Evolución del niño año por año

LaFamilia.info / 13.05.2010

evolucionanoporano

Conocer las características físicas, emocionales y sicológicas de los hijos de acuerdo a su edad, permite a los padres tener un mejor desenvolvimiento de sus funciones. He aquí una breve descripción de los niños de 0 a 18 años.

Los 2 primeros años

  • La pronta atención al bebé cuando llora, desarrolla su sentido de confianza.
  • El niño necesita demostraciones de cariño, ya que siendo amado aprenderá a amar.
  • Conviene dejarlo que coma solo cuando se muestre interesado en hacerlo, aunque el resultado sea toda una mezcolanza.
  • La compañía y juego con los padres, son fundamentales en estas primeras edades.
  • El niño necesita actitudes paternas positivas. Por ejemplo, no muestre disgusto cuando se ensucia.
  • Es importante una atmósfera armoniosa en el hogar; las tensiones angustian al niño aunque no lo parezca.
  • El niño de dos años necesita trepar, correr, arrojar objetos; ser físicamente activo.

3 años

  • Come solo con bastante habilidad.
  • Se muestra interesado por ayudar en las labores del hogar.
  • Algunas veces, inventa compañeros de juego o pretende ser un animal.
  • Domina sus necesidades fisiológicas.
  • Empieza a jugar con otros niños.
  • Puede mostrar agresividad tanto en palabras como en actos.
  • Insinúa diferencias sexuales y se puede preocupar con este motivo. Sus preguntas deberán obtener respuestas sencillas.
  • A veces se lleva las manos a los órganos genitales. Puede distraérsele con facilidad cuando lo haga.
  • Escucha a los adultos. Quiere agradar y ser alabado. Le gusta aprender nuevas palabras.
  • Busca ser el centro de atención en la mesa familiar.
  • Tiene miedo a la oscuridad, necesita que se le tranquilice.
  • Es el momento de despertarle un afecto interno hacia el Niño Jesús y la Virgen María.

4 años

  • Se viste solo casi del todo.
  • Es muy dinámico y disfruta con el juego en grupo.
  • Aumenta su capacidad verbal.
  • Pueden ocurrir disputas en medio de la actividad lúdica.
  • Empieza a comprender ciertas reglas y restricciones.
  • Su apetito es bueno aunque puede mejorar.
  • Su imaginación se manifiesta en la imitación a los mayores.
  • Puede ocurrir que le niño juegue con muñecas y la niña con el balón.
  • Le gusta probar instrumentos musicales, escuchar música y cantar.
  • Llora a la menor molestia, necesita consuelo y distracción.
  • Hace constantes preguntas, entre ellas cómo nacen los niños. Se le debe dar una explicación clara y sencilla.
  • Se despierta menos en la noche, pero necesita ayuda para volver a la cama.

5 a 6 años

  • Es bueno llevarle a la Iglesia y enseñarle a rezar al acostarse y al levantarse.
  • Necesita una cálida llegada del colegio y la oportunidad de hablar después de un día escolar.
  • El colegio puede proporcionarle la sensación de saber hacer algo, aunque sea lento en algunas cosas.
  • Comienza con la lectoescritura.
  • Debe comenzar a aprender la noción del valor del dinero.
  • El niño necesita que el padre de su mismo sexo le dé pruebas de compañerismo.
  • Se debe exaltar sus puntos fuertes en vez de criticarle los débiles.
  • Se estimulará el desarrollo de los rasgos masculinos en los niños y femeninos en las niñas.
  • Necesita formarse en hábitos y seguir un horario para sus actividades.
  • Necesita dormir alrededor de once horas en la noche.

7 años

  • Coordina mejor su cuerpo y tiene un mayor desarrollo de la motricidad gruesa.
  • Es pudoroso y cuida exhibir su cuerpo.
  • Es curioso frente a cómo nacen los bebés.
  • Tiene buenas relaciones con sus padres, es muy cariñoso con los hermanos menores y admira a los mayores, quienes a menudo, influyen en su comportamiento.
  • Juega con relativa facilidad con otros niños, aunque algunas veces prefiere jugar solo.
  • Puede leer un libro con un propósito concreto.
  • Suele confundirse pasando de la adición a la sustracción.
  • Comienza la preparación para la Primera Comunión, por ello se le debe estimular con la asistencia a la Santa Misa los domingos.

8 años

  • Comprende mejor las reacciones de los demás.
  • Comienza a ser más maduro incluso en sus aspectos fisiológicos, a pesar de que sean sutiles cambios en sus proporciones corporales.
  • Se fatiga menos y su ritmo psicomotor se ha apresurado.
  • Las niñas alcanzan un mayor grado de madurez, por ello las discrepancias y burlas que se presentan con los pares del sexo opuesto.
  • No le agrada que le digan directamente lo que debe hacer; prefiere una sugerencia.
  • Espera el elogio y lo solicita: “¿Esto está bien, no es cierto?”.
  • Es sensible a la crítica; busca el consentimiento de la sonrisa materna y con mucha facilidad interpreta mal sus silencios y sus comentarios.

9 años

  • La auto-motivación es la característica cardinal de esta edad, y es la clave para comprender sus progresos hacia la madurez adulta.
  • Le agrada que depositen en él la confianza suficiente para que pueda gozar de libertad, sin la supervisión de los padres.
  • Aún es escasa la socialización con los pares del otro sexo.
  • Puede escribir durante un tiempo prolongado.
  • Puede mostrarse impaciente e irascible, aunque las reacciones son de corta duración.
  • Se muestra incómodo ante las críticas y tanto las acciones de sus padres como de sus hermanos, pueden provocarle disgusto.

10 años

  • Es una edad que marca la culminación del desarrollo básico, iniciado en el período prenatal, y el inicio de una década de adolescencia.
  • Reconoce la autoridad de los padres y obedece más que antes.
  • Le gusta participar en los planes y actividades familiares.
  • Las niñas prefieren los círculos más pequeños e íntimos.
  • Surgen los primeros cambios en el cuerpo, aunque todavía incipientes.
  • Sigue los parámetros de vestir, hablar y actuar de sus amigos.
  • Necesita ejemplo de los mayores en tolerancia, bondad y valores.

11 a 13 años

  • Necesita sentirse aceptado por los chicos de su edad y asumir un papel activo entre ellos.
  • Empieza a alternar con chicos del sexo opuesto.
  • Es importante el conocimiento de su propio cuerpo, sus cambios y funciones.
  • Le agradan juegos que exigen coordinación y organización.
  • Aprecia los momentos de retiro solitario y desea una habitación particular.
  • Observa a los mayores para formar sus patrones de comportamiento.
  • Necesita saber que sus opiniones cuentan en las discusiones familiares.
  • Se le debe dejar tomar decisiones y enfrentar las consecuencias de una equivocación.

14 a 16 años

  • Es la plena fase de adolescencia, donde los intensos cambios físicos, emocionales e intelectuales, se hacen presentes.
  • Es aquí donde las hormonas se vuelven inquietas y el joven comienza a vivir sensaciones hasta el momento desconocidas, como por ejemplo la atracción hacia el sexo opuesto.
  • El estado de ánimo suele ser cambiante, por ello sus manifestaciones agresivas o afectivas al extremo.
  • Busca la aprobación del grupo y es leal a éste.
  • Reclama libertad para invertir el tiempo libre a su modo.
  • Puede mostrarse inconforme frente a diversas situaciones.
  • Es común que pase por períodos de incomodidad, tanto en términos de apariencia como de movilidad y coordinación física.
  • Es la etapa donde se consolida la identidad propia.
  • Las amistades entre chicos y chicas comienzan a ser más frecuentes.
  • Necesita realizar ejercicio físico para liberar energías.
  • Puede dormir seguido por largos períodos de tiempo.
  • En especial los varones, poseen un apetito voraz.
  • Para las niñas cobra demasiada importancia su aspecto físico.
  • Puede pasar horas frente al computador, televisión u otros medios que le entretiene.
  • Su nivel de autoestima puede ser bajo, ya que se compara frecuentemente con sus pares.
  • Aprende con rapidez, sin embargo, es posible que demuestre desinterés por los estudios académicos.

17 a 18 años

  • Ya ha pasado un poco la “tormenta”; los cambios físicos se encuentran más estables.
  • Las ideas comienzan a tomar forma y ahora se traza objetivos definidos para lograrlos en un determinado tiempo.
  • Al comprender mejor los acontecimientos que le rodean, puede adoptar una nueva conciencia social.
  • Las relaciones con sus amigos son más armoniosas y hay menos discusiones.
  • Los conflictos entre padres e hijos, tienden a reducirse conforme avanza la edad, aunque siguen discrepando por ciertos límites impuestos por los padres.
  • Es crítico y la vez débil. No es muy hábil para expresar opinión acerca de otros.
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