Testimonio de un adolescente: la duda gay

Foto: Pixabay.com

Javier es un adolescente de 15 años que cuenta su experiencia con la «duda gay». Este joven representa a muchos de nuestros adolescentes que viven esta situación.

Javier llegó al consultorio de Elena Lorenzo, Coach profesional y terapeuta especializada en orientación sexual dirigido a personas con Atracción al Mismo Sexo (AMS) y a sus familiares. Gracias a la orientación de Elena, Javier se pudo conocer mejor a sí mismo y afrontar este momento de confusión, como les puede estar pasando a otros chicos de su edad.

Elena cuenta que “es muy amargo el sufrimiento que veo reflejado en los ojos y en las palabras de unos padres impotentes ante esta afirmación de su hijo, pues como el mismo Javier lo dice: No creo que nadie se espere que su hijo le afirme que es gay”.

Aunque la experta aclara: “¡Claro que hay adolescentes que experimentan AMS (atracción al mismo sexo) con heridas afectivas y emocionales!, pero también están los adolescentes que viven un momento de duda y necesidad de afirmación de su Yo, de su identidad y entran en el mundo homosexual en busca de sí mismos quedando «atascados» en ese mundo de no pertenencia.”

A continuación el testimonio de Javier.

«Me di cuenta de que en realidad no era gay»

«Hola. Soy Javier, un chico de quince años. Vivo en Madrid, aunque no Madrid centro. Desde pequeño me encantan los libros y dibujar es mi pasión. Sobre gustos musicales se podría decir que no tengo ningún estilo definido, todo depende del ánimo que tenga cuando escucho la música.

El caso es que hace un par de años me empezaron a gustar los chicos. En un principio no me pareció nada excepcional, nada importante, así que tampoco se lo comenté a nadie. Más tarde me fui dando cuenta de lo que suponía ser «gay», pero tampoco estaba muy seguro. Decidí mantenerlo en secreto por si las moscas. Investigué cómo era ese mundo homosexual del que no tenía mucha idea, y me metí en Internet, donde encontré todo tipo de información. Esto solo consiguió que me afirmase como gay sin pensar de verdad si era eso lo que yo sentía, pero acabé convencido.

Un par de años más tarde, en las Navidades de 2014, mis padres descubrieron todo esto. Yo tenía pensado contárselo, pero esto me pilló por sorpresa. Para ellos fue todo un shock. No creo que nadie se espere que su hijo le afirme que es gay, muy seguro de su situación, cuando en realidad no lo estaba. Claramente ellos se sintieron, en cierto modo traicionados, les había estado ocultando estos pensamientos durante mucho tiempo.

Ellos estaban destrozados. Yo sabía que me seguían queriendo, pero aún así me sentí muy mal por hacerles pasar por algo así. Yo sentía incomprensión, pues no aceptaban mi decisión.

Como en verano suelo ir a campamentos y los últimos años fueron a Estados Unidos (y ahí todo este tema de la homosexualidad está mucho más generalizado), pensaron que fue ahí de donde «cogí la idea». No es el caso.

Sí que es verdad que conocí a un chico de mi edad, también gay, que me empezó a gustar. Posiblemente porque estaba más o menos en mi situación. Era alguien con quien podía hablar de todo este tema. Cuando mis padres descubrieron de su existencia me prohibieron volver a hablar con él. Esto me enfadó muchísimo. Un tiempo después, me di cuenta de lo estúpido que había sido sobre el tema de ese chico y me avergüenzo de lo que dije y de cómo actué.

Entonces mis padres decidieron llevarme a ver a Elena que, en vez de intentar persuadirme de que no fuese gay, me ayudó a conocerme a mí mismo y mirar en mi pasado, a ver qué podría haber implantado esa duda de la homosexualidad desde el principio. Al principio no me sentía cómodo hablando sobre mí, yo estaba muy seguro de que era gay y «sabía» que no iba a cambiar nada. Después de hacer memoria sobre lo que había pasado en mi vida, nos dimos cuenta de que el tema de las redes sociales y el Internet había sido un factor muy decisivo para determinar el desenlace de mis dudas sobre mi sexualidad.

Otros factores son por ejemplo la inseguridad, la baja autoestima, falta comunicación con mis padres, miedo a lo que pensaran los demás de mí… Por eso hicimos un plan de acción, para mejorar estas cosas. Poníamos mis objetivos, lo que me impedía conseguirlos, mi situación actual y cómo podría lograrlos. Esto la verdad es que me ha ayudado mucho hasta la fecha.

Gracias a esto pude darme cuenta de lo precipitada que había sido mi decisión sobre mi sexualidad, que no había afrontado la situación muy bien, sino que lo había hecho yo solo con además la «ayuda» de Internet, que lo único que hizo fue llevarme por un camino que en realidad no era el mío.

Desde que mis padres descubrieron todo esto, me pasaba todos los días preocupado por recuperar su confianza y demostrarles que seguía siendo el mismo de siempre. Entonces Elena y yo nos dimos cuenta de que mejor debía centrarme en mí y en mi desarrollo personal. Esto fue un gran acierto. Desde que me hice mi plan he hecho muy buenos amigos, incluso en verano invité a mi mejor amigo a mi pueblo de veraneo (cosa que nunca antes había hecho).

En resumen se podría decir que, no solo me di cuenta de que en realidad no era gay, sino que también mejoré como persona (y lo sigo haciendo). También he mejorado la relación con mis padres, intentando cicatrizar las heridas que todo este asunto había originado. Incluso lo sigo haciendo ahora, todos los días. He aprendido a no dejarme influenciar, ni por las redes sociales, ni por Internet, ni por las personas, ni por nadie. Eso no significa que mis gustos no puedan cambiar, pero la orientación sexual es un tema más serio. Aunque, eso sí, ahora ya sé que no soy gay y que todo lo que creía antes tan solo habían sido dudas resuelta del peor de los modos».

Por Elena Lorenzo Rego – elena@elenalorenzo.com / elenalorenzo.com

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