Vivimos conectados. Las redes sociales nos informan, entretienen y acercan a quienes están lejos. Pero también nos distraen, fragmentan nuestra atención y, sin darnos cuenta, afectan nuestra memoria, lectura y concentración. ¿Cómo equilibrar su uso sin caer en excesos? ¿Qué pueden hacer las familias para proteger el bienestar mental y emocional de sus miembros?
Lo que dice la ciencia
Diversos estudios han demostrado que el uso intensivo de redes sociales puede:
- Reducir la capacidad de atención sostenida.
- Dificultar la lectura profunda y la comprensión.
- Saturar la memoria con estímulos breves y constantes.
- Generar dependencia emocional por la gratificación inmediata (likes, notificaciones).
No se trata de demonizar las redes, sino de aprender a usarlas con conciencia.
¿Qué pueden hacer las familias?
Aquí van 5 estrategias prácticas para fomentar un uso saludable de las redes sociales:
1. Establecer tiempos y espacios libres de pantallas
- Comidas, momentos de descanso y conversaciones familiares deben ser sagrados.
- Crear “zonas sin redes” en casa (ej. dormitorio, comedor).
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2. Fomentar actividades que entrenen la atención
- Lectura en papel, juegos de mesa, caminatas sin celular.
- Ejercicios de respiración o mindfulness en familia.
3. Modelar el uso consciente
- Los adultos también deben regular su tiempo en redes. El ejemplo educa más que mil palabras.
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4. Dialogar sobre lo que se consume
- ¿Qué vemos? ¿Por qué lo seguimos? ¿Cómo nos hace sentir?
- Promover cuentas que inspiren, eduquen y aporten valor.
5. Crear rutinas digitales saludables
- Usar apps que limiten el tiempo en redes.
- Apagar notificaciones innecesarias.
- Revisar redes solo en momentos definidos, no por impulso.
Las redes sociales pueden ser herramientas de conexión y aprendizaje, si se usan con propósito. Como familia, podemos cultivar hábitos que protejan la atención, fortalezcan la memoria y promuevan relaciones reales. La clave está en moderar, conversar y reconectar con lo esencial.
La atención es un tesoro, y la familia y los colegios deben protegerla.
Por LaFamilia.info
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