Colaboración Sontushijos.org - 30.09.2017

 

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Alberto Quesada es profesor de secundaria en España, quien asegura que “prohibir la tecnología a los chicos no es la solución”,  ni tampoco la postura opuesta, es decir, la de aquellas familias que dan libertad con la excusa de que no se puede luchar contra la omnipresencia de la red o del aluvión imparable de imágenes y sensaciones que llega al móvil.

 

“En mi opinión, ninguna de las dos opciones es la correcta. La primera alternativa sencillamente retrasa el contacto con los dispositivos móviles, pero no aporta recursos (no, al menos, a priori). La segunda deja abandonado al adolescente frente a los numerosos riesgos de la red”. Asegura el profesor en un artículo que nos comparten desde Sontushijos.org. Por eso, él brinda las siguientes pautas que podrá ayudar un poco a los padres a encontrar el punto medio del asunto. 

 

Los móviles no son juguetes

 

Hace algún tiempo, un alumno de 1º de ESO me preguntó: «¿Hoy haremos clase normal o usaremos los iPads?». Este comentario me cayó como un jarro de agua fría, pues llevaba unas semanas de metodología 1:1 durante una hora semanal de sociales, y me parecía un éxito de resultados y de implicación de los alumnos. Los alumnos pensaban que estábamos jugando y que eso no era estar en clase de verdad.

 

Estas percepciones erróneas suceden al introducir los dispositivos digitales de manera poco ordenada. Si en todos los contextos de aprendizaje se abusa del juego, los aparatos se asocian a la diversión.

 

La implantación de los computadores en los centros educativos no queda excluida de esta distorsión: si los sistemas 1:1 solo se emplean en contextos gamificados, se genera -casi inconscientemente- un prejuicio contra la seriedad de estos instrumentos. Si el móvil se usa solo para jugar o para la conversación insustancial, se genera una percepción que altera la alfabetización digital.

 

Todo ello nos invita a pensar cómo introducimos a los niños en la tecnología o si, por el contrario, los lanzamos al mercado digital sin una preparación previa. En concreto, conviene preparar un proceso gradual de inmersión: pasar por aplicaciones que no sean juegos, sino herramientas útiles en el día a día de los niños. Una orientación así permite dar sentido a los 600 euros que una familia gasta por un iPhone.

 

Prohibir con sentido

 

Lo dicho hasta ahora nos lleva a apuntar que no se gana nada retrasando el contacto de un niño con las herramientas digitales. Sin embargo, la asunción de ritmos de uso no puede dejarse a la deriva. Del mismo modo que no dejamos a un niño de 4 años salir solo a la calle, tampoco es prudente permitir la libre utilización de los dispositivos digitales. ¿Edad? Depende: en 1º de ESO los niños son muy distintos entre sí, porque la educación en la familia también es muy distinta entre ellos.

 

Primero, se dejará el aparato en momentos y circunstancias bien puntuales. Después, convendría ir ampliando el periodo de posesión del móvil a la vez que se hace hincapié en la necesidad de desconectarlo o apartarlo en situaciones concretas: estudio, tiempo en familia, horas de sueño, etc. Finalmente, se dará libertad y la intervención paterna se limitará a una labor de orientación o consejo, o ultima ratio, como castigo por un comportamiento muy grave.

 

Formar en positivo

 

Yo no pondría el acento en la prohibición o en el miedo a la red. Me parece que esta ha sido la tónica de las charlas y sesiones sobre formación digital en las familias. Las cosas han cambiado y, ahora, los padres y educadores estamos familiarizados con la tecnología digital. Bastaría por tanto cambiar nuestro paradigma y pensar en los recursos que un niño, en cada situación, puede utilizar e irle progresivamente formando en el uso de aplicaciones y recursos on-line.

 

Los ejemplos son incontables. Eso sí: conviene apartar la mente de las redes sociales, que serían el último escalón en el proceso de madurez digital, o de los videojuegos, que es la salida fácil para que los niños estén entretenidos. En su lugar, aparece toda una retahíla de recursos para cultivar cualquier hobby o utilizar en el trabajo cotidiano. En el coche, podemos ir siguiendo la ruta a través de un navegador gps, o ir haciendo fotografías de los paisajes para hacer un concurso en familia. Se pueden ver las estrellas con una herramienta de realidad aumentada, o visitar un museo con la guía. Podemos vender los muebles que no necesitemos más, mirar la cartelera o reservar una mesa para la cena. Todo depende muchas veces del tiempo que dedicamos a pensar la utilidad del teléfono móvil o la conexión de datos antes de que el niño lo haga por su cuenta y nos encontremos con el problema de dejarle el móvil para que se entretenga.

 

En definitiva: la educación digital es el nuevo reto al que padres y docentes nos enfrentamos. Esperar a los cursos de secundaria es demasiado tarde. Hay que formar en positivo para ofrecer técnicas y habilidades que puedan ponerse en marcha conforme el niño va madurando, y utilizar la prohibición en la medida en que pueda ser justificado por sus educadores, precisamente porque ellos predican con el ejemplo o viven unas normas de buena educación que tienen un claro sentido positivo.

 

Colaboración de www.sontushijos.org para LaFamilia.info

 

 

Colaboración FamilyandMedia - 30.06.2017

 

Foto: Freepik 

 

Los padres nos lamentamos del uso excesivo de la tecnología en los niños y jóvenes de hoy, y estamos preocupados por las consecuencias que esto tendrá en sus vidas. ¿Pero nos hemos mirado al espejo? ¿Nos hemos preguntado si el e-mail de turno no puede realmente esperar hasta el final de la cena?

 

Digamos las cosas como son: el smartphone “ha vuelto aceptables comportamiento que hace pocos años habrían sido definidos de gran mala educación”. No lo digo yo, lo dice Ariela Mortara, profesora de Sociología del consumo en el Lulm (Universidad Libre del Lenguaje y la Comunicación) de Milán, y tiene razón. “La posibilidad de compartir experiencias con amigos virtuales, en vez de con los comensales”, nos ha vuelto incapaces de pasar una comida entera sin WhatsApp, selfie y e-mails.

 

Que sea importante, urgente, necesario o solo por diversión, siempre hay una notificación que aparta nuestra atención de aquello en que estábamos. Una interferencia constante en nuestra vida personal y profesional, un billete solo de ida para esa que ha sido definida la era de las distracciones.

 

La verdad es que la dependencia digital es la más transversal de las dependencias. Tenemos el teléfono siempre a mano, esperamos el semáforo para responder a los mensajes y, aún peor, no miramos más a la cara a quien nos habla. Ni siquiera a nuestros hijos.

 

Hablamos mal de los nativos digitales pero los primeros que necesitamos una desintoxicación tecnológica somos nosotros. Y si es verdad que los niños no aprenden de lo que decimos, sino de lo que hacemos, la solución está detrás de la puerta.

 

El mundo en el que vivimos nos abruma de datos y estímulos difíciles de gestionar para dejar el espacio adecuado a la productividad y a la creatividad. En su libro Focus, Goleman habla del rol fundamental que juega la atención en el modo en el que afrontamos la verdad. Este recurso mental sutil, esquivo e invisible nos pone en conexión con el mundo, plasmando y definiendo nuestra experiencia.

 

La capacidad de hacer más cosas simultáneamente es, sin duda, un recurso y una competencia, pero la exasperación de esta “habilidad”, nos ha vuelto incapaces de focalizarnos sobre una cosa a la vez. La era de la distracción, de hecho, no es otra cosa que la evolución negativa de tanto admirado concepto de multitasking.

 

El 47% de los profesionales señala como causa principal de las interminables reuniones de trabajo el hecho que los participantes están continuamente distraídos con los móviles. Pero el dato más preocupante es que el 62% de los niños siente no tener la completa atención de los por los padres cuando habla. Y ¿adivináis por qué? ¡Porque miran a menudo el móvil!

 

Como de costumbre, los americanos han llegado antes que nosotros y han hecho también de esto un negocio. Han inventado Pause (Pausa) www.pauseit.com, una caja de diseño elegante que bloquea la señal wi-fi, los mensajes y las llamadas entrantes. Basta poner en orden los móviles para crear momentos sin distracción en familia, en la oficina, en la escuela. Una invitación a conectarse solo con las personas que están junto a nosotros, eliminando todo tipo de actividad y conversación virtual.

 

En el video promocional, las personas tienen un móvil pegado al rostro mientras comen, trabajan e incluso cuando duermen. “Echo de menos jugar juntos más de cinco minutos, antes que cuando todos corrían para mirar el teléfono”, dice el niño del vídeo, “y tengo miedo del futuro porque si ahora estamos así que existen los Smartphone solo desde hace diez años, ¿qué será de nosotros dentro de veinte años?”

 

La idea, sencilla pero eficaz, ha encontrado su alter ego también en Italia: en Torino Eataly, los clientes de la hamburgueserías low food muy conocida deben dejar los móviles en una Black Phone Box. Para quien aguanta hasta el final de la comida sin móvil, ¡el postre es gratis!

 

Seamos objetivos: ¡serán ideas originales, pero se trata del “descubrimiento del agua caliente!”

 

¿Realmente necesitamos una caja de diseño que cuesta 40 dólares o ir a un restaurante donde unos desconocidos nos tienen que recordar que estamos allí para cenar y hablar con quien nos sentamos de frente?

 

Si para nosotros es sagrada la calidad del tiempo que pasamos en familia, si para nosotros es importante hacer productivo el tiempo que dedicamos al trabajo, ¿qué nos impide dejar el teléfono en un bolsillo del bolso durante media hora?

 

¿Dónde ha terminado nuestra fuerza de voluntad?

 

¿Por qué no elegimos tener el control sobre los medios y los instrumentos de los que disponemos? ¿No es esto lo que pedimos a nuestros hijos? Bien, demostremos que nosotros somos los primeros capaces de hacer un uso moderado y consciente.

 

Y si nuestra motivación se ha debilitado al punto de no lograr dejar el teléfono en el bolsillo del abrigo ni siquiera durante una hora, entonces definamos para todos un marco de tiempo para vivir juntos sin pantallas ni wi-fi. ¡Tomemos una bonita caja de zapatos, decorémosla como más nos guste y paremos al intruso!

 

No se trata de ironía barata. El tiempo transcurrido en familia y, sobre todo en la mesa, tiene un valor inestimable para edificar la unión familiar; la conexión emotiva es la mejor protección que podemos ofrecer a nuestros hijos, porque será gracias a esta unión que lograremos ayudarles a construir la propia identidad. Es este el tipo de educación que en la vida les protegerá del uso nocivo de las nuevas tecnologías y de ellos mismos.

 

Crear sanas costumbres digitales tiene exactamente la misma importancia que las sanas costumbres alimentarias, higiénicas y de estudio. Nadie quiere demonizar la tecnología. Yo no me acuerdo ni siquiera cómo se hacía para encontrar una dirección antes de Google Maps, pero creo que, como decía mi abuela, todo exceso es un defecto.

 

Enseñemos a nuestros hijos el valor del tiempo, la posibilidad de elegir de forma consciente y ayudémosles a desarrollar un espíritu crítico. Hagámoslo con nuestro ejemplo, en el tiempo que pasamos con ellos, estando ahí por ellos al 100%. Porque eso que se comparte a la mesa, en familia, va mucho más allá de la comida. Y entonces, pongamos en pausa las distracciones externas y reevaluemos la convivencia, esa realidad amable, tibia, constructiva y densa de significado: ese que tiene firme la unión emocional y acerca a los miembros de la familia. Eso que, en dos palabras, “¡hace familia!”

 

Colaboración de www.FamilyandMedia.eu para LaFamilia.info

Por LaFamilia.info - 05.09.2016

 

Portada Campana Familias Digitales-01

 

Somos la primera generación de padres que tenemos que educar a los hijos en el uso de las nuevas tecnologías, por eso hay muchas dudas y desconocimiento al respecto. Viendo todo esto, en LaFamilia.info quisimos estudiar más de este tema y nos capacitamos a través de un curso de la entidad Interaxion Group. Así que con base en todo lo que aprendimos, hemos realizado una serie de consejos que esperamos les sirvan para aplicar en casa.

 

Tip 1. Somos la primera generación de padres que tenemos que educar a los hijos en el uso de las nuevas tecnologías. Es un nuevo reto en la crianza, por eso es tan importante que como padres nos informemos sobre el mundo digital, solo así podremos comprender y orientar a los hijos desde el conocimiento.

 

 

Tip 2. No prohíbas a tus hijos el uso de las tecnologías porque así no podrás educarlos. No lo prohíbas, pues saldrán de casa y tendrán Internet en todas partes! Mejor establece límites, normas, enséñales criterios y habla con ellos sobre su uso responsable.

  

 

 

Tip 3. En el uso de las nuevas tecnologías también debes poner límites a tus hijos. Así como en cada familia hay unas normas para convivir mejor, también deben existir unas reglas relacionadas con internet, por ejemplo: en la cena o al momento de hacer los deberes escolares, los móviles deben permanecer apagados. Establece horarios de conexión, aplica filtros de seguridad y crea acuerdos sobre el uso de las redes sociales, tú como papá/mamá eres quien debe establecer los límites.

 

 

 

Tip 4. Enseña a tus hijos que cada clic es un acto público. Cuando publicamos una foto cualquiera puede copiarla, manipularla y distribuirla. Cuando damos un “like” estamos expresando una opinión, un sentimiento, una forma de pensar. Por eso ayuda a tus hijos a pensar muy bien antes de publicar algo en la web, incluso dales la confianza para que te pregunten cuando tengan dudas de postear algo.

 

 

Tip 5. Motiva a tus hijos a que salgan del entorno digital. Demuéstrales a tus hijos que hay otras formas de entretenerse fuera del mundo digital e invítalos a que hagan otras actividades: musicales, deportivas, artísticas, sociales (encuentros con amigos), etc. Tú les puedes mostrar que la vida está más allá de esa pantalla y así evitar que caigan en una adicción.

 

 

 

Tip 6. ¿Conoces los amigos digitales de tus hijos? Así como te preocupas por conocer más de los compañeros de clase de tus hijos, o por los amigos con los que va al cine; lo mismo debes hacer con sus amigos digitales. Si tus hijos no los conocen en la vida real, no deben ser sus amigos en la vida digital.

 

 

Tip 7. A los hijos hay que darles ejemplo en todo, también en el uso de la tecnología. ¿Escuchas a tus hijos sin mirar el móvil? ¿Durante la cena atiendes llamadas, respondes chats o revisas las redes sociales? ¿Te muestras ansioso si no estás conectado?... Esta regla básica de la crianza también aplica a este tema, y es que no podemos pedir a los hijos algo que nosotros mismos no hacemos, por eso demuéstrales que hay espacios para compartir en familia y que todos en ese momento dejaremos los móviles a un lado.

 

 

Tip 8. “La gente que navega por internet, no siempre es quien dice ser” (Ana Luisa Rotta) Internet facilita el anonimato de los usuarios y no siempre hay buenas intenciones en todo esto. Lo que menos queremos es que nuestros hijos caigan en las redes de este tipo de personas, por eso sin necesidad de crearles pánico, cuéntales de los peligros que existen en la web: Grooming, Ciberbulling, Sexting...

 

 

Tip 9. El multitasking es una mentira. Los expertos de Intreaxion nos han explicado que las TICS están construidas para llamar nuestra atención, lo que hace que sea difícil concentrarse en otros asuntos. Por eso el llamado “multitasking” es una mentira, no podemos hacer varias cosas a la vez, necesitamos momentos de desconexión para poder hacer bien nuestras tareas.

 

 

 

Tip 10. “Las TICs tienen muchos beneficios, pero también plantean riesgos. La forma más segura de aprovechar los primeros y evadir los segundos, es tener una personalidad madura en el mundo digital. Esa madurez se resume en una palabra: virtudes”. (Curso Personalidad madura en el mundo digital – Interaxion Group)

 ¡Y aquí se resume todo! Educar a los hijos en valores, virtudes y poner límites en la familia, es la mejor forma de crear una personalidad madura para usar las nuevas tecnologías.

 

Por Catherine L’Ecuyer / ElPais.com – 25.08.2017


foto: freepik

Las consultas de muchos neuropsicólogos y también de pediatras se están llenando de pequeños adictos a las pantallas, ya sean tabletas, móviles, computadores o televisión. Los efectos pueden pasar de un mal humor constante y conductas violentas a diagnósticos de déficit de atención o hiperactividad.

 

ReL – 26.05.2017

 

Foto: kaboompics

 

Nacho Calderón es uno de los neuropsicólogos de referencia del momento. Desarrolla su labor entre España y Estados Unidos siendo el director del Instituto de Neuropsicología Aplicadas (INPA) en Madrid y del Neurological Rehabilitation International Consultants de Laredo (Texas).

 

Especialista en niños, este profesional conoce perfectamente los efectos del abuso de la tecnología (móviles, tabletas, ordenadores/computadoras y televisión) en los más pequeños. Y tras observar a miles de niños sus conclusiones son devastadoras. Ya sea con ciertas patologías o sin ellas alerta a los padres de los límites que deben poner a sus hijos en la utilización de estas tecnologías. En un artículo publicado en su blog, Educar con sentido, que reproducimos a continuación, explica los efectos en los niños basados en su experiencia en sus consultas:

 

La presencia en nuestras vidas de dispositivos electrónicos que utilizan internet (teléfonos móviles y tablets) es, a todas luces, inevitable – lo cual no es malo – pero su uso está rápidamente alcanzando dosis que nadie puede negar que constituyen un abuso. Me gustaría compartir con ustedes las observaciones que a lo largo de los últimos años he podido hacer desde el privilegiado sillón de neuropsicólogo infantil (y por tanto terapeuta de familia).

 

Los efectos de tabletas y móviles, peores que los de la televisión

 

Siempre me he mostrado muy crítico del abuso que se ha estado haciendo de la televisión. Sus efectos han sido marcadamente nocivos y son numerosísimos los estudios que lo demuestran. Inocentemente durante mucho tiempo pensaba que la televisión y los móviles o las tablets eran equivalentes, que sus efectos eran comparables. Desgraciadamente los efectos de éstos últimos son mucho más nocivos. De la televisión siempre he dicho que es nociva en un doble sentido:

 

1. Por el efecto hipnótico que ejerce, reduciendo las conexiones entre la corteza prefrontal (parte pensante del sistema nervioso) y el resto del encéfalo hasta niveles básicos de supervivencia. Por eso es tan descansado ver la televisión, por eso tantos adultos al llegar la noche decimos (me incluyo) “Estoy tan cansado que sólo quiero ver la televisión”. La pantalla ejerce un efecto hipnótico de tal calibre que literalmente dejamos de pensar (actividad que consume una gran cantidad de oxígeno) y pasamos a procesar la información que llega a través de nuestros ojos de a unos niveles insultantemente básicos. Por cierto, cuanto más tiempo se está expuesto a este efecto hipnótico, más difícil resulta salir de él.

 

2. Por lo que ver la televisión impide. Mientras se está viendo la televisión no se hacen otras cosas mucho más productivas. En el caso de los niños, particularmente, la televisión les impide estar jugando, que es la función más importante para el desarrollo del sistema nervioso. Hoy en día las habilidades de juego de los niños se han reducido gravísimamente.

 

La adicción es aún mayor en el caso de estas nuevas tecnologías

 

Estos dos efectos nocivos de la televisión siguen siendo verdad cuando nos referimos a los teléfonos móviles y las tabletas, pero debemos ahondar de manera más concreta.

 

¿Los beneficios de interactuar?

 

Una de las grandes diferencias que existen entre la TV y los dispositivos con conexión a internet es la “interactuación”. La televisión – al menos la tradicional, la que no tenemos conectada a internet – implica una pasividad por parte del sujeto, solo puede verla, mientras que los móviles o las tablets permiten “bucear”, buscar, cambiar, jugar, responder, etc. A priori esta es una gran ventaja. El usuario tiene un control sobre qué hacer, no hay una pasividad tan apabullante.

 

Sin embargo, en mi experiencia esa capacidad para buscar, para interactuar, se convierte en algunos casos, en el peor enemigo. A menudo veo niños que, aún sin saber leer, sin ni siquiera edad para hacerlo, son capaces de dominar una tablet al grado de entrar en la página web de su elección – con frecuencia Youtube – y encontrar el video de su elección. Impresionante podríamos concluir. El problema es que rara vez el niño termina de ver ese video. Antes de que acabe ya habrá seleccionado otro de la lista que aparece a la derecha de su pantalla, y así hará, sucesivamente, saltando de un video a otro, sin terminar de ver ninguno de ellos.

 

Producen déficit de atención

 

Sin llegar a ese tipo de patología, lo que es indiscutible es que las tablets y los móviles están haciendo estragos en dos áreas muy concretas:

 

Están reduciendo la capacidad de atención de los niños de manera dramática. La luz azul que emiten esos dispositivos ejerce tal nivel de estimulación en el sistema nervioso que cuando se le requiera de nuevo atender de manera sostenida va a exigir niveles semejantes de estimulación, como ningún profesor, al menos hasta la fecha, es capaz de emitir una luz semejante, le va a ser muy difícil atraer y mantener la atención de sus alumnos.

 

Adiós a la socialización

 

Está reduciendo la socialización – el encuentro persona a persona – entre los niños y los jóvenes. Hoy en día es frecuente ver en plazas, restaurantes y parques a un grupo de niños mirando lo que hace otro en su móvil. No hablan, no juegan, solo miran lo que hace otro. Si son varios los que tienen móviles, se sientan en fila, uno junto al otro y se dedican a jugar en paralelo.

 

Diez consejos a las familias

 

1. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) antes de ir al colegio. Tampoco en el trayecto al colegio.

 

2. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas durante el desayuno, comida, cena o merienda. Tampoco papá debe estar viendo las noticias o el deporte cuando estamos sentados a la mesa.

 

3. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas antes de estudiar o hacer deberes.

 

4. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan el uso de pantallas en un restaurante, bar, o similar. Si no dejan comer tranquilos a la familia, NO se preocupe.  Así han sido siempre las comidas en familia. Eso es hacer familia. Es una magnífica ocasión para educarles, no la desperdicie.

 

5. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permitan que el uso de pantallas sustituya los juguetes, el deporte, salir con amigos o ir a ver a los abuelos.

 

6. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia regale una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona menor de 14 años. Si se lo quieren comprar sus padres, allá ellos, tienen derecho a equivocarse, usted no.

 

7. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia regale una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona mayor de 14 años sin antes consultarlo a sus padres.

 

8. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un desarrollo neurológico no óptimo (con diagnóstico de déficit de atención, hiperactividad, retraso en el desarrollo, autismo, trastorno del lenguaje, síndrome de Down, síndrome de Williams, o cualquier otro trastorno, genético o no, que afecte al sistema nervioso central) utilice una tablet o un teléfono móvil o similar más de 30 minutos seguidos. Nunca más de 90 minutos al día – y solo en días sin colegio.

 

9. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un sistema nervioso en su punto álgido de desarrollo neurológico (cualquier niño entre los 0 y los 7 años) utilice una tablet un teléfono móvil o similar.

 

10. Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia permita que una persona con un sistema nervioso en el momento clave de desarrollo neurológico (cualquier niño entre los 8 y los 14 años) utilice una tablet o similar más de 30 minutos seguidos. Nunca más de 90 minutos al día – y solo en días sin colegio. No le permita tener un teléfono móvil.

 

Euroresidentes – 11.08.2016

 

20161608adolesFoto: Freepik 

 

La psicóloga infantil Yekaterina Murashova describe en su libro un interesante experimento que muestra lo que ocurrió cuando a un grupo de adolescentes se les privó de acceso a Internet y tecnología moderna durante un día. Merece la pena pegarle un vistazo, igual sacas alguna que otra interesante conclusión.

 

Los chicos, de edades entre 12 y 18 años, pasaron voluntariamente 8 horas solos y sin acceso a ningún medio de comunicación (móvil, internet, etc). Tenían prohibido encender el ordenador y cualquier otro aparato eléctrico, como la televisión o la radio. Pero sí que se les permitía participar en actividades “clásicas”: leer, escribir, tocar instrumentos musicales, pintar, cantar, etc.

 

Murashova quería probar su hipótesis de que en la actualidad, las generaciones jóvenes están demasiado entretenidas en cosas sin importancia, son incapaces de encontrar maneras de estar ocupados y están completamente alejados de la idea del mundo real. 

 

De acuerdo con las reglas del experimento, los niños tenían que explicar al día siguiente cómo habían hecho frente a estar solos en esas condiciones. Podían describir cómo se sentían en el momento del experimento, y llevar un registro de sus acciones y pensamientos. Si hubiera algún caso de ansiedad, estrés o malestar extremo, el experimento se detendría inmediatamente, se registraría el tiempo y la razón de por qué ese chico o chica ha terminado.

 

A primera vista la idea parece bastante inofensiva. Es por eso que la psicóloga que lo organizó creyó erróneamente que el experimento era totalmente seguro. Nadie se esperaba esos resultados. Sólo 3 de los 68 participantes llegaron al final del experimento -1 chica y 2 chicos. 3 de los participantes tuvieron pensamientos suicidas. 5 de ellos experimentaron ataques de pánico intensos. 27 experimentaron síntomas como náuseas, sudoración, mareos, sofocos y dolor abdominal. Casi todos los participantes experimentaron sentimientos de miedo y ansiedad.

 

La novedad de la situación, y su interés y alegría por estar solos se desvaneció en la mayoría de ellos a las 2-3 horas de haber empezado. 10 de los que abandonaron empezaron a sentir ansiedad solamente 3 horas después de haber empezado.

 

Uno de los experimentadores recuerda: “La niña que llegó al final me trajo un diario en el que describía detalladamente cómo se sentía a la octava hora. Después de leer varios empecé a experimentar algunos de los síntomas ansiosos que habían sentido muchos de ellos”.

 

¿Qué hicieron los adolescentes durante el experimento?

 

  • Cocinaron y comieron
  • Hicieron tareas de clase (el experimento se hizo en vacaciones, pero muchos de ellos cogieron el libro de tareas como símbolo de desesperación)
  • Miraban por la ventana o se paseaban por la habitación
  • Montaron puzzles y figuras de Lego
  • Pintaron
  • Se ducharon
  • Leyeron o intentaron leer
  • Jugaron con su perro/gato
  • Hicieron ejercicios físicos como abdominales o flexiones
  • 3 escribieron poesía o prosa
  • 1 chico estuvo 5 horas dando vueltas montado en los autobuses de su ciudad
  • 1 chica hizo bordado
  • 1 chico se fue al parque de atracciones
  • 1 chico se paseó por su ciudad de punta a punta (25 km)
  • 1 niña se fue al museo
  • Otro al zoológico
  • 1 niña rezó
  • Casi todos intentaron dormir, pero ninguno lo consiguió

 

Al terminar el experimento, 14  de los adolescentes se conectaron inmediatamente a las redes sociales, 20 llamaron a sus amigos desde su móvil, 3 llamaron a sus padres y 5 fueron a visitar a sus amigos en persona. Otros encendieron la televisión o se sumergieron en sus juegos de ordenador.  Además, la mayoría de ellos se pusieron rápidamente los auriculares.

 

Todos los síntomas de estrés desaparecieron inmediatamente al acabar el experimento.

 

63 de ellos admitieron que el experimento les había sido útil para conocerse mejor a ellos mismos. 6 repitieron el experimento por su cuenta y aseguraron que en la segunda, tercera o quinta vez se las arreglaron para aguantar todo el día sin arrastrar problemas graves.

 

Al describir lo que sentían durante el experimento, 51 personas utilizaron expresiones como “dependencia”, “parece que no puedo vivir sin…”, “dosis”, “Necesito…”, etc. Todos, sin excepción, dijeron que se habían sorprendido mucho de los pensamientos que cruzaban por su mente durante el experimento, pero eran incapaces de analizarlos racionalmente debido a su estado psicológico.

 

Uno de los niños que completó con éxito el experimento pasó las 8 horas pegando un velero, con un descanso para comer y otro para pasear al perro.  Otro estuvo ordenando todas sus cosas. Ninguno de ellos experimentó emociones negativas durante el experimento. 

 

Publicado originalmente por EuroResidentes.com

 

Empantallados.com - 24.07.2017

 

 

 

Mamá / papá, ¿me compras Netflix, porfi porfi porfi? Llegará el día en el que tu hijo ya no necesite que le leas cuentos por la noche, te pedirá que no le besuquees delante de sus amigos y, por supuesto, llegará el día en el que te rogará que le dejes usar Netflix.

 

Sin embrago, dejar a tu hijo solo con Netflix es dejarle un mundo de posibilidades a un clic, muchas de ellas inapropiadas para su edad. Así que del mismo modo que establecemos el control parental de YouTube, es importante supervisar qué contenidos consume nuestro hijo en Netflix y fijar un tiempo de uso igual que hacemos con la televisión o el iPad.

 

En este video tutorial de Empantallados se explica paso a paso cómo configurar el control parental de Netflix, cómo crear un PIN para restringir el acceso a determinados contenidos, o para qué sirven y para qué no los perfiles de usuario.

 

 

Video control parental en Netflix

 

Aceprensa - 28.11.2016

 

20162811hytFoto: Freepik

 

Los pediatras americanos están preocupados por la cantidad de tiempo que los menores pasan delante de alguna pantalla, cosa que ha aumentado con la generalización de las tabletas. Aunque reconocen el potencial formativo de las nuevas tecnologías, alertan de que solo unos pocos contenidos cumplen con los requisitos para producir efectos positivos en los niños. La implicación de los padres es clave.

 

Las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (AAP) publicadas hace tres años iban dirigidas fundamentalmente a actores ajenos a la familia: los propios pediatras, las escuelas, los gobiernos locales o la industria del entretenimiento. No obstante, también incluían un apartado para los padres.

 

Ahora, ellos son los principales destinatarios de las propuestas, lo que supone un reconocimiento del papel fundamental que la familia desempeña en el consumo de pantallas por parte de los más jóvenes. Las recomendaciones vienen, además, divididas en dos informes, según la edad de los menores: de 0 a 4 años y de 5 a 18.

 

El mensaje central sigue siendo el mismo: antes de los dos años, lo más recomendable es que con los niños no se usen pantallas, salvo quizá para las videollamadas. Después, el consumo puede aumentar poco a poco hasta llegar a un máximo de una hora diaria a los cinco años, pero solo de contenidos de calidad. De ahí en adelante ya no se fija un límite estricto de tiempo, pero se recalcan otro tipo de recomendaciones: fijar un plan concreto de uso adecuado a la edad, reservar momentos para la actividad física y el sueño, evitar que los niños tengan un dispositivo digital en su cuarto al irse a dormir (televisión, móvil, tableta y computador) y que hayan estado ante alguna pantalla una hora antes de irse a la cama, etc.

 

Otro grupo de recomendaciones incide especialmente en la promoción de un entorno tecnológico saludable dentro de la familia. Por ejemplo, la AAP propone que cada hogar diseñe un plan sobre uso de pantallas, con normas claras y que implique también a los adultos. Igualmente es bueno establecer unos tiempos “libres de tecnologías”, como las comidas o la hora de los deberes. Por último, los pediatras piden a los padres que utilicen las tecnologías con sus hijos, para evitar que los menores desarrollen una excesiva idea de privacidad sobre su uso.

 

Datos para preocuparse

 

Estas recomendaciones vienen avaladas por algunos datos preocupantes que la AAP ha recabado en los últimos años. Una investigación publicada a final de 2015 en la revista Pediatrics señalaba que, a los dos años, un 75% de los niños norteamericanos estudiados utilizaba diariamente un dispositivo móvil para ver videos, jugar o utilizar aplicaciones. A esa misma edad, a la que la AAP recomienda que apenas haya exposición a pantallas, los niños consumían de media 50 minutos de televisión diaria, pasaban otros 29 minutos viendo videos en dispositivos portátiles (el doble de tiempo que dos años antes), 20 minutos en aplicaciones y 13 en alguna videoconsola. En total, casi una hora y tres cuartos.

 

Por otro lado, muchos niños de cuatro años tienen ya sus propios aparatos: televisor (más de un 40%), tabletas (63%, un porcentaje que se ha doblado solo en dos años), ordenador (15%) o smartphone (7%). A veces son los propios padres quienes descargan en dispositivos de sus hijos aplicaciones como Youtube o Netflix. A los tres años, una importante proporción de niños ya las utilizaban con frecuencia.

 

El juego social, mejor que el digital

 

Uno de los motivos más citados por los padres para dejar que sus hijos pasaran tiempo delante de alguna pantalla era conseguir “que se calmaran”. La AAP advierte que los adultos deben buscar alternativas más enriquecedoras para el ocio familiar. Los juegos en los que los niños interactúan mental y físicamente, señalan, son especialmente importantes en los primeros años de vida, y ayudan a desarrollar la imaginación, las habilidades sociales y la coordinación motora.

 

Otro riesgo asociado a las tecnologías es el de perjudicar la capacidad de atención, sobre todo cuando los más pequeños se acostumbran a la multitarea. A los cuatro años, uno de cada cinco niños estudiados decía utilizar varias pantallas a la vez “la mayoría de las veces”.

 

Es conocida, por otro lado, la relación entre el uso excesivo de las pantallas y determinados problemas de salud, como la poca cantidad y mala calidad del sueño o la obesidad.

 

Conductas de riesgo por edad

 

Entre los niños en edad escolar empiezan también a aparecer otros riesgos. Un informe de 2014 realizado por Family, Kids & Youth, una agencia de investigación especializada en la infancia y adolescencia, arrojaba algunos datos preocupantes: uno de cada tres estudiantes de secundaria había jugado en casa al Grand Theft Auto, un videojuego calificado como para mayores de 18 años con contenidos violentos y sexuales. Entre los alumnos de primaria, la proporción era bastante menor, pero también significativa: uno de cada ocho.

 

Otra conducta de riesgo es comunicarse con extraños a través de las redes sociales o los videojuegos online. Lo primero lo habían hecho casi la mitad de los estudiantes de secundaria, frente a un 28% de los de primaria. En cambio, en lo segundo apenas existía diferencia por edad: en los dos grupos la proporción era de uno de cada tres.

 

Por otro lado, la mitad de los chicos de primaria y el 70% de los de secundaria decían irse a la cama con el móvil o la tableta. Cerca del 40% de ambos grupos se habían sentido a veces “adictos” a Internet. La principal causa no fueron los juegos, sino el consumo de videos. El porcentaje de los que reconocían que las tecnologías eran un poderoso factor de distracción al hacer deberes era bastante alto, y aumentaba con la edad.

 

Por último, otro dato revelador, que conecta con las recomendaciones de la AAP: entre los estudiantes de secundaria encuestados, cuatro de cada diez explicaba que en su casa apenas se hablaba en familia porque cada uno estaba conectado a su propio dispositivo.

 

Publicado originalmente en Aceprensa

LaFamilia.info - 05.07.2016

 

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Hace poco, en LaFamilia.info publicamos 10 Videojuegos que no deberías comprar a tus hijos pues a criterio de Interaxion, una entidad que forma en el uso responsable de los Social Media, no son apropiados para niños ni adolescentes por el contenido extremamente violento, vulgar o sexualmente explícito. Pero por fortuna, la industria de los videojuegos también ha desarrollado unos buenos programas que les permiten a los chicos además de entretenerse, aprender y desarrollar habilidades. Estos son los que expondremos a continuación.


Como explicamos en la entrega pasada, Interaxion le brinda a los padres una guía con la valoración de algunos de los videojuegos más vendidos del año, para lograr así un estilo de vida de juego seguro o "Play It Safe". En esa guía también presenta opciones positivas y por eso no queríamos dejarles solo los videojuegos inapropiados, pues también existen unos recomendados.


Así que los siguientes han sido catalogados por la entidad como “Recomendados para todos”, pues son videojuegos que pueden ser recomendados a cualquier persona ya que no presentan especiales inconvenientes de contenido o complejidad.


Por supuesto, aunque sean buenos juegos, los padres deben controlar el tiempo, en especial en esta época de vacaciones que se suele abusar un de estos pasatiempos.

 

 

Super Mario Maker

Plataformas: Nintendo Wii


1SuperMarioMaker1Lo de siempre, pero mejor: guiar al fontanero más famoso del mundo para salvar a la princesa Peach. Sin embargo, la novedad esta vez es impresionante: el usuario tiene la posilidad de crear él mismo los mundos que debe recorrer y diseñar los lugares por donde debe pasar Mario. El juego es muy intuitivo y pueden jugarlo incluso los que no tienen muchas habilidades de diseño. La diversión que siempre ofrece Mario está garantizada y es además un poderoso estímulo para la creatividad y la imaginación.

 

 

 

 

 

Lego Dimensions

Plataformas PS3, PS4, Xbox One


2legodimensionsUna malvada mente maestra llamada “Lord Vortech” quiere tomar el control del mundo Lego…y tendrán que ser algunos héroes tradicionales (Gandalf o Batman, obviamente fabricados como Legos) quienes le hagan frente. Estos personajes deberán ir de sitio en sitio reclutando aliados para combatir los siniestros planes de su enemigo. Un videojuego muy divertido, con buenas historias, personajes queridos y que incentiva la creatividad.

 

 

 

  

  

Skylanders SuperChargers
Plataformas PS3, PS4, Xbox One, Wii


3skylandersUn grupo de juguetes animados deben salvar su mundo de un villano llamado Kaos, el mismo de toda la serie (este juego es la quinta entrega). Una gran opción para todos los públicos, que ha tenido mucho éxito en el mercado. La única cuestión en la que deben estar atentos los padres es en la opción multijugador, para evitar que sus hijos entren en contacto con desconocidos. También deben estar atentos con las compras dentro del juego, porque admite la posibilidad de desbloquear nuevos personajes y vehículos pagando dinero.

 

 

 

 

Minecraft: Story Mode
Plataformas Xbox, PS3, PS4

 

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Esta será la primera entrega de una serie que Telltale games quiere ofrecer a los aficionados a Minecraft, el famoso juego que permite construir mundos y personajes con una estética específica (tipo Lego). La trama se podría resumir en que a raíz de un accidente un grupo de amigos descubre una serie de oscuros secretos relacionados con la historia de su pueblo. Una interesante mezcla entre lo que ya ofrecía Minecraft (idear escenarios) y un agregado narrativo.

 

 

 

 

Child of Light

Plataformas Wii U, PS, Xbox, Windows


5childoflightLa princesa Aurora pertenece al siglo XIX, pero por una extraña razón ha sido raptada de su época. Para volver, la joven y sus amigas tendrán que ir superando las distintas pruebas que se les presentarán, incluyendo enfrentamientos con criaturas mitológicas, usando magia y espadas. La violencia nunca es explícita ni desgarradora. Es fácil de usar y requiere habilidad para avanzar en las distintas pantallas tanto desde el punto de vista del role-playing como por los acertijos que habrá que resolver. Pero es accesible e interesante a casi todas las edades y resulta atractivo entre chicas y chicos.

 

 

 

Tembo The Badass Elephant
Plataformas PS4, Xbox

 

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Una misteriosa fuerza llamada “Phantom” ha invadido la tierra…y la única esperanza que queda de salvarla es el elefante Tembo, un veterano de guerra que tendrá que usar todas sus habilidades para destrozar, literalmente, a sus enemigos. Una historia bastante sencilla, pero con todos los elementos divertidos de los grandes clásicos 2D.

 

 

 

 

 

 

FIFA 16
Plataformas PS3, PS4, Xbox

 

7FIFA2016

Para un buen número de críticos, el mejor videojuego de fútbol que se ha producido hasta ahora. Gráficos, movimientos de los jugadores, y una gran cantidad de detalles técnicos lo convierten en un producto de alta calidad. Además, este año existe por primera vez la opción de elegir equipos femeninos, lo cual significa una novedad absoluta en la historia de los videojuegos de fútbol. Una gran opción para los amantes del deporte rey.

 

 

 

 

PES 2016
Plataformas PS3, PS4, Xbox


8pes-2016Después de algunos años en las sombras, la nueva entrega de Pro Evolution Soccer da la impresión de poder competir nuevamente en el top de los mejores videojuegos de deportes. El partido contra FIFA sigue jugándose, pero este año los equipos están más parejos que nunca. ¿Quién es mejor esta vez? Es difícil decirlo. Quizá este año deberán decidirlo los penales.

 

 

 

 

 

NBA 2K16
Plataformas PS4, Xbox One


9NBA 2K16Por poco que te guste el baloncesto o la NBA…este videojuego puede llegarte a enamorar. De lo mejor que ha tenido el mercado de los videojuegos en el ámbito de los deportes. Todo lo que rodea el mundo NBA reproducido del modo más real posible: entrevistas, la vida en el vestuario, además de la posibilidad de comenzar tu carrera deportiva desde la escuela o de ser el manager del equipo. Todo esto, sumado a la calidad técnica que ha tenido el juego los años anteriores, lo convierte en una opción ideal. Un elemento que quizá valga la pena tener en cuenta es que la reproducción del espectáculo NBA es tan real que están incluidas las bailarinas y animadoras. Aunque es bastante secundario, puede ser un motivo de discusión interesante, para ayudar a los jóvenes a centrarse en lo estrictamente deportivo.

 

Project Cars
Plataformas PS4, Xbox, Windows


10project carsToda la pasión propia de las carreras de alta velocidad. Las competencias siempre se desarrollan en circuitos cerrados. Una gran opción para los amantes de los deportes de motor o simplemente para los que disfrutan el reto de conducir decentemente a cientos de kilómetros por hora. Cuenta con una alta posibilidad de configuración, y el usuario puede correr en calendarios reales, ascendiendo desde el karting hasta las categorías Fórmula.

 

 

 

 

Rocket League
Plataformas PS4, Windows


11rocketleague2¿Un partido de fútbol, jugando sobre automóviles, en un estadio gigante? Suena tan fantasioso que puede perder encanto. Sin embargo, esta aparente simplicidad es lo que convierte el juego en una opción sumamente atractiva para aquellos que gustan de los deportes, las carreras o competencias en general. El deseo de ganar y la posibilidad de pasarse un rato muy divertido con los amigos, dos grandes alicientes para disfrutar este creativo videojuego.

 

 

 

 

 

 

 

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