Por LaFamilia.info
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Además del ser el lugar donde se adquieren los conocimientos académicos, el colegio es el segundo hogar de los hijos, pasan más tiempo allí que en su propia casa.
Es en el colegio donde se aprenden habilidades y destrezas con la orientación de los maestros, donde se forman las relaciones de amistad que perduran por el resto de la vida, donde las únicas lecciones no son las de inglés, matemáticas, literatura, ciencias… también aquellas sobre virtudes y valores que marcan el carácter y moldean la personalidad de los seres humanos.
De modo que es una decisión que no se puede tomar a la ligera; se debe hacer un proceso de selección cuidadoso. Los sicólogos y orientadores coinciden en que lo primero que deben hacer los padres es pensar qué es lo que realmente buscan en la educación de sus hijos. Tener claridad sobre este punto específico, facilitará las cosas.
Los expertos también explican que no todos los colegios son para todos los niños, se debe conocer muy bien el carácter y personalidad de los hijos para saber qué colegio les suplirá sus necesidades académicas y humanas. La visita a los colegios, participar en los procesos de selección, conocer los docentes, los estudiantes; son medidas que pueden ayudar a tomar la decisión.
Al momento de elegir el colegio para los hijos, las ofertas son múltiples, ¿qué factores se deben tener en cuenta? Proponemos los siguientes:
1. El presupuesto
Tal vez sea el punto de partida de la decisión. Seguramente todos los padres quieren darle lo mejor a sus hijos y sobre todo cuando se trata de la educación académica, pero también hay que mirar las posibilidades económicas de la familia, teniendo en cuenta que cada año hay un incremento en el valor de la matrícula. Es necesario que los cónyuges revisen su presupuesto familiar y se planteen el valor que puedan pagar por el colegio de sus hijos.
2. La personalidad de los hijos
Sus talentos, personalidad, gustos. Aunque ahora los niños ingresan al campo escolar a tempranas edades, ya desde pequeños van mostrando unos rasgos y aficiones que los padres deben identificar. Por ejemplo hay niños que requieren de sistemas educativos estrictos y habrán otros que solicitan un trato personalizado como es el caso de los colegios con pocos estudiantes. Lo ideal es que se examinen las necesidades especiales de los hijos, para buscar así una institución que pueda suplir dichos requerimientos.
3. La calidad académica
Es otro punto muy valorado por los padres. Hay formas de medir esa calidad como son las posibles certificaciones que haya logrado la institución, la participación de los estudiantes en ferias o publicaciones, los resultados de los exámenes nacionales, la reputación en el medio, la experiencia de los egresados, entre otros.
4. La educación bilingüe
Sin lugar a dudas el aprendizaje de un segundo y hasta tercer idioma es una exigencia del mundo moderno. Y son las primeras edades donde más se interioriza la capacidad de aprender una lengua diferente a la natal.
5. La formación en valores humanos y espirituales
Lo más recomendable es que se elija un colegio con los mismos valores humanos y formación religiosa que se imparte en casa. Escuela y familia son aliados, ambas partes deben coincidir frente a campos tan importantes como el humano y espiritual. Por lo tanto, los padres deben sentirse plenamente identificados con el colegio, ya que tienen un proyecto común de educación, el cual debe ser coherente y retributivo.
6. La ubicación y las instalaciones
Todos queremos ambientes agradables para nuestros hijos y para algunos padres este es un criterio que tiene su peso. Revisar las condiciones en que se encuentra la infraestructura del colegio, las zonas de estudio y de recreación, son algunas de las tareas que pueden ejecutarse.
¿Cómo ponerse de acuerdo?
Puede suceder que la madre quiera un colegio y el padre prefiera otro; en ocasiones esto puede desatar discusiones en la pareja. Pero no se puede dejar de lado el propósito principal: el bienestar y futuro de los hijos.
Se debe poner en una balanza los aspectos que se consideran prioritarios en orden de importancia y analizarlos con cabeza fría, no sólo desde las perspectivas individuales sino desde el punto de vista como familia. Finalmente hay que buscar el consenso y evitar que esta decisión ocasione deterioros en la relación.