Por LaFamilia.info – 24.09.2019
Un teléfono móvil es una herramienta indispensable para la mayoría de nosotros, especialmente para los más jóvenes.
La razón es muy sencilla: hoy en día tenemos a la primera generación de niños y adolescentes nacidos en una era totalmente digital. Podríamos decir que prácticamente nacieron con el teléfono en la mano.
Esto, sin lugar a dudas, ha supuesto un desafío para quienes queremos criar a nuestros hijos en un entorno saludable y lejos de los posibles riesgos que puede implicar el uso excesivo de estos dispositivos en su salud. No te preocupes, hay formas de evitar que esto suceda sin la necesidad de quitarles dicho aparato.
Así que has llegado al lugar correcto. Te explicaré brevemente cómo pude hacer frente al uso desproporcionado que mis hijos le daban a su teléfono celular y cómo evité que se transformara en un vicio. Te doy una pista: todo se trata de negociar y controlar algunas cosas.
Lo primero que hice fue establecer con ellos horarios para el móvil. Y en esto fui muy estricto. Mis hijos estaban emocionados por tener su primer teléfono inteligente. Para obtenerlo, les hice entender que debían moderar su uso y que habían momentos en los cuales no podrían utilizarlo.
Fui muy claro en este último punto y les di ejemplos: la escuela no es un sitio para utilizar el móvil cuando estás en horas de clase. Tampoco a la hora de sus otras actividades extra-curriculares, pues lo que menos quería era que se distrajeran. Igualmente fue a la hora de hacer algunas tareas, salvo que tuviéramos que buscar juntos alguna información y el ordenador no estuviese disponible.
Pero no solo me limité a estas actividades. Lo mismo sucedió con la hora de dormir por ejemplo. También les hice entender lo importante que es respetar los momentos familiares como es la hora de comer juntos en la mesa, o cuando están sus abuelos de visita. Esto garantiza que mis hijos puedan usar el móvil con moderación sin dejar de interactuar con otros.
No te lo negaré, lograr esto no fue nada fácil al principio pues me costaba saber exactamente qué estaban haciendo mis hijos en ciertos momentos. Finalmente, pude hallar una solución muy efectiva y nada invasiva: una aplicación móvil que ayuda a controlar y monitorear el tiempo que ellos tienen en pantalla, llamada FamiSafe.
Una de sus características es que puedes establecer los tiempos de uso del teléfono, el cual se bloqueará cuando tú lo determines. No quería que mis hijos me mintiesen cuando decían que hacían sus deberes para estar concentrados en el celular. Así que programé la app para que no pudiesen usarlo sino una vez culminaran sus deberes.
Mis hijos también estaban obsesionados por algunos juegos, así que también pude programar desde la aplicación el tiempo que estaban conectados en dichos juegos. Igualmente, ahora sé que cosas instalan o ven ellos en su móvil o hasta qué hora utilizan sus redes sociales.
Si bien en un principio mis hijos se sintieron un poco incomodos por ello, poco a poco se han acostumbrado. Y conforme ha ido pasando el tiempo, he sido un poco más flexible con el uso de algunas aplicaciones como algunos límites de tiempo como lo son fines de semana y las vacaciones.
Esta aplicación me la recomendó un padre de la escuela de mis hijos, y no pudo venirme en mejor momento. No sólo me ayudó a entender la cantidad de tiempo que usaban mis hijos el teléfono celular, sino también a establecer dichos limites sin tener que estar yo allí para supervisarlos.