Por LaFamilia.info
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En Navidad abrimos las puertas de nuestros hogares a familiares y amigos para compartir juntos la alegría de esta festividad. Es por esto que debemos convertirnos en los mejores anfitriones y por supuesto, en los invitados más educados, ¿cuáles son los deberes de cada quien?
Tanto el anfitrión como el invitado tiene varios compromisos dentro de un festejo. En este caso hablaremos de aquellas tertulias caseras que se realizan en torno a la Navidad o fin de año, las cuales admiten un protocolo informal; lo que quiere decir que, aunque el trato sea más cálido, también hay unas normas básicas qué seguir.
Los deberes del anfitrión
El anfitrión es la persona central de la reunión, es quien hace las veces de líder y brinda las pautas para que sus invitados las sigan, por ejemplo, al momento de pasar a la mesa, de tomar asiento, etc. Un buen anfitrión debe hacer su mayor esfuerzo para que las personas se sientan a gusto en su hogar, por tanto, debe lucirse en cuanto a atenciones y detalles de buen gusto. De esta manera, es importante conocer las particularidades de este rol:
1. El anfitrión debe informar la fecha y hora de la invitación. Puede hacerse por medio del correo electrónico o de una llamada telefónica. En el primer caso, es importante confirmar su recibo, pues la tecnología nos puede jugar una mala pasada. No se recomienda dejar recados con terceras personas, pues hay que asegurarse que la persona reciba la invitación. Si la convocatoria se hizo con mucho tiempo de anticipación, se sugiere dar una llamada días antes para evitar olvidos.
2. Una vez llega el día del festejo, el anfitrión debe estar en casa a la hora pactada y tener los preparativos lo más adelantados posible, de forma que pueda compartir tiempo prudente con sus asistentes.
3. Es el anfitrión quien debe abrir la puerta y saludar con agrado a quien recibe en su hogar.
4. Si uno o varios de los invitados es ajeno al resto del grupo asistente, el anfitrión debe “apadrinar” con especialidad a esta(s) persona(s). Hay que otorgarle una acomodación específica para que no quede divagando por el lugar sin saber dónde ubicarse. Asimismo, hay que introducir la persona ante los otros invitados y crearle un ambiente de familiaridad. Una buena forma de “romper el hielo”, es ubicar a este invitado junto a alguien con quien pueda compartir similitudes que faciliten el inicio de una conversación.
5. Cuando las personas se acomoden, se les debe ofrecer un aperitivo, aunque hay que saber identificar el momento justo para hacerlo: ni apresurar, ni postergar. Del mismo modo, se recomienda brindar las opciones disponibles de bebida, mas no preguntar ¿qué se te apetece tomar? Sino darle las diferentes posibilidades para puedan elegir.
6. Insistir cuando alguien no ha aceptado una bebida o canapé, es un acto fuera de lugar, hay que respetar los deseos de cada quien.
7. El decoro general de la casa, donde cada cosa esté en su lugar, donde hayan detalles encantadores e indudablemente una mesa bien puesta, hablan por sí solos de los dueños. Recordemos que el valor de los objetos no está determinado por su precio, sino por la composición adecuada de los mismos.
Los deberes del invitado
El asistente también demuestra sus buenas maneras a la hora de aceptar una invitación:
1. Confirmar la asistencia y hora estimada de llegada. Es un acto indispensable y de buena educación.
2. En algunas culturas se acostumbra que el invitado lleve un obsequio –no de gran valor económico- al dueño de casa, como muestra de agradecimiento por abrirle las puertas de su hogar.
3. Saludar a todas las personas que se encuentran en el recinto, así no las conozca.
4. Si existe una relación de confianza con el anfitrión, es adecuado ofrecerle su colaboración. Será un gesto amable y que habla muy bien de usted.
5. Al otro día del festejo, siempre debe haber un gesto de agradecimiento, como una llamada o mensaje, para expresar gratitud al anfitrión.
Fuente: protocolo.org