LaFamilia.info
22.02.2010

 

 

Al contrario de lo que muchos piensan, la tercera edad es la etapa óptima para continuar siendo productivos y una excelente oportunidad para ello, es el servicio voluntario; pues además de que se cuenta con el tiempo disponible, se tiene a su favor la madurez intelectual y admirable experiencia.

 

Está científicamente demostrada la importancia que tiene en el ser humano que su cerebro se ejercite constantemente para evitar enfermedades en los últimos años de vida. De ahí la necesidad de permanecer activos y no hacer un paro total que pueda traer consigo estados emocionales dañinos como la depresión, baja autoestima, debilidad u padecimientos físicos.

 

Tampoco se trata de seguir con el mismo ritmo de vida que se acostumbraba llevar, pero sí aprovechar las nuevas condiciones para realizar metas que hasta el momento no habían sido posibles y también prestar un servicio social que le llenará de satisfacción.

 

Una buena alternativa

 

 

Muchas personas que ya han obtenido su jubilación y durante toda su vida fueron muy activas y trabajadoras, pueden desubicarse por el cambio tan brusco en su estilo de vida. Por eso, es conveniente realizar otras actividades que hagan sentir útil a la persona, y si es su deseo, le permitan continuar ejerciendo su profesión u oficio a través del servicio social.

 

El voluntariado es la forma como se suplen las necesidades propias y de los demás, es decir, es una relación ganar-ganar en donde las dos partes están siendo beneficiadas. Algunos modelos de voluntariados:

 

  • Asesoría profesional: consiste en brindarle apoyo a alguna organización que requiera de su conocimiento y no tenga las posibilidades económicas para suplir esa necesidad. Otra forma sería prestar los servicios profesionales sin ningún costo a personas de bajos recursos.
  • Trabajo social: es la donación de tiempo a una organización sin ánimo de lucro que tiene como objeto la ayuda social: fundaciones de niños, ancianos, enfermos, necesitados, etc.
  • Parroquias o comunidades religiosas: comprometerse con las causas que lidera la Iglesia, es otro grandioso voluntariado.
  • Grupos de amigos y familiares: en especial las mujeres de la tercera edad, son ejemplares cuando conforman grupos y confeccionan ropa o realizan algún trabajo para ayudar a una población necesitada.
  • Servicio ciudadano: en algunos países las personas de la tercera edad apoyan a los organismos de control o a las asociaciones culturales como los museos o sitios turísticos de la ciudad.
  • Guarderías y colegios: estas instituciones educativas también son un campo de acción, asimismo los adultos mayores están en contacto con niños que tanta alegría nos transmiten.

Estas son sólo algunas formas de servir a los demás, todo parte de la disposición y buena actitud frente a las condiciones naturales propias de la vida como es la edad.

 

Ejemplos reales

 

 

En lugares como los países anglosajones, por ejemplo, en los últimos años la implicación de personas mayores en tareas de voluntariado ha aumentado de manera considerable y, en España, la experiencia de las personas mayores se está convirtiendo también en una herramienta para muchas entidades.

 

Desde que se creó hace casi dos décadas, la organización “Seniors Españoles para la Cooperación Técnica” (Secot), ha apoyado a más de 300 entidades sociales y más de 1.500 pequeñas y medianas empresas en tareas como la revisión de los planes de trabajo, la gestión de entidades, la identificación y evaluación de proyectos y el uso de nuevas tecnologías. Quienes llevan a cabo toda esta labor son personas jubiladas que en su vida laboral estuvieron ligadas al mundo de la empresa y que ahora quieren trasmitir sus conocimientos de manera voluntaria.

 

Un estudio realizado por los profesores universitarios Montserrat Celdrán y Feliciano Villar, de la Universidad Rovira i Virgili y la Universidad de Barcelona, respectivamente, ha profundizado en el papel de la tercera edad como actores activos en organizaciones de carácter empresarial, cultural y de asistencia social.

La entrevistas realizadas durante el estudio, revela que la mayoría de las personas se sienten muy bien realizando la labor voluntaria y explican que con su trabajo de voluntariado "se sienten útiles y satisfechos por ayudar a los demás" y que además les proporciona "actividad y una red social", crecimiento personal y valores.

 

Fuente: canalsolidario.org

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