Hoy en día existe un temor a tomar decisiones definitivas como es el matrimonio, pues se considera imposible mantener vivo el amor a través de los años.
Sobre este tema ha hablado el Papa Francisco con motivo del mes de los enamorados, quien invita a no dejarnos vencer por la “cultura de lo provisional” pues el amor que funda una familia tiene que ser “un amor para siempre”.
Qué entendemos por “amor”
Con la sabiduría y simplicidad que lo caracterizan, el Papa Francisco inicia con una importante aclaración sobre el verdadero significado del amor, pues ante el temor del “para siempre”, lleva a muchos a decir: “Estamos juntos hasta que nos dure el amor…”. Por lo tanto cuestiona diciendo:
“¿Qué entendemos por «amor»? ¿Solo un sentimiento, una condición psicofísica? Ciertamente, si es así, no se puede construir encima nada sólido. Pero si el amor es una relación, entonces es una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se edifica en compañía, ¡no solos!. No querréis construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios”.
“El matrimonio es un trabajo de orfebrería que se hace todos los días a lo largo de la vida. El marido hace madurar a la esposa como mujer, y la esposa hace madurar al marido como hombre. Los dos crecen en humanidad, y esta es la principal herencia que pasan a los hijos.” Añade.
Tres palabras en las que se debe basar un matrimonio
El Papa aclara que el “para siempre” no es sólo cuestión de duración. “Un matrimonio no se realiza sólo si dura, es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre, es el desafío de los esposos.”
Y habla sobre la convivencia matrimonial: “La convivencia es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante… que tiene unas reglas que se pueden resumir en tres palabras: ¿Puedo?, gracias, perdona.
¿Puedo?. Es la petición amable de entrar en la vida de algún otro con respeto y atención. El verdadero amor no se impone con dureza y agresividad. Y hoy, en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha cortesía.
Gracias. No es sólo una palabra amable para usar con los extraños, para ser educados. Es necesario saber decir gracias para continuar adelante juntos.
Perdona. En la vida cometemos muchos errores, nos equivocamos tantas veces. Todos. De ahí la necesidad de utilizar esta palabra tan sencilla: “perdona”. En general, cada uno de nosotros está dispuesto a acusar al otro para justificarse. Es un instinto que está en el origen de tantos desastres. Si aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá adelante.”
Finalmente, el Papa expresa con una chispa de buen humor: “Todos sabemos que no existe la familia perfecta, como tampoco existe el marido perfecto ni la mujer perfecta. Ni hablemos de la suegra perfecta…”.