Título Original: Father Stu. País de Origen: Estados Unidos. Directores: Mark Wahlberg, Stephen Levinson, Jordon Foss. Actores: Mark Wahlberg, Mel Gibson, Jacki Weaver, Malcolm McDowell. Género: Drama, películas basadas en hechos reales. Clasificación: Mayores de 16 años. Plataforma: Netflix (en algunos países) HBOmax.
Basada en hechos reales, El Milagro del Padre Stu cuenta la extraordinaria transformación de un hombre, interpretado por Mark Wahlberg, cuya vida estaba marcada por el caos, las dificultades familiares y un profundo alejamiento de Dios.
Stu, un boxeador cuyo sueño se ve truncado por una lesión, decide mudarse a Los Ángeles en busca de una nueva meta: convertirse en actor. Trabajando como empleado de un supermercado para salir adelante, conoce a Carmen (Teresa Ruiz), una maestra de escuela dominical. Decidido a conquistarla, Stu, escéptico de toda la vida, comienza a asistir a la iglesia, inicialmente como un esfuerzo superficial para impresionarla.
Sin embargo, un trágico accidente de motocicleta marca un giro radical en su vida. Durante su recuperación, Stu reflexiona sobre su propósito y, movido por un llamado interior, decide dedicar su vida a ayudar a los demás como sacerdote católico. A pesar de los obstáculos: una enfermedad devastadora, el escepticismo de quienes lo rodean y las tensiones familiares con sus padres (interpretados por Mel Gibson y Jacki Weaver), Stu avanza con valentía y compasión. Su dedicación no solo transforma a los que lo rodean, sino también a muchas vidas que se cruzan con la suya.
Análisis
Con toques de humor y buena música country, El Milagro del Padre Stu es mucho más que una historia de redención personal: es un relato sobre la relación entre padres e hijos, tanto en el ámbito humano como en el divino. La película explora cómo la vulnerabilidad, la fe y el amor pueden sanar vínculos rotos y guiar hacia una transformación profunda.
Mel Gibson, quien además de actuar en la película la respalda profundamente, destaca que la historia de Stu aborda temas universales: la lucha interna entre el ego y la entrega, y el misterio del sufrimiento como camino para encontrar esperanza y propósito. «Es una invitación a dejar de depender exclusivamente de uno mismo y poner la vida en manos de alguien más grande», señala Gibson.
El mensaje de que nunca es tarde para cambiar, también resuena con fuerza. En palabras de Gibson: «Mi personaje, el padre de Stu, decide en su vejez que es momento de ser un buen padre, y eso le abre a una nueva y transformadora experiencia».
En una época en la que la paternidad suele ser minimizada, la película destaca el poder del amor paternal en todas sus formas.
Conclusión: La historia es conmovedora y tiene grandes enseñanzas, vale la pena verla. No hay escenas realmente inadecuadas para menores, pero sus temas son para un público adulto.