5 pasos para sanar heridas en el matrimonio

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Cuando cometemos errores y ofendemos a nuestro esposo(a) con nuestras actitudes o nuestras palabras, no se hacen esperar las heridas, algunas bastante hondas…

Y para esos casos el perdón es el único que puede sanar la relación. Así que si estás pasando por un momento difícil en tu matrimonio, te invitamos a hacer este ejercicio que propone el Padre Daniel Varayoud en el blog Retiros para Matrimonios.

1. Trabajo individual

En el momento del día en que más calma tengan para cada uno de ustedes, tomen un cuaderno y un lápiz, busquen un lugar silencioso y cómodo. Estén listos el uno para el otro.

2. Momento de ponerse en oración

Serenar el corazón y pensar:

– ¿Qué cosas son las que mi cónyuge me tiene que perdonar?

– ¿En qué le he fallado o le estoy fallando?

– ¿Qué cosas soy consciente en las que necesito recibir el perdón?

Muy importante: «Es el momento en el que me pongo en el lugar de…» Hago consciencia de mis errores y defectos y son esos que molestan o dañan mi vida matrimonial y familiar.

Nota: Poner por escrito todo lo que se me viene a la mente. Todo lo que humildemente veo que necesito pedir perdón. Esto es importante hacerlo durante varios días. Apartar de tu lado esos pensamientos cuando que se cruzan por la cabeza en la que te ponen: «las ofensas recibidas».

Primero hay que reconocer las propias fallas, las deudas que tengo con mi cónyuge.

3. Cosas que debo perdonar

Después de varios días de hacer el ejercicio anterior, ahora es el momento de pensar y escribir, igual como lo hicimos anteriormente, las cosas que veo de mi cónyuge y que tengo que perdonar.

También aquí debes escribirlas con la mayor caridad y respeto posible, no condenando, sino dejando la puerta abierta para el arrepentimiento.

4. Tomar un tiempo

En un día establecido, deben tomarse un tiempo, que sea lo más largo posible, para poner en común todo lo que se ha rezado y escrito durante este tiempo.

Si lo hacen bien, el fruto puede ser muy grande.

5. Acuerdo y propósito

Se busca juntos un acuerdo para evitar en adelante aquello que hiere o molesta al cónyuge. También es el momento en que se materializa el perdón en la renovación del amor reconociendo a Dios como su fuente. Puede surgir un propósito para que sea revisado periódicamente.

Cada matrimonio encontrará lo que mejor se adapte para su crecimiento.

Algunas pautas para saber si estamos haciendo bien el ejercicio

– ¿Miro mis errores antes de los de mi cónyuge?

– En el momento de pensar aquello que tengo que perdonar de mi cónyuge ¿lo hago con respeto y compasión?

– ¿No dejo de lado nada, por más doloroso que sea?

– Al momento de dialogar: ¿Se evitan las discusiones, se renuncia a la actitud de justificarse, se da la oportunidad al cónyuge de que explique alguna situación, y muy importante: se cree en el otro?

– ¿No hay apuros?, ¿Esto no se hace por compromiso o por conformar al otro?, ¿es un deseo y un encuentro buscado y querido?

– ¿Se crece en la convicción de que éste es el camino por el que se crece en el amor?

*Publicado originalmente en: Retiro para Matrimonios, autor: Padre Daniel Varayoud

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