La pornografía implica la descripción de escenas sexuales que se muestran tal y como se realizan; también se encuentran, bajo esta denominación, todas aquellas gráficas de mujeres u hombres desnudos aunque no estuvieran realizando ningún acto sexual.
Estas imágenes que se producen para las revistas, periódicos folletos, televisión, videos o cines, van a permanecer grabadas en la mente de la persona que las observa; el subconsciente toma todo lo que ve, lo descifra, piensa sobre ello y archiva totalmente la información.
Investigaciones y estudios
Los investigadores norteamericanos Dolf Zillman, y Jennings Bryant, luego de estudiar los efectos nocivos de la pornografía, llegaron a la siguiente conclusión: “Los hallazgos no dejan lugar a duda, que la repetida exposición a la pornografía común y pasiva, es capaz de alterar las percepciones y disposiciones hacia la sexualidad y las relaciones formadas sobre esa base”.
En su minucioso estudio, encontraron que la pornografía hace creer a la gente que:
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– El más grande placer sexual viene sin necesidad de compromiso.
– La pareja piensa que no hay problemas en ser infieles el uno al otro.
– Se corren riesgos de salud reprimiendo el deseo sexual.
– La promiscuidad es cosa natural.
– Los hijos son una desventaja y una carga.
El Doctor Víctor Cline, profesor de la Universidad de UTA, dice que hay 4 efectos que se producen cuando se miran escenas pornográficas:
– Estimulan y despiertan sentimientos sexuales agresivos.
– Muestran e instruyen en detalle cómo hacer el acto.
– El acto, en un sentido, se ha hecho legítimo por repetidas exposiciones.
– Incrementan la disposición del individuo a actuar tal como ha visto.
La pornografía pasiva
El investigador canadiense James Check, encontró que la pornografía llamada pasiva (la que se proyecta en la mayoría de las telenovelas, ciertas series de la televisión, algunas revistas o periódicos), incita igual que la pornografía violenta (los deseos para cometer violación u otros abusos sexuales).
Muestra que, en general, la pornografía común, no violenta, tiene una fuerte influencia sobre la voluntad de los hombres, para forzar a sus parejas a realizar actos sexuales que no serían de su agrado.
Los hallazgos también demostraron que la exposición a la pornografía pasiva, genera en el hombre la falsa idea de que cuando la mujer dice “no”, en realidad está diciendo “si”, y que al final no sólo desecha el “no”, sino que aún disfruta de cualquier proposición sexual que se le haga.
Niveles de adicción
Dolf Zillman, en su obra “Media, Children and the family” indica 4 niveles de adicción progresiva, respecto a la pornografía:
1. Adicción propiamente dicha: Las imágenes pornográficas desatan en el organismo reacciones físicas y químicas muy específicas, provocando que la persona quiera “ver más”. La adquisición de material se hace constante y se pierde el dominio sobre la voluntad.
2. Escalada: Se requiere de imágenes cada vez más fuertes y explícitas. Se inicia el desarrollo de conductas anormales en el convivir con la pareja. Disminuye la capacidad de amar, y el uso de estos materiales en el matrimonio es muy peligroso. El marido adopta y adquiere desviaciones sexuales por adicción.
3. Desensibilización: Lo que al principio podía parecer repulsivo e inmoral, se vuelve aceptable, y hay desesperación por no encontrara algo nuevo.
4. Actuación: Los ejemplos aprendidos son llevados a la práctica.