ReL – 09.11.2018
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El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, habló en días pasados sobre los ataques políticos y sociales contra la vida, la fe y la familia.
“Cuando yo era párroco en Zumárraga una madre me habló de sus hijos que entraban en la droga. Me decía: ´me han robado a mis hijos´. Y en esta nueva sociedad, ¿qué va a pesar más? ¿La familia o las redes, el estado, la sociedad? ¿Te robarán a tus hijos?”
Para impedirlo, el obispo propuso tres líneas de acción:
1. Educar a los hijos en un espíritu crítico ante lo que sucede; por ejemplo, nuestro padre nos comentaba lo que veía en la TV y hacíamos una lectura compartida de los hechos”.
2. En la adolescencia, los chicos necesitan un ambiente social alternativo, un ambiente que nos cobije, que los hijos encuentren otros chicos similares; hay familias que heroicamente lo movilizan todo para poder ofrecer estos ambientes.
3. La familia tiene que vivir la felicidad y alegría, porque en el mundo hay mucha amargura. Las familias numerosas, por ejemplo, suscitan una especie de admiración mezclada con envidia. Esa alegría es una bomba para una sociedad amargada. Pero sí, la batalla para que a mis hijos no me los roben es una gran pelea… porque el enemigo está en casa. ¡El móvil lo tienes en casa!”