Llorar no es perjudicial, al contrario es beneficioso para la salud mental y física. Al derramar lágrimas se liberan hormonas que ayudan a disminuir los niveles de angustia y actúan como calmante natural.
El acto de llorar ha estado marcado bajo la connotación de debilidad, de ahí que las personas tiendan a reprimir el llanto, aunque en mayor proporción los hombres, quienes están más cohibidos socialmente que las mujeres para dar rienda suelta a sus emociones. Sin embargo, llorar es un acto liberador que ayuda a disminuir la tensión.
“Llorar no es una debilidad del ser humano, es una válvula de escape, como si se tratara de una olla de presión, no permitirse llorar sólo provocará ganar más presión, sentirse impotente e incontrolable y en el momento menos esperado explotar; es alimentar una bomba de tiempo, cuya única finalidad será explotar en el momento que menos se esté esperando.” Dice Sarah Pérez en su artículo, *Periódico Hoy.
Llorar también ayuda al cuerpo humano a cumplir algunas de sus funciones básicas. Con el lloro se limpia el lagrimal, se consigue una adecuada hidratación del ojo y se liberan las hormonas del bienestar, eliminando adrenalina, noradrenalina y oxitocina, que provocan los mismos efectos que algunos analgésicos.
Raquel Molero, psicóloga de adultos de ISEP Clínic Barcelona, explica que estas hormonas operan en multitud de procesos, como la oxitocina, “que libera la madre cuando está cerca del hijo y le aporta sensación de calma. Del mismo modo, después de haber llorado mucho, queda una sensación de bienestar por la liberación de estas sustancias”.
Además, según informa la psicóloga, “los adultos lloran cuando se sienten impotentes ante un suceso concreto, para aliviar la tensión, eliminar la tristeza y comunicar cómo se sienten”. Ante todos esos factores, los expertos no dudan en el principal beneficio de llorar es su efecto como calmante natural. A medida que las lágrimas caen, la persona se desahoga y se reduce la carga emocional, logrando finalmente un estado de calma.
Reír y llorar producen efectos similares
La risa y el llanto son dos maneras de expresar emociones y están vinculadas con la presión sanguínea, la aceleración y detención de la respiración, el enrojecimiento y la palidez del rostro e incluso el tono muscular. Ambas permiten descargar tensiones y poseen una función reguladora que crea circunstancias ventajosas para el organismo.
La risa incide en el sistema endocrino para que éste ordene al cerebro la secreción de una serie de hormonas tales como las endorfinas, que controlan el dolor; la adrenalina, que ayuda a estimular la imaginación; la dopamina, que favorece la actividad mental; y la serotonina, que posee efectos calmantes y disminuye tanto la ansiedad como el hambre.
El llanto emocional (no el provocado por el dolor físico), cumple una función vital en el desarrollo humano. Las reacciones químicas propias de las lágrimas activan determinadas hormonas que producen efecto tranquilizador beneficioso para el organismo, al eliminarse ciertas sustancias depresoras producidas por la sensación de tristeza.
Fuentes: Revista Eroski Consumer, hoy.com.do