Parece que hoy en día ser padre es secundario, porque lo que aporta es algo prescindible, como engendrar hijos o criarlos. Nada más lejos de la realidad, ya que la paternidad es insustituible, es el complemento natural a la maternidad. Hay que reivindicar la paternidad, ya que esta figura es necesaria para el pleno desarrollo de los hijos.
Relegar la paternidad
Dice María Calvo Charro, profesora de Derecho y conferenciante, que “la paternidad también se ha tergiversado. Igual que al hombre se le exige que sea femenino, suave, empático, sensible y emotivo, a la paternidad se le exige que sea como una mamá bis, que sea como una mujer realmente. Y esto genera mucha frustración al hombre. De hecho, se han desarrollado lo que se llaman familias matrifocales. En el escenario social o en este mantra social, son familias en las que la madre desconfía del padre, del estilo masculino paternal del que hemos hablado. De ese estilo que implica dar protección y dar seguridad a los hijos”.
Es decir, nos quieren vender que hace falta una “mamá bis”, un “pa-madre” y una madre. Y lo que necesitamos es la virilidad, la determinación y la donación de un buen padre y la dulzura, la comprensión y la entrega incondicional de una buena madre.
Un feminismo mal entendido ha llevado a esta realidad, de tal manera que ha quedado relegada la paternidad por el empoderamiento de la mujer, que se ha pasado de frenada frente al machismo irracional instaurado, que ha campado a sus anchas durante siglos.
Reivindicar a los padres
Pero hay que tener claro que, igual que el cielo ha estado encapotado gran parte de marzo y que parecía interminable la situación -dándonos la perspectiva de Noé- al final salió el sol. Con el tema de la paternidad, y con otros temas, habrá una alborada, un pendulazo y se colocará en el sitio que le corresponde, ya que es algo necesario para una educación completa.
En el proceso vital de un personal puede faltar un padre o una madre, pero alguien hace ese papel necesario si es que no queremos un desequilibrio personal.
Un padre ausente puede provocar problemas de identidad, referenciales o de integridad en los hijos. De ahí la necesidad de su presencia y proactividad.
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Por eso, hay que reivindicar esta figura. Ya que todos queremos gozar de esta figura tan necesaria para un pleno desarrollo. Ya sea gracias a un padre biológico, adoptivo, o por cualquier familiar o persona que sea una referente de masculinidad que se entrega generosamente.
*Publicado en omnesmag.com