Por Prince Martínez / Blogs LaFamilia.info – 01.10.2018
Hace poco en una tertulia de amigas, una de ellas nos documentó sobre la importancia de la Inteligencia Emocional en el matrimonio.
Ella se basó sobre el estudio de Daniel Goleman, psicólogo de renombre internacional, reconocido por su trabajo sobre este tema en particular. En una de sus más recientes publicaciones titulada “Como ser líder», puntualiza los hallazgos respecto a la capacidades personales que producen un rendimiento sobresaliente dentro de las organizaciones.
Las destrezas relacionadas con la Inteligencia Emocional, mostraron ser el doble de relevantes que las capacidades técnicas y cognitivas. Cuanto más alta era la posición de una persona considerada como de magnífico rendimiento, más se percibía que sus capacidades relacionadas con la inteligencia emocional eran la razón de su efectividad. Cerca del 90% de las competencias que distinguen los lideres eran también atribuibles a esta capacidad, adicionalmente se encontró que las divisiones que dichos líderes dirigían sobrepasaban en un 20% los beneficios económicos.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Es la capacidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos. La persona, por lo tanto, es inteligente (hábil) para el manejo de los sentimientos. Gran parte de nuestras decisiones son influenciadas en mayor o menor grado por la Inteligencia emocional.
Los componentes de la inteligencia emocional son: autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y las habilidades sociales.
El matrimonio como empresa
El matrimonio es una empresa por lo tanto abordaremos la unidad matrimonial desde el entendimiento de la inteligencia emocional recurriendo a dos de sus componentes claves, el conocimiento de uno mismo y en como nos relacionamos con los demás.
Es humano ver siempre los problemas desde fuera de nuestro alcance. Es más sencillo “pasar el balón” que considerar seriamente ser los responsables, creemos que nuestra felicidad depende de lo que el resto del mundo alrededor brinde.
Conocimiento de uno mismo
Es el primer elemento sugerido por Goleman. No existe una manera más eficiente de mejorar lo que nos afecta, que haciéndonos responsables de nuestro propio conocimiento y crecimiento personal. Conocernos plenamente, sacar el tiempo para ello, es entonces la mejor inversión que podamos hacer. Es crecer interiormente, en palabras de Goleman: “una insistente conversación interior que nos libra de ser prisioneros de nuestros sentimientos y por tanto nos permite crear un ambiente de confianza, justicia, donde la productividad se eleva, las luchas se minimizan”.
Para concluir este primer componente, preguntémonos: ¿Me conozco bien? ¿Tengo claros mis puntos de lucha para mejorar? ¿Son el reflejo de lo que mis cercanos me han manifestado?
Cómo nos relacionamos con los demás
Es este el segundo elemento que propone Goleman. De lo que guardas en tu corazón brotan tus acciones. Goleman profundiza la empatía y la habilidad social, como competencias que fortalecen la forma en que nos relacionamos con los demás, tener profunda consideración de los sentimientos de los demás para tomar decisiones inteligentes y la habilidad social como la capacidad para construir relaciones.
En consonancia con el tema de la unidad matrimonial, podríamos decir que es la forma como nos relacionamos con nuestro cónyuge. Aquí alguna pautas que pueden ser útiles para fortalecer aún mas ese estrecho vínculo del que somos participes:
1. Paz y tranquilidad en el hogar son requisitos indispensables.
2. Aceptar los defectos del otro y respetar su libertad. Ámense como son, ambos se complementan, díganse las cosas con cariño.
3. Perdón, Perdón, Perdón. Es el secreto más grande, perdonarse mutuamente.
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Prince Martínez
Tulia Martínez de Barrios, más conocida como “La Prince” es Orientadora Familiar de la Universidad de la Sabana y Universidad de Navarra (España). Fundadora de los colegios de la Asociación para la Enseñanza, Aspaen en Cartagena, Colombia. Asesora y consultora en temas de dirección, administración y gestión de la educación