PildorasdeFe.net/Ashley Willis – 05.10.2015
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Hombres y mujeres; dos mundos completamente diferentes. Cada uno tiene un pensamiento y un modo de actuar acorde a su naturaleza femenina o masculina, y esto en la relación matrimonial se pone en evidencia todo el tiempo.
De ello habla la bloguera Ashley Willis, quien después de que su esposo publicara 9 cosas que los hombres casados deben dejar de hacer se propuso señalar también, los hábitos que por parte de las esposas, afectan el matrimonio. A continuación sus ideas:
1. Tenemos que dejar de tratar a nuestro esposo como si fuese un niño
Esto podría afectar los nervios de algunas, pero nos sucede con demasiada frecuencia. Yo misma me he descubierto haciéndolo. En un esfuerzo por “sacar lo mejor” de nuestros maridos, comenzamos a tratarlos como sus madres.
Si queremos sacar lo mejor de nuestro esposo, entonces tenemos que demostrarle que lo respetamos… incluso cuando aún no sea muy digno de ello.
Sé que esto parece un poco loco, pero casi todos los libros para matrimonios que he leído hacen hincapié en la gran necesidad que tiene el marido por sentir el respeto de su esposa.
Vamos a demostrarles que nosotras los respetamos y veamos qué pasa. Esperemos un tiempo para ver cómo las cosas mejoran al hacerlo. Como mujeres, tenemos poderes especiales para esto, recuerda que tu esposo necesita y desea una esposa… no otra madre.
2. Hablar francamente, diciendo lo que realmente queremos decir y dejar de depender de que ellos entiendan nuestra comunicación no verbal.
La mayoría de las mujeres que conozco (yo incluida) lucha con esto. Tendemos a tener buena intuición, por lo que esperamos que nuestros maridos también la tengan.
Lo curioso y frustrante de todo es que 9 de cada 10 veces, ellos sólo comprenderán y se quedarán con nuestras palabras. Ellos no leen nuestro lenguaje corporal, suspiros o movimientos de los ojos.
Esto se convierte en un problema enorme cuando constantemente dependemos de nuestras manifestaciones no-verbales para decir todo lo que deberíamos expresar hablando.
Nuestras expresiones no verbales sólo deben mejorar nuestras palabras, no tomar su lugar. Como mujeres casadas, no podemos rehuir a hablar de las cosas… con palabras… incluso si nuestro marido parece feliz de evitar hablar. Vamos a acercarnos a nuestros esposos con amor y realmente compartir lo que tenemos en nuestros corazones con ellos. La intimidad comienza con la interacción.
3. Tenemos que dejar de poner a nuestros hijos antes que a nuestro marido.
Sé que esto puede ser un poco controversial, pero por favor, escúchame. Como padres, estamos llamados a amar y proteger a nuestros hijos con cada fibra de nuestro ser. La principal manera que podemos hacer esto es dándole prioridad a nuestro matrimonio.
El mayor regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos no es algo que el dinero pueda comprar; se trata de un matrimonio saludable, feliz y amoroso que ellos puedan mirar como un buen ejemplo.
Mi marido siempre dice que debemos tener el tipo de matrimonio que haga que nuestros hijos quieran casarse algún día. Esto no significa que tengamos que ser perfectos. Sólo significa que los dos elegimos amarnos y nos comprometemos a fomentar un matrimonio fuerte.
Esto proporciona una especie de amor y seguridad para nuestros hijos que va a durar toda la vida.
4. Tenemos que dejar de salir con amistades que devalúen o hablen mal de nuestro esposo.
Frente a mis ojos he visto cómo este error ha llevado a algunos al divorcio. A menudo nos convertimos en aquellas personas de las cuales frecuentemente nos rodeamos.
Así que, la próxima vez que estés pasando el rato con tus amigas, presta mucha atención a la forma en que hablan de tu marido. Si tienden a ser negativas, me atrevería a decir que no son muy buenas amigas. Cualquier persona que no respeta tu matrimonio no es buena para tu matrimonio.
Cuando escuchamos a nuestras amigas hablando mal de nuestro esposo, tendemos a verlo también con esa misma óptica negativa. Eso tiene que parar. El matrimonio es lo suficientemente duro sin amigos negativos que no te ayuden a valorar lo que tienes.
Si queremos construir y mantener matrimonios más fuertes, tenemos que fomentar amistades que respeten nuestros matrimonios y el sacramento del matrimonio en su conjunto.
5. Tenemos que dejar de coquetear con otros hombres.
Esto probablemente sea obvio para la mayoría de ustedes, sin embargo es un problema en muchos matrimonios. Puede comenzar inocentemente… compartiendo risas con un compañero de trabajo, luego salen a almorzar… solo ustedes dos.
Antes que te des cuenta, empiezan a intercambiarse correos electrónicos durante la jornada. Luego, textos y llamadas telefónicas. Y de repente, no dejas de pensar en ese hombre.
Comienzas a ocultarle tus comunicaciones con esta persona a tu esposo y antes de que te des cuenta, te encuentras en una relación sexual, preguntándote: “¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo dejé que esto llegara tan lejos?”.
Piensas: “No era más que un chico con el que me gustaba conversar en el trabajo”, “Era sólo un poco de coqueteo inocente, ¿no?”.
Tenemos que abrir los ojos a la verdad. Ningún coqueteo fuera de nuestro matrimonio es bueno. No existe tal cosa como “coqueteo inocente”. Esta es la droga de entrada a las infidelidades, y puede arruinar matrimonios.
Como esposas, por supuesto que podemos tener conversaciones con otros hombres en la oficina o en nuestro entorno, pero no tenemos que coquetear con estos otros hombres.
Siempre que estemos hablando con otro hombre, tenemos que preguntarnos: “¿Me sentiría cómoda si mi marido tuviese esta misma conversación (que estoy teniendo) con otra mujer?” y también, “¿tendría esta conversación de la misma manera con esta persona si mi esposo estuviese presente?”.
Si la respuesta es “No”, entonces estamos fuera de los límites, y tenemos que terminar la conversación inmediatamente. Esto puede sonar exagerado, pero podría salvar tu matrimonio y protegerte de la tentación.
Cuando jugamos con fuego, vamos a quemarnos. No quisiera que ninguna de nosotras tenga que vivir un matrimonio mediocre o sentir el dolor que una infidelidad puede traer a su vida. Hagamos todo lo que esté en nuestras manos para proteger y fortalecer nuestros matrimonios.
Adaptación y traducción al español de PildorasdeFe.net del artículo publicado originalmente en Patheos. Autor: Ashley Willis