La fiesta de los Reyes Magos es comúnmente llamada Epifanía, palabra que en griego significa manifestación, en el sentido de que Dios se revela y se da a conocer.
La Iglesia celebra como Epifanías tres manifestaciones de la vida de Jesús: la Epifanía ante los magos de oriente (manifestación a los paganos), Epifanía del Bautismo del Señor (manifestación a los judíos) y la Epifanía de las bodas de Caná (manifestación a sus discípulos).
En este caso fueron hombres sabios que vinieron del Este, lo cual puede ser una referencia a Arabia, Mesopotamia o algún lugar más al este de Palestina.
Los expertos afirman que el hecho de que fueran guiados por una estrella, sugiere que fueron instruidos en astrología o en la ciencia de la navegación y en el cálculo del tiempo por medio de las configuraciones estelares.
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Los magos aparecen, en su primera época, como una casta sacerdotal de Media y Persia. Además se dedicaban al estudio de la sabiduría. Fue el escritor y teólogo del siglo III Orígenes, uno de los tres pilares de la teología cristiana, quien propuso por primera vez que fueran tres magos en razón de los tres dones ofrecidos al niño.
En el arte los comenzaron a presentar como reyes desde el siglo VIII, mientras que en las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila, desde comienzos del siglo II, los representa solo como nobles persas, señala.
A partir del siglo VIII, los Reyes Magos recibirán nombres, con algunas variaciones. Los primeros fueron Bithisarea, Melchior y Gathaspa.
Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello, en su obra Pontificalis Ecclesiae Ravennatis. Ya en la Edad Media fueron incluso venerados como santos.
La escena de los magos adorando al niño Jesús se convirtió en el tema favorito en el arte de los bajorrelieves, miniaturas y vitrales. En muchos hogares los tres Reyes Magos forman parte de la decoración navideña.
*Publicado en National Geographic