Ecuyer investigadora y divulgadora de temas relativos a la educación, habla en una entrevista concedida al ABC de España, sobre su más reciente publicación Educar en la realidad”, un libro en el que desvela con evidencias una serie de mitos educativos y demuestra que la mejor preparación para utilizar las nuevas tecnologías tiene lugar en la realidad; es decir, que la mejor preparación para el mundo on-line es el mundo off-lineLa autora respondió a las siguientes inquietudes: 

—¿Por qué hay que educar en la realidad?

—Una viñeta del humorista gráfico Faro describe un padre subiendo la montaña con sus dos hijos. Les dice «mirad hijos míos, que puesta de sol tan bonita», a lo que sus hijos responden, «jolines, papá, ¡dos horas caminando para ver un fondo de pantalla!». Hoy, nuestros hijos pueden padecer déficit de realidad, y eso repercute en el aprendizaje.

—El hecho de que nuestros hijos sean nativos digitales, ¿favorece a su cerebro para agilizar el aprendizaje?

—No. Ese es otro mito tecnológico. El cerebro es plástico, pero no es infinito. Todos tenemos limitaciones que marcan nuestra naturaleza y cuando intentamos sobre pasarlas, nos pasa factura, tanto a los inmigrantes como a los nativos digitales. Los estudios resaltan, por ejemplo, que el multitarea tecnológico lleva al colapso de la memoria de trabajo, superficialidad en el pensamiento, dificultad para enfocar y desenfocar la atención. Los estudios dicen que nos lleva a ser «enamorados de la irrelevancia».

—Uno de los atractivos de los centros escolares es que dispongan de pantallas interactivas digitales. ¿Es una mejora con respecto a la pizarra tradicional?

—No está demostrado que den mejores resultados académicos que la pizarra tradicional.

—¿Pero hacen daño?

—Personalmente no creo que las pizarras digitales hagan daño en los niños mayores, si se usan de la forma en que se usaría una pizarra tradicional, con un ritmo que se armoniza al orden interior del alumno. En la etapa infantil no se justifica su uso porque la literatura científica dice que existe un déficit en el aprendizaje realizado a través de la pantalla con respecto a una demostración en directo (el llamado «Video Deficit Effect»).

—¿Las tabletas o los libros?

—La sustitución masiva del libro de texto es un error del que nos arrepentiremos en unos años. En Primaria, el uso de la tableta puede interferir con el aprendizaje de la lectoescritura. No es lo mismo la educación individualizada que puede dar una tableta, que la educación personalizada que solo da un maestro capaz de arrancar lo mejor de cada alumno. Si el fin de la educación es buscar la perfección de la que es capaz el niño, es preciso discernir de qué es capaz cada niño. Ese trabajo no lo puede realizar una herramienta digital, por muy buenos que sean el dispositivo y los algoritmos de sus aplicaciones, porque ese discernimiento requiere sensibilidad. Y la sensibilidad es profundamente humana, no digital. En vez de invertir en arsenal tecnológico, habría que invertir en bajar ratios y en formar y remunerar mejor a los maestros.

—En su libro reconoce que está demostrado que la tableta motiva a los alumnos

—Los estudios dicen que motiva más porque gusta más. Pero que a los niños les guste la tableta no es un criterio educativo. A los niños también les encantan las golosinas. La motivación que procuran esos dispositivos es una motivación para la diversión, no para el aprendizaje. La prueba de todo ello es que esa motivación externa no lleva a una mejora en los resultados académicos.

—¿Nos equivocamos los padres cuando ponemos Internet (y todo lo que ello supone) en manos de niños de temprana edad?

—En la infancia, las pantallas no son herramientas neutras porque tienen un efecto que la literatura llama «de desplazamiento». Mientras un niño está en internet está dejando de hacer mil cosas que aportan mucho más a su buen desarrollo. En esa etapa toca experimentar, tocar, sentir, ver la realidad, estrenarla en directo y, sobre todo, desarrollar virtudes que luego permitirán usar esas estupendas herramientas de forma responsable. El uso responsable de la conducción no se consigue dándole las llaves de un Ferrari a un niño de 10 años. Tampoco se consigue desarrollar la orientación espacial de un niño de 4 años jugando al escondite en un centro comercial de 40 mil metros cuadrados un sábado por la tarde. Antes de adentrarse en el mundo online, uno ha de tener la cabeza muy bien amueblada. Todo tiene su tiempo. 

Funciones de la lectura en la infancia

Además de las apreciaciones de la experta, es necesario reconocer además las funciones principales de la lectura en la niñez, y por eso, las razones por las que no se debe extraer de la labor educativa:

– Estimula la imaginación, el lenguaje y la creatividad del niño.

– Fomenta actividades cerebrales. La lectura a cargo de los padres, permite que el niño realice ejercicios cerebrales de abstracción, memorización y asociación.

– Comprensión lectora. Es el momento idóneo para iniciar el aprendizaje de la comprensión lectora. Estudios demuestran que la mayoría de los problemas académicos de los universitarios, se deben a carencias en la etapa escolar.

– Aprendizaje. Se ha comprobado que la lectura es uno de los mejores medios de adquisición de conocimientos, por ello es importante desarrollar un buen nivel de comprensión lectora desde las primeras edades.

– Es una actividad que fortalece el vínculo paternal, pues es un espacio de intimidad que les provee estabilidad emocional y seguridad a los pequeños. Estudio ha comprobado que es la actividad más enriquecedora para un niño menor de tres años en su relación con la madre, más que ver televisión, e incluso que jugar los dos.

– Los libros no suponen ningún riesgo para los niños, como sí lo pueden ser las pantallas a edades tempranas. 

Aunque la tecnología muchas veces nos deslumbre con sus alcances y creatividad, hay funciones de la interacción humana que jamás podrán ser reemplazadas por la virtualidad. Actividades como jugar al aire libre, divertirse en familia, leer un libro junto a los hijos; son y serán las mejores y más valiosas enseñanzas.

*Por LaFamilia.info con información de ABC de España

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