Por LaFamilia.info
Seguramente los hijos tendrán muchas victorias en su vida, pero también algunas dificultades, las cuales asumirán de una forma diferente si los hemos educado para ello.
De eso se trata prepararlos para la vida. Valores como la fortaleza y la templanza ayudan en esta misión.
La educación de los hijos es un proyecto con miras al futuro. Sembramos hoy para que ellos mismos cosechen mañana. Pues finalmente lo que todo padre anhela es que sus hijos sean adultos felices, responsables, íntegros y honorables. Para lograrlo, es necesario implementar una crianza basada en virtudes como la fortaleza, la cual incluye actitudes imprescindibles para la vida: esfuerzo, disciplina, voluntad, paciencia, constancia, firmeza, humildad; estos serán una especie de “salvavidas” para la adultez.
Un camino de retos
La vida está llena de retos que se deben afrontar con entereza y valor. Y en esta realidad hay que educar a los hijos. “Todo lo que vale, lo valioso, cuesta trabajo y esfuerzo. Pero si desde pequeños no somos educados en tales actitudes, chocaremos desagradablemente con una realidad que se resiste a nuestros caprichos y buscaremos compensaciones fáciles y degradantes.” Advierte el autor Francisco Rodríguez en Conoze.com.
Ahora bien, para educar en la fortaleza y la templanza, los padres deben aplicar ciertas estrategias, por ejemplo, desde las primeras edades hay que enseñarles que en casa hay unas normas, también ayudarles a tolerar la frustración y para ello es necesario no ceder ante sus caprichos.
Del mismo modo, la fortaleza se forma a partir de las pequeñeces, es decir dominándose a sí mismo en aspectos que exijan un esfuerzo por simple que parezca, por eso se recomienda darles a los hijos encargos acordes a su edad. Enseñarles a ser fuertes, a no quejarse más de la cuenta, a aceptar con positivismo las contrariedades, a exigir que hagan las cosas bien hechas y no fomentar la “ley del menor esfuerzo”, a vencer los defectos de carácter, a que sean conscientes del valor del dinero, de los recursos, de la comida.
Recuperar la fortaleza en la familia
Se dice que las nuevas generaciones presentan niveles más altos de frustración y poca capacidad para asumir compromisos, lo cual podría ser producto de una crianza carente de virtudes y límites.
“Al haber olvidado la necesidad de la fortaleza, mientras hemos llegado a interiorizar que tenemos derecho a todo lo que se nos antoje con el mínimo esfuerzo, estamos frustrando nuestra vida. El abandono de los estudios de tantos jóvenes pone de manifiesto la carencia de fortaleza para superar dificultades.” Añade el autor citado.