Por Monseñor Francisco Pérez / Infocatolica.com - 14.05.2018
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La pornografía daña al cerebro. Es como una droga que crea adicción y es muy difícil de erradicar. Se consume y siempre se quiere más y nunca se sacia.
La sexualidad humana es el don que Dios le ha dado a los esposos para establecer una comunicación íntima entre ellos y a partir del amor que se profesan, dar vida.
Amor: solamente él puede, de hecho, humanizar la sexualidad. Sin embargo, en nuestros días ese término se encuentra envuelto en una compleja confusión en su sentido y comprensión.

El ser humano ha nacido para amar y ser amado. El amor en el matrimonio, en la unión conyugal se manifiesta tanto en la intimidad emocional y en la intimidad matrimonial que es la relación sexual entre los esposos.
La sexualidad es una dimensión del matrimonio. Es la expresión de la complementariedad entre los dos sexos.
A lo largo de la historia, el hombre, se ha cuestionado el sentido y fin último de la vida, de la existencia, del tiempo, del amor, del bien y el mal, y también de la sexualidad.