Por LaFamilia.info
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Los buenos modales o normas de cortesía no son simples “formalismos”, ¡son mucho más que eso!
Los modales demuestran respeto, interés por el otro, cultura, dignidad, conciencia, madurez… y somos los padres quienes debemos fomentarlos en nuestros hijos.
Pero antes de entrar en materia, hablemos de algo fundamental: ¡el ejemplo! En LaFamilia.info insistimos en este aspecto, pues la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos es clave en el proceso educativo. Pues de qué vale reclamarles a los hijos que no hablen mientras coman, escuchen a quien les habla, saluden, apaguen el celular en la misa; si los padres salen en el auto y no dan paso al peatón, o al subir al ascensor no dan una sonrisa amable a los demás… Hay que tener presente que los hijos están en permanente observación de sus principales modelos: los padres.
Ahora sí vamos con los tips, toma nota:
1. Enseñarles a ser puntuales
La puntualidad es cultura y por consiguiente ser impuntuales crea malestar, además del abuso del tiempo del otro. Hay que sembrar en los hijos este buen hábito desde que son pequeños; claro está que en las primeras edades, la tarea será exclusiva de los padres, ya que los niños no tienen la autonomía necesaria y serán los adultos quienes deban llevarlos a tiempo al colegio, clases extra escolares, citas médicas, cumpleaños de amigos, etc.
2. Enseñarles a saludar
El saludo debe convertirse en un hábito de vida y debe aplicarse a todas las personas con la que nos topamos a diario.
3. Enseñarles a comportarse en la mesa
Las comidas diarias de toda familia son la mejor oportunidad para educar a los hijos en la buena conducta en la mesa. Asimismo, se le debe hacer igual énfasis a las cenas en restaurantes o casas ajenas, como en las del propio hogar.
4. Nada de malas palabras
Es posible que a los niños les cause cierta gracia decir «malas palabras» y groserías, pero si les explicamos que es un comportamiento inapropiado y les insistimos en evitarlas, poco a poco ellos mismos se irán haciendo conscientes y las dejarán a un lado.
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5. Enseñarles a mirar a los ojos cuando alguien les habla
Este acto denota que se le está prestando toda la atención al otro, también es un indicio de autoconfianza y autoestima.
6. Enseñarles las “palabras mágicas”
“Por favor”, “gracias” y “perdón”: ¡estas palabras tienen poderes! Así debemos transmitírselo a los hijos, estas palabras nos hacen la vida más amable y más feliz.