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29.10.2012
 

 

 

El pedagogo Gerardo Castillo enseña que no hay que tener miedo a casarse si las cosas se hacen bien desde el noviazgo, porque “el matrimonio no es una lotería”, y señala algunos elementos que ayudan, también a los que llevan años casados.

 

No todos los famosos van de divorcio en divorcio. El árbol que cae hace más ruido que el bosque que crece. Muchos jóvenes no se atreven ni a pensar que sea posible el matrimonio, con su compromiso para siempre. Por eso necesitan optimismo, asegura el profesor Gerardo Castillo, doctor en Pedagogía del Departamento de Educación de la Universidad de Navarra, quien publicó un libro basándose en los testimonios de 29 personajes famosos con buena vida matrimonial. El libro se llama “Confidencias de casados, famosos y felices. Claves para crecer como matrimonio”.

 

Gerardo Castillo tenía claro su objetivo: “infundir optimismo a los jóvenes con respecto al matrimonio; hacerles ver que no hay que tener miedo a casarse si las cosas se hacen bien desde el noviazgo, porque el matrimonio no es una lotería”.

 

Del libro y sus protagonistas se deducen 8 claves para obtener el éxito matrimonial:

 

1. Optimismo frente al matrimonio
Actualmente existen muchas estadísticas de rupturas matrimoniales, pero “se echa en falta conocer y difundir también datos e historias de éxito conyugal”, asegura el autor del libro. Por lo tanto, los jóvenes pueden y deben adoptar una actitud optimista frente al matrimonio.

 

2. Contra el miedo, información
En los tiempos que corren, con unas cifras estadísticas sobre rupturas matrimoniales como para ser de lo más pesimista ante la perspectiva del matrimonio, dice el profesor Castillo que, “cuando las cosas se hacen bien, el miedo desaparece, porque el miedo suele ir ligado a la falta de información”.

 

“El noviazgo es un tiempo de formación: qué es el matrimonio, qué supone, que responsabilidades conlleva, qué es luego la relación de vida conyugal, cómo aprender a convivir… Para eso hay libros, y en este libro se habla muchísimo de ello”, aclara el experto.

 

3. Compromiso, “para siempre”
La sola idea de adquirir un compromiso “de por vida” es algo que asusta a los jóvenes cuando piensan en las relaciones de pareja. Sin embargo, aunque “hoy se está perdiendo el sentido del compromiso” y crece el “fenómeno del pasotismo”, como alerta Castillo, “la libertad sin compromiso es una libertad inmadura; el amor sin compromiso es un amor inmaduro”, asegura.

 

“Lo fundamental es el compromiso, es decir, el pacto conyugal entre él y ella, el libre consentimiento, es decir, ‘te querré siempre’. De hecho, el experto sintetiza todas las claves para conseguir que el matrimonio funcione en una fundamental: el compromiso.

 

4. Inconformismo en el amor
“El pasota no es un rebelde, como a veces se ha dicho; es un conformista”, dice el autor, quien considera que actualmente “hay mucho conformismo en el amor”. “Yo aliento a los jóvenes a que sean inconformistas en el amor. Que no se conformen con el amor que se reduce a sexo, que se reduce a pasión, sino que aspiren a que esa pasión y ese amor estén integrados en un encuentro interpersonal dentro de un amor de entrega total”, añade.

 

5. Elegir lo que te influye
No es ninguna novedad que las relaciones e influencias externas hacen tambalear las relaciones de pareja con bastante asiduidad. El profesor Castillo las resume así: “Las situaciones externas pueden ser ciertos programas de televisión, me refiero a los programas ‘basura’; ciertos libros -también libros ‘basura’- sobre el tema, que presentan el amor y el matrimonio de forma degradada; ciertos malos ambientes, quizá de costumbres que no son presentables”.

 

Contra esas influencias, “creo que hay que elegir bien las amistades, los libros, los programas de televisión, los ambientes, porque todo eso nos influye, querámoslo o no”, constata el experto. “En el matrimonio hay que procurar no distraerse con cosas ajenas al matrimonio”, dice uno de los personajes del libro de Castillo y fundador de la empresa BIMBO, Lorenzo Servitje.

 

6. Realidad sobrenatural
Cabe destacar que la realidad natural del matrimonio, esto es el contrato natural de uno con una para siempre, abiertos a los hijos, una realidad indisoluble, se ve sobrepasado, para los creyentes, por el matrimonio como realidad sobrenatural. Se trata del “Sacramento del matrimonio, instituido por Jesucristo, quien lo eleva de realidad natural a realidad sobrenatural; ya no son dos (él y ella), sino tres: ahí está Dios. Y cuando Dios está presente en ese matrimonio, se juega con mucha ventaja [...] y ayuda a vencer las dificultades diarias”, recuerda el profesor Castillo.

 

7. Crisis de crecimiento
¿Qué relaciones de pareja no atraviesan con el paso de los años alguna situación de crisis? Ante esta pregunta, el experto señala que “muchas veces las crisis son sólo crisis de crecimiento, crisis de edad. Con los años, hay replanteamientos, hay dudas, y es una ocasión de volver a empezar. Esa crisis da una pausa para retomar lo que se ha hecho, para intercambiar experiencias y para empezar una nueva etapa en la vida conyugal”.

 

“Las crisis pueden tener y deben tener una lectura positiva, por ejemplo: ‘¿Qué hemos aprendido del pasado para no incurrir en los mismos errores? ¿Qué nuevas oportunidades nos dan las nuevas etapas de la vida conyugal?’. Siempre existe una lectura positiva”, considera Castillo.

 

8. Pensando en el otro
Gerardo Castillo, en lo que se podría considerar como una última clave del éxito conyugal, hace una síntesis de las declaraciones de los protagonistas de su libro, con respecto a cómo reforzar y mantener una excelente relación dentro del matrimonio, sobre todo si se tiene en cuenta siempre en cuanta al otro:

“Aceptar al otro como es, sin pretender cambiarle; encontrar tiempo diario para estar juntos y conversar de cosas personales; vivir la mutua comprensión hasta el grado de la complicidad; descubrir y admirar de modo permanente nuevas facetas y cualidades en el otro cónyuge; conquistar al otro cada día, sin tomarse descansos en el amor; cuidar los pequeños detalles en la convivencia; mantener el mutuo respeto de palabra y de obra”.

 

Campos profesionales de los protagonistas del libro

  • - Empresa: Lorenzo Servitje, Salvador Tous, Rosa Oriol de Tous, Jesús Yanes, Manuela López de Yanes.
  • - Navegación y exploración geográfica: Vital Alsar, Miguel de la Quadra Salcedo.
  • - Tauromaquia: Pablo Hermoso de Mendoza, Juan Antonio Ruiz Román “Espartaco”.
  • - Filosofía y literatura: Julián Marías, Miguel Delibes.
  • - Política: Francisco Vázquez, Soledad Becerril.
  • - Canto: Rafael Martos “Ráphael”, María Ostiz.
  • - Deporte: Miguel Indurain, Vicente del Bosque, Javier Aguirre.
  • - Periodismo: Carlos Herrera, Matías Prats, Cristina López Schlichting, Alfredo Urdaci, Paloma Gómez Borrero, Natalia Figueroa.
  • - Medicina: Alfonso del Corral, Kubrat de Bulgaria.
  • - Moda y la belleza: Carla Royo Villanova.
  • - Educación, promoción cultural y solidaridad: Patricia Rato, Silvia Carrión.
 
Por LaFamilia.info
 
 

 

 

La cohabitación antes del matrimonio se ha convertido en una opción aceptada entre los jóvenes, puesto que parten de la idea de que este tiempo les servirá para probar si la relación funciona o no. Pero las investigaciones muestran que en la mayoría de los casos, este “periodo de prueba” no da tan buenos resultados y pocas veces conduce al matrimonio.

 

Es un tema de disputa. Los que están a favor, afirman que la convivencia previa al matrimonio permite conocer a la otra persona y comprobar la compatibilidad de caracteres, sin embargo, las cifras revelan que son menos del 20% las parejas que llegan a casarse después de haber vivido juntos.

 

Los expertos destacan tres diferencias principales entre el matrimonio y la cohabitación, siendo el compromiso conyugal una elección más duradera y exitosa, superando con creces a la cohabitación:

 

1. El matrimonio es un compromiso; sólido y a largo plazo

 

La cohabitación es una forma de vivir el presente sin darle mayor importancia al futuro, lo que hace frágil a la relación debido a su poca proyección en el tiempo. Por lo mismo, ante las primeras dificultades, se tiende a concluir la relación pues no hay compromiso por el cual luchar. “Las parejas que viven juntos, toleran menos la insatisfacción y dejarán romper un matrimonio que podría haberse salvado”, dicen Popenoe y Whitehead autores de Should We Live Together? publicado por Aceprensa.

 

En el matrimonio en cambio, existe un motivo más fuerte y éste anima a los esposos a conservarlo a pesar de los momentos difíciles; es un vínculo con objetivos claros y ambiciosos.

 

2. Ella quiere “vivir juntos” para compartir el amor. Él quiere sexo sin compromiso

 

Se ha encontrado que la mayoría de las veces, son los varones los que proponen a sus parejas irse a vivir juntos y ellas terminan accediendo por dos motivos principales: el primero es por temor a perderlos, puesto que se impone como una decisión unilateral y ocurre cuando los hombres son reacios al matrimonio; y el segundo motivo por el cual las mujeres acceden a la convivencia, es porque piensan que de esta forma acercarán sutilmente a su novio al altar.

 

“Ella piensa que vivir juntos es un paso previo (intermedio) hacia el matrimonio, que es un paso más hacia el compromiso, la vida adulta. Él, en cambio, piensa que es `una manera conveniente y con poco riesgo´ de probar el producto. `Poco riesgo´ quiere decir `poco o nulo compromiso´, sensación de provisionalidad y salida fácil.” *ForumLibretas.

 

En estos casos, hay muy poca la probabilidad que la convivencia lleve a un matrimonio, pues cuando el varón definitivamente no quiere establecer un compromiso matrimonial, permanecerá en su posición y la mujer quedará esperando algo que nunca llegará.

 

Maria Marin, la reconocida coach, conferencista y autora, coincide con esta idea: “Un hombre que tiene inseguridades de compartir el resto de su vida con una mujer, no cambiará porque ahora comparten la misma dirección”.

 

3. En el matrimonio somos “nosotros”, no “tú y yo”

 

Linda Waite, de la Universidad de Chicago, descubrió que las parejas casadas no sólo han hecho un contrato a largo plazo que favorece la inversión emocional: “además, comparten recursos y son capaces de actuar como una pequeña compañía de seguros contra las incertidumbres de la vida.” *Aceprensa.

 

Aunque no es una regla general, en la cohabitación las parejas suelen ser independientes, incluso en los aprietos. Independencia que puede llamarse también individualismo y que presenta un interés especial por lo que atañe a sí mismo, excluyendo a la pareja. Este tipo de relación, es similar a dos barcas que navegan por un mismo mar, pero cuando una se hunde, la otra sigue su camino. Por consiguiente no hay un equipo y por ello no se comparte nada; “lo tuyo es tuyo, y lo mío es mío”.

 

Finalmente cabe aclarar que cada relación se desarrolla bajo condiciones particulares, pero lo que sí es irrefutable es que el matrimonio supone un verdadero compromiso, una promesa de amor y apoyo mutuo que provee el escenario óptimo para realizar una misión conjunta perdurable en el tiempo, la cual posee mayores probabilidades de afrontar las dificultades antes de romper la unión.

 

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Una cita semanal a solas con el cónyuge fortalece el matrimonio. Este consejo que miles de parejas lo han comprobado, lo reafirma un estudio de la Universidad de Virginia, el cual dice que los matrimonios que tienen como regla de oro, tener una cita a solas aunque sea una vez a la semana, mejora el matrimonio, y por tanto ven reducido el riesgo de divorcio casi por la mitad.

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Entre tantas creencias alrededor del tema de la infidelidad conyugal, vale la pena desmitificar las que se apartan de la realidad y que por el contrario, pueden ocasionar más daño a una situación que de por sí, ya es dolorosa.

 
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Para nadie es un secreto que las redes sociales y las diversas opciones que existen hoy en Internet, se han convertido en canales que facilitan la infidelidad. Tanto así que según el sitio Divorceonline.com la palabra más común en las actas de las causas de divorcio es ´Facebook´, y es que, más del 80 por ciento de las infidelidades comienzan en Internet, además en esta nueva forma de ser infiel se encuentran más del 50 por ciento de las personas infieles, revela una encuesta realizada por Gallup; así lo cuenta Noelia de Santiago Monteserín en un artículo de HacerFamilia.com

 

Las cifras muestran que cada vez más personas caen en este juego, algunas de forma intencional y otras que solo buscan tener una conversación con alguien, sin pensar que van a terminar involucradas en un romance que puede poner en riesgo su matrimonio. 

 

“Desde la llegada de las redes sociales, el contactar y hacer amistad se ha facilitado a golpe de un solo click del mouse. Protegidos detrás del monitor, es posible empezar a coquetear, por curiosidad, por aburrimiento o soledad, y lo que había empezado como algo inocente se ha convertido en una nueva relación” señala Noelia.

 

Usualmente el cónyuge que tiene una relación on-line, presenta las mismas señales que tiene una persona cuando es infiel en la vida real, su comportamiento se torna extraño o fuera de lo acostumbrado, pasa más horas frente al computador, oculta su celular, se trasnocha, se puede volver agresivo con su pareja, muestra desinterés por el matrimonio, etc.

 

El anonimato, uno de los factores de “éxito”

 

El anonimato es una puerta de entrada que “facilita” este tipo de infidelidad, puesto que hay personas que jamás cometerían estas faltas a la luz del día, pero tras el anonimato de la red, les da la posibilidad de hacerlo.

 

“Los diferentes estudios realizados por instituciones sociológicas, ponen de manifiesto que el hecho de anonimato inicial aporta una gran dosis de seguridad. La relación se inicia en total anonimato, ya que el ´ciberaffaire´, a diferencia del adulterio físico, pasa inadvertido”. Añade Jesús Domingo, autor de temas de familia y educación.

 

Un negocio muy lucrativo

 

Desde que la web se convirtió en la plataforma por excelencia de las comunicaciones, se han creado variadas opciones de conexión (chats, redes sociales, etc.) pero en materia de relaciones extramaritales, están los sitios web dedicados en exclusiva a las personas que quieren tener una aventura, supuestamente sin mayores complicaciones.

 

La infidelidad no es algo nuevo ni mucho menos, pero Internet la ha convertido en un negocio rentable, al brindar las herramientas para que las personas sean infieles de forma rápida y sin dejar rastro, y lograr que miles de miembros se unan a la red recaudando grandes cantidades de dinero que se obtienen por pagar una membrecía o por los espacios publicitarios.

 

Recomendaciones para evitar los malos entendidos en la red  

 

Por último, estas recomendaciones publicadas en HacerFamilia.com ayudarán a "enredos" que después lamentarás:

 

1. Piensa antes de publicar cualquier mensaje en la red. No te dejes llevar por impulsos. Cualquier mensaje puede ser malinterpretado. 

 

2. Piensa antes de aceptar a alguna expareja en las redes sociales. Por supuesto que se puede mantener una amistad virtual con una expareja y no llegar a mayores, pero la realidad es que se necesita de mucha madurez emocional para optar por mantener un vínculo de este tipo. La mayoría de las personas se arrepienten de haber aceptado el contacto. 

 

3. Sé juicioso a la hora de aceptar amigos. Muchos usuarios tienen la costumbre de aceptar cualquier solicitud de amistad que se le envía sin discriminar. Antes de acceder a la petición, ten en cuenta que estás permitiendo que gente desconocida tenga total acceso a toda tu información personal. 

 

4. Si estás en una relación o casado, hazlo saber. No es nada beneficioso para la relación hacer entender a los demás que te encuentras soltero si la realidad es otra.

 

 

Fuentes: HacerFamilia.com, Encuentra.com, Almudi.org, BBC Mundo, Noticias de Navarra

 

Por LaFamilia.info 
 
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La mayoría de las personas le temen demasiado a una crisis matrimonial pues creen que ésta podría ser el fin de todo. Sin embargo, hay mucho por hacer antes de “tirar la toalla”. Estos son cinco pasos que ayudarán a afrontar las crisis de la mejor manera.  
Por LaFamilia.info - 03.09.2012 (Actualizado 14.02.2016)
 
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Los largos períodos de trabajo pueden crear una gran convivencia entre los compañeros, siendo el ambiente laboral un lugar propicio para, sin quererlo, crear situaciones inconvenientes.


Pasamos más tiempo en el trabajo que en el propio hogar, por eso los compañeros de trabajo se pueden convertir en personas muy cercanas, el problema es cuando se forma una relación más estrecha de lo que debe ser y se saltan los límites que fácilmente pueden llevar a una relación no deseada.


Compañeros de trabajo… ¡hasta ahí!


En la mayoría de los países, los trabajadores pasan ocho horas diarias en el ambiente laboral, lo que representa alrededor de unas 40 horas semanales, aunque en algunos casos las jornadas sobrepasan ese tiempo. Siendo así, el espacio para estar en el hogar es escaso y eso sin descontar el tiempo que hay que dedicar a otros fines (los hijos, el aseo de la casa, el gimnasio, los pendientes, las compras, etc.) por último, el tiempo para compartir en pareja se ve reducido a unos pocos minutos al día.


Por eso la necesidad de saber manejar el tiempo personal y laboral, fortalecer la voluntad propia y tener presente en todo momento una regla de oro: mantener una distancia emocional con los compañeros(as), en especial si despiertan alguna atracción.


Según Eduardo Press, director de la Escuela Argentina de Psicología Organizacional, “es lógico que al compartir a diario tanto tiempo y a su vez problemas, expectativas, frustraciones y logros, suceda cierta empatía entre compañeros y compañeras de trabajo que en algunos casos pueden llegar a un enamoramiento.” Relata en un artículo publicado por iProfesional.com


Por este motivo, los trabajadores deben desarrollar la fortaleza necesaria para establecer límites y dejar en claro la relación netamente profesional que debe existir con los colegas. Se debe evitar convertir al compañero(a) en el confidente o en el paño de lágrimas de las dificultades personales y menos las que están relacionadas con el matrimonio. Poco a poco esta “confidencialidad” se puede convertir en algo más que amistad.


En el mismo orden, Kevin Lowry, asesor financiero, pero apasionado por el tema armonía trabajo-familia brinda un consejo a los maridos: “Habla positivamente de tu mujer. Nunca te quejes de ella, especialmente ante otras mujeres”. Estos actos maltratan la unión conyugal.


5 Consejos para proteger el matrimonio contra los “amores de oficina”


Nunca está de más blindar la relación y evitar situaciones desafortunadas, estos son algunos consejos:


1. ¡Comunícate con tu pareja! La comunicación asertiva en el matrimonio es determinante. Ser capaz de decirle al otro lo que se siente, en especial las inconformidades (sexuales, afectivas, personales, etc.) antes de que pasen a mayores. Incluso, buscar ayuda del cónyuge cuando se siente alguna atracción por otra persona, es la única forma de evitar una infidelidad.


2. Cuidado con las modas de lo “normal”, es decir, de los espacios que ellas y ellos han considerado como propios y pasan por encima de su compromiso matrimonial y de sus hijos (salir con frecuencia a tomarse unos tragos con los compañeros de trabajo, llegar tarde a casa por reuniones sociales, pasar los días de descanso con los compañeros y no con la familia, compartir mucho tiempo con una persona en especial). Hay escenarios que no convienen al matrimonio y es mejor evadirlos.


3. Evita la rutina, es una amenaza constante para el matrimonio. En algunos casos es el punto de partida para una infidelidad, pues surge al querer buscar emociones nuevas fuera de casa.


4. No dejes solo(a) a la pareja, en sus proyectos, en su trabajo, en sus ilusiones, en las decisiones, en el día a día. El matrimonio es “comunión”, son dos personas que se convierte en una sola para compartir todo. Si cada quien hace su propia vida, la relación se enfriará y más temprano que tarde, llegará la infidelidad.


5. Cuida tu apariencia personal para estar siempre atractivo para el cónyuge. Recuerda la época de noviazgo que buscabas lucir bien hasta en el más mínimo detalle, pues en el matrimonio este propósito no debe desaparecer.


Si bien es cierto que la fidelidad es cuestión de voluntad, también hay que tener en cuenta que hay situaciones que invitan a quebrantar esa voluntad y si la persona no está lo suficientemente fortalecida o el matrimonio no pasa por su mejor momento, puede caer en la trampa.

 

 

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Foto: Yanalya - Pixabay

En la entrega pasada hablamos de la crisis de los 40 en los hombres, esta vez expondremos cómo puede afectar el matrimonio. Un análisis elaborado por el Foro de la Familia enumera los principales motivos que pueden dar origen a esta crisis de pareja.

LaFamilia.info
05.12.2011
 

Uno de los más grandes desafíos que tienen los cónyuges es entender al otro desde su naturaleza masculina o femenina, en especial las formas de comunicación que cada uno utiliza para expresarse: en términos generales, él prefiere el silencio y ella el habla, aunque desde luego hay excepciones. Pero esta diversidad puede convertirse en complementariedad; de esto de trata el arte de entender al cónyuge.

 

Él prefiere el silencio, Ella prefiere expresar

“Para el hombre su mayor reto es saber interpretar correctamente y apoyar a la mujer cuando habla de sus sentimientos. Y para las mujeres es interpretar correctamente y apoyar al hombre cuando no habla, cuando está en silencio.”

Hombres y mujeres piensan y procesan información de forma muy diferente. Ellos antes de hablar, se toman su tiempo para pensar, para encontrar la mejor respuesta, para tener claridad en su mente, y todo esto, luego de un proceso racional que puede tardar unos minutos u horas, o incluso pueden llegar a no responder. Pero este silencio es algunas veces incomprensible para las mujeres.

“Ellas necesitan entender que cuando él está en silencio, está diciendo: `Todavía no sé qué decir, pero estoy pensando en ello´. En lugar de eso, ellas escuchan: `No te estoy respondiendo porque tú no me importas y yo voy a ignorarte. Lo que me has dicho no es importante y por lo tanto no responderé´.

Cuando un hombre está en silencio, una mujer puede fácilmente imaginar lo peor, porque las únicas veces en que una mujer permanece en silencio es cuando lo que tiene que decir resulta perjudicial o cuando no quiere hablar con una persona porque ya no confía en ella y no quiere tener nada más que ver con ella. ¡No sorprende entonces que una mujer se torne insegura cuando un hombre se vuelve repentinamente silencioso!” expresa el autor Rafael Sanz Carrera en su blog.

Las mujeres en cambio disfrutan comunicándose, y más que un gusto es una necesidad. Ellas piden que se les validen sus sentimientos y ello supone que las escuchen. Pero los hombres no son muy buenos en esto.

Esta disparidad da lugar a situaciones de conflicto. Por ejemplo en las noches cuando la pareja por fin llega a casa tras una extenuante jornada laboral y múltiples ocupaciones más, la mujer quiere utilizar ese valioso momento para conversar con su marido sobre las cosas que le ocurrieron en el día a ambos… Mientras que los hombres llegan a casa y lo último que quieren hacer es hablar y menos de los problemas con los que tuvo que lidiar. Él quiere desconectarse de todo en su tiempo de descanso y tiene la capacidad para hacerlo.

Antonio Vásquez Vega, autor del libro “Puedo entender a mi marido”, explica al respecto: “A la mujer, hablar le descansa, al hombre, no. La mujer necesita expresar lo que le preocupa y eso ya le hace sentirse mejor aunque el tema no esté resuelto.” Y además aclara: “La mujer cuenta las cosas del día, pequeñas y grandes, como un gesto de amor. Pero se encuentra con un hombre que de inmediato siente la necesidad de dar soluciones a los problemas y cuestiones que la mujer plantea.”

Vemos entonces que por regla general somos distintos, pero a la vez complementarios; el hombre necesita salir de su aislamiento, aprender a escuchar, y la mujer necesita saber interpretar los silencios del hombre y propiciar el diálogo sin presionarlo. En eso se basa la complementariedad, en buscar el equilibrio para llegar a la armonía. Pero la complementariedad exige renuncia, ceder para poseer, escuchar para entender, querer para comprender.

*Lectura complementaria: “Puedo entender a mi marido”. Antonio Vásquez Vega. Colección Hacer Familia. Ediciones Palabra, 2007.