Vivimos conectados a todo y a todos, pero al mismo tiempo más solos que nunca. Caminamos entre multitudes sin mirarnos, cada uno inmerso en su propio mundo, con pantallas, auriculares y prisa.
En un tiempo donde los mensajes son instantáneos y las redes sociales prometen cercanía, las conversaciones honestas escasean y la soledad se ha vuelto una compañera silenciosa. Junto a ella, la indiferencia —su sombra más peligrosa— nos deshumaniza poco a poco.
Este video, realizado por Daniel Tobón de LaFamilia.info, reflexiona sobre esas dos enfermedades invisibles de nuestro tiempo: la soledad y la indiferencia. No siempre se ven, pero duelen, afectan nuestra salud emocional y nos invitan a volver a lo esencial: el encuentro humano, la empatía y el sentido de comunidad.
Una invitación a reconectar
En medio de tanta prisa, ruido y desconexión, la familia sigue siendo ese lugar donde incluso rotos podemos volver a empezar. Volver al encuentro, mirar a los ojos, escuchar con atención y compartir tiempo real puede ser el primer paso para sanar una sociedad enferma de soledad.
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Por LaFamilia.info