LaFamilia.info – 28.01.2022

Ser madre te cambia la vida y te enseña una serie de cosas que únicamente puedes conocer cuando este milagro sucede. Descubre algunas de las muchas enseñanzas que la vida te ofrece cuando te conviertes en madre.

6 cosas que aprendes siendo madre

Ser madre es, sin lugar a dudas, la mayor aventura que se puede vivir. Nadie te enseña cómo hacerlo, pero poco a poco vas desarrollando ciertas aptitudes y aprendes ciertas cosas que de otro modo sería imposible se aprendiesen. Además de empezar a tener derecho a recibir regalos día de la madre, tener un hijo te aporta una serie de enseñanzas únicas, insignias que demuestran que has sido capaz. Descubre algunas de estas cosas que aprendes en esta maravillosa etapa de la vida.

Ellos se adaptan mejor a los cambios

Una de las cosas que se despiertan cuando eres madre es el instinto de protección. No quieres que nada pueda hacer daño a tu retoño, quieres que todo esté siempre bien, que nada cambie porque quizá ese cambio puede no ser bueno. Adaptarte a los cambios en la vida de tu hijo es algo complicado. Cuando tienen que ir al colegio, cuando deben cambiar su alimentación o simplemente cuando deben pasar de la cuna a la cama son momentos que para las madres pueden suponer un gran esfuerzo. Pero en esos momentos te darás cuenta que los niños se adaptan mucho mejor a los cambios de lo que podrías pensar. Para ellos esas etapas de transición no tienen gran importancia. Ser madre te enseña que los niños son más fuertes de lo que parecen.

Mantener la calma en momentos de estrés

Puede que antes de ser madre fueses una persona que se alteraba con facilidad, a la que una situación de estrés podía ponerla al límite, dejándola sin capacidad de reacción. Al convertirte en madre comprobarás que el instinto de protección domina la situación incluso en esos momentos. Cuando todo se tuerce, aparece el estrés y el caos se hace visible, tu instinto por proteger a tu retoño te llevará a mantener la calma. Serás capaz de sobrellevar situaciones que antes te parecían infranqueables.

Que el mundo pasa a segundo plano, cuando tu hijo está enfermo

Lo más importante es la salud y el bienestar de tu hijo. Por ello, todo se vuelve mucho más relativo, el mundo no importa si tu hijo te necesita porque está enfermo o se encuentra mal. Todo lo demás pasa a segundo plano, en esos momentos lo principal es abrazar y consolar a tu hijo.

Disfrutar del tiempo para ti

Cuando eres madre los momentos en los que tú eres lo primero casi desaparecen. Si antes podías estar un buen rato en la bañera disfrutando de un momento de relajación, ahora ese tiempo lo debes invertir en acabar ciertas cosas que tenías a medias. Encontrar momentos para ti será complicado, pero aprendes a organizarte, y te deleitarás con estos momentos como si de regalos día de la madre se tratasen, disfrutarás de ellos al 200%.

Organizar un festín cuando la nevera tiene pocos recursos

Esos días en los que falta el tiempo y no has podido hacer la compra la creatividad te echará una mano. Tu hijo piensa que eres la mejor, que siempre prepararas los platos más deliciosos. Si no tienes todos los recursos que necesitas para hacer realidad esa afirmación tu instinto de supervivencia hará que puedas dar vida a platos sorprendentes con muy pocos ingredientes.

La felicidad vive en el sacrificio

Ser madre es un trabajo a tiempo completo, es un sacrificio constante, donde el sueño y el cansancio se convierten en los compañeros de cada día. Pero es también una de las mayores enseñanzas que se pueden recibir. La felicidad está en esos momentos, en ese sacrificio que haces constantemente por tu hijo.