Las pequeñas bienaventuranzas de Joseph Folliet ofrecen un enfoque refrescante hacia la vida cotidiana. En un mundo lleno de preocupaciones y tensiones, estas palabras nos guían hacia la felicidad genuina y la serenidad interior.
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• Felices los que se ríen de sí mismos, porque nunca se les acabará la diversión.
• Felices los que no confunden un grano de arena con una montaña, pues se ahorrarán muchas preocupaciones.
• Felices los que saben descansar sin buscar excusas, porque están en el camino de la sabiduría.
• Felices los que no se toman muy en serio, porque serán más apreciados por los demás.
• Felices serán si toman en serio las cosas pequeñas y afrontan con calma las grandes: llegarán muy lejos en la vida.
• Felices si aprecian una sonrisa y olvidan un mal gesto, pues caminarán por el lado alegre de la vida.
• Felices si son comprensivos con los malos gestos de los demás; les considerarán tontos, pero ese es el precio del amor.
• Felices los que piensan antes de actuar y oran antes de pensar, porque evitarán muchos errores.
• Felices si controlan su lengua y saben sonreír, aunque les contradigan y les molesten; porque el Evangelio ha prendido en su corazón.
• Y, sobre todo, felices, si reconocen, en cada persona a Dios, porque la luz de la verdad brilla en su vida y han encontrado la verdadera sabiduría.
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Por Regino Navarro – LaFamilia.info
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