LaFamilia.info
28.09.2008

 

 

Nunca es tarde para comenzar a hacer ejercicio. Si usted es un adulto mayor sedentario, es hora de darse cuenta que con el ejercicio físico no se añaden años a la vida sino vida a los años.

 

Una de las barreras que impiden el ejercicio físico en las personas mayores es la falta de información sobre esta actividad y su relación con el envejecimiento. Por ello es importante promover y facilitar la actividad física en el adulto mayor, apoyando los entornos favorables como la familia, o grupos formados por personas de la misma edad.

 

Y aunque cada vez es más cotidiano observar personas de la tercera edad realizando algún ejercicio en parques públicos o realizando caminatas, todavía existen prevenciones sobre las bondades del ejercicio en la edad dorada.

 

Los estudios aseguran que quienes se dedican a ejercitarse físicamente tienen menos problemas de hipertensión, enfermedades del corazón y osteoporosis. Un hombre o mujer mayor pueden tener mejor capacidad motora, velocidad, vigor y fortaleza, así como una mejor circulación y respiración si ejerce un tipo de actividad física por media hora cada día.

 

Otras bondades del ejercicio físico en el adulto mayor son:

 

  • - Ayuda a tener un mejor equilibrio, y por lo tanto a sufrir menos caídas o fracturas.
  • - Disminuye síntomas como la ansiedad, la depresión o el insomnio
  • - Brinda una mejor calidad de vida.

Actividades recomendadas para la 3ra edad

 

Si un adulto mayor sedentario decide comenzar a hacer ejercicio, es vital que acuda a su médico de confianza para que le realice un examen general y así determinar cuáles son las capacidades físicas reales y qué tipo de ejercicio se adapta mejor a su físico.

 

Estas son las actividades más recomendadas para la edad dorada:

 

Ejercicios gimnásticos: Si bien es una de las actividades más practicadas, puede conducir a cierta monotonía y, por tanto puede resultar un poco aburrida, aunque tiene la ventaja de que se puede hacer en cualquier lugar e incluso con ropa de calle, siempre que no moleste la realización de los movimientos.

 

Caminar: Es la actividad más conveniente y adaptable cuando se hace de forma bien orientada, ya que da a la persona mayor sensación de seguridad, mejora el equilibrio, aumenta la velocidad de desplazamiento, acrecienta la libertad motriz y disminuye la sensación de fatiga.

 

Asimismo, es una actividad rítmica que condiciona un mínimo estrés para el corazón y el aparato locomotor, a la vez que distrae la mente. Hoy se sabe que un ejercicio tan suave como un paseo, aunque no modifique de forma acentuada la capacidad cardiovascular de los que lo practican, sí protege contra la cardiopatía isquémica y ayuda a perder peso.

 

Nadar: Es uno de los medios más eficaces para mejorar y mantener la capacidad cardiorrespiratoria y a la vez todo el sistema neuro-muscular. Nadar ayuda a prevenir y mejorar muchos problemas posturales, al liberar el esqueleto de la acción de su peso (en el agua, el peso corporal se reduce más de una sexta parte y el apoyo nunca es traumático), mejora la amplitud de los movimientos y es un buen relajante para todos los músculos, en especial para los de la espalda.

 

Está especialmente indicada en personas obesas y con artrosis (siempre que se nade en agua caliente), al favorecer la descarga articular.

 

Pedalear: Ya que energéticamente pide menos, esta actividad se puede realizar durante mucho más tiempo que cualquier otra. Además de los beneficios circulatorios, mantiene el tono de brazos, columna y piernas. No obstante hay que tener en cuenta que aunque es muy bien tolerado, al final de cada sesión se deben realizar ejercicios de elasticidad.

 

El pedaleo en bicicleta estática sustituye perfectamente al ciclismo y no hay que dudar en emplearlo en aquellas personas con limitaciones del movimiento espacial (dificultad de la marcha, vértigo, desalineaciones corporales, etc.).

 

Para tener en cuenta

 

  • - Durante el ejercicio controlar regularmente el pulso pues si está muy rápido hay que descansar. Verificar el tiempo de retorno a la calma pues un tiempo de recuperación demasiado largo es indicativo de que algo no marcha bien.
  • - Elija actividades que sirvan para mejorar la resistencia cardio-respiratoria, evitando siempre los esfuerzos muy intensos. Es mejor un esfuerzo continuado y de intensidad moderada.
  • - La actividad física debe ser regular y constante. En caso de suspender el programa durante un tiempo, la reanudación será progresiva.
  • - Evitar esfuerzos que exijan posturas estáticas y rígidas.
  • - Parar al menor síntoma de dolor, mareo, vértigo, respiración jadeante o dolor de cabeza.
  • - Con el aumento de la edad se está más propenso a las lesiones debido a la pérdida de elasticidad de los tejidos del aparato locomotor, por lo que los esfuerzos deben ser siempre de débil intensidad y de duración relativamente larga (marcha, bicicleta, natación etc.).
  • - Tener en cuenta que estar en buena forma es casi una cuestión de sentido común.

Fuente: saludalia.com, buenvivir.org

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