Alrededor de este tema existen muchos mitos que le restan seriedad, por lo que conviene estar informados, romper con mitos y no poner en riesgo el propio bienestar.
Para la doctora Gisel Paniagua, directora general de actividades deportivas de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, los mitos y creencias que rodean a la desnutrición se pueden resumir en tres aspectos muy importantes: el psicológico, económico y físico.
¿Mentira o realidad?
Los factores, un sinfín. Ya sea por moda, carencias financieras, algún complejo o simplemente por salud, las personas muy delgadas siempre están rodeadas de mofas o rumores en cuanto a su estado físico.
Por eso, la especialista nos aclara las inquietudes más populares referentes al tema:
1. ¿Los individuos muy delgados, están desnutridos?
Mentira. La verdad es que el físico es un factor bastante engañoso. Por lo regular pensamos que una persona con estas características está mal alimentada, pero existen otras causas, como la herencia, alimentación balanceada, ejercicio, entre otros, que influyen en estos casos.
Es importante mencionar que, muchos pacientes con desnutrición sufren también de obesidad, es decir, hay muchos “gorditos” desnutridos.
2. ¿La situación económica contribuye en la mala alimentación?
Mentira. Y este también es un verdadero mito. Casi siempre creemos que mientras menos sean los ingresos, hay mayor probabilidad de desnutrición, lo cual es un error, ya que en algunos hogares con pocos recursos en México, aunque en su alimentación tal vez no haya carne o pescado, hay ciertas combinaciones (cereales, frutas y verduras) que sustituyen a las proteínas, lo que les ayuda a tener un cuerpo sano.
Por el contrario, hay bastantes casos en los que se ha registrado que la población con mayor solvencia económica tiene un grado más alto de desnutrición, esto por la falta de tiempo para planear sus alimentos, y la ingesta de comida rápida y chatarra.
3. ¿Se nota la desnutrición?
Realidad. Por lo regular, cuando se presenta el cansancio, dolor constante de cabeza, manchas en la cara, piel muy suave (como de adulto mayor), labios u ojos secos (deshidratación), caída de cabello y ojeras visibles, es probable que el paciente sufra de esta enfermedad.
4. Lo primero que hacen algunos nutriólogos es quitar algunos alimentos, ¿esto puede desnutrirnos?
Realidad. Algunos especialistas utilizan la eliminación de algunos productos cuando el paciente lo amerita. Sin embargo, es muy importante recordar que no se trata de dejar de comer algo, sino simplemente de que comamos las porciones adecuadas en los tiempos adecuados.
Recomendaciones del experto
Según la doctora Gisel Paniagua, la sociedad actual tiene una fijación con la delgadez, fijación que incluso está jerarquizada por arriba de la salud, lo cual se ha vuelto uno de los grandes problemas que enfrenta el sistema médico de muchos países. Aunque, comparte algunas recomendaciones importantes para evitar la desnutrición y conservar un buen estado físico.
“¡No le tengamos miedo a la comida!, y recordemos que mientras más balance tenga nuestra alimentación, es más sencillo mantener el buen funcionamiento de nuestro organismo”, comenta la especialista, además agrega que con el ejercicio diario, la ingesta de frutas y verduras y buenos hábitos alimentarios, es menos complicado estar saludable y en buena forma.
Recordemos que lo más valioso que tenemos es nuestra salud, y que con ella podemos modificar muchas circunstancias de la vida. Evitemos ser parte de los mitos y busquemos una solución saludable para ellos, tengamos en cuenta el popular dicho: ¡Mente sana en cuerpo sano! Y cuidemos nuestro cuerpo ante cualquier adversidad.
Colaboración de Fundación Teletón México para LaFamilia.info. Derechos reservados.
“Sé responsable de tu destino”. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Más de este tema:
Grasas: por qué hay que consumirlas
Los nuevos trastornos alimenticios en los que caen los jóvenes
10 Claves para acabar con los problemas de alimentación en niños