Pequefelicidad.com – 28.08.2017
Foto: Freepik
«Como padres, nos empeñamos en buscar en el niño las causas de sus «malos comportamientos», de su falta de concentración, de sus berrinches, de sus explosiones, de sus caprichos… Pero es un error de manual buscar las causas en el niño. Las respuestas están en su entorno, y ese entorno nos incluye a nosotros mismos».
Así lo asegura Marta, una mamá bloguera (www.pequefelicidad.com) especialista en el método Montessori y educadora de familias de Disciplina Positiva certificada por la Positive Discipline Association.
«Cuando me preguntan sobre consejos para empezar a aplicar la filosofía Montessori en el hogar mi consejo siempre es el mismo. El cambio debe empezar por tu propia transformación interior» explica Marta.
Y esta transformación debe ir de a poco, como cuando un niño empieza a caminar, a dar sus primeros pasos, se cae pero se levanta cuantas veces sea necesario, y así emprende su marcha hasta lograr caminar por sí solo con seguridad y sin pensar en cómo hacerlo. Lo mismo ocurre con la crianza y la relación con los hijos, podemos empezar a implementar pequeñas cosas que después se verán reflejadas en grandes cambios. Por lo tanto, estas son algunas pistas que brinda la especialista para que comiences a dar pasitos hacia esa transformación interior como padre o madre, «voy a darte algunos ejemplos prácticos de actitudes que puedes cambiar en tu día a día desde hoy mismo para empezar con ese primer pasito»:
1. Ponte a la altura de tu hijo para hablar con él
Si hablas desde arriba a tu hijo, físicamente, ya estás tomando una posición de superioridad. Para que el niño se sienta escuchado y realmente puedas empatizar con él debe poder mirarte a los ojos.
2. Contesta a TODAS sus preguntas con explicaciones sencillas pero sensatas
Esto puede parecer algo demasiado obvio, pero te aseguro que no lo es en el día a día con un niño que no para de hablar.
Recuerdo que hace unos días el peque y yo íbamos en el coche. Yo tenía tantas cosas en la cabeza que al cabo de un rato me di cuenta de que el peque llevaba hablando un rato y no le estaba prestando atención. Me hablaba sobre las ambulancias que veía, sobre un barrendero que pasaba, sobre las señales… Me había hecho una pregunta y ni siquiera había contestado. Reaccioné cuando mi peque me dijo… «mami contesta».
Escucharles y responder a sus preguntas con sensatez y verdad es sencillo y muy importante para construir una relación sana y de confianza.
3. Habla con un tono de voz más suave delante de tu hijo
Bajar un poquito los decibeles ayudará a que todos en casa nos escuchemos mejor. También contribuye a tomar actitudes más serenas y tranquilas.
4. Coméntale cómo te sientes todos los días
Te pongo un ejemplo para que lo visualices: «Hoy me siento un poco cansada porque he tenido demasiado trabajo.» Esto ayudará al niño a saber por qué hoy mamá no juega mucho o por qué hoy mamá está menos habladora. También es un gran ejemplo para que él mismo aprenda a canalizar sus emociones.
5. Hagan algo juntos en la cocina todos los días
No hablo de hacer recetas elaboradas todos los días, así que no hay excusas. Si hay una ensalada y pescado a la plancha para cenar deja que sea el peque quién ponga la sal al pescado. Quien vaya colocando los ingredientes de la ensalada…
Es algo tremendamente sencillo y que puede dar un gran giro a la motivación del niño. Tocar, experimentar, compartir momentos con papá y mamá, reíros, organizar juntos…
6. Pide perdón cuando te equivoques
Somos humanos y, como el niño que empezaba a caminar, podemos caernos. Pide perdón a tu hijo y vuelve a levantarte.
«Son pequeños gestos muy sencillos. ¿No crees? Te aseguro que sólo tienes que empezar con el primer pasito» concluye la experta.