Desde LaFamilia.info queremos rescatar y resaltar la importancia de la figura paterna en la familia, dado que su rol es irreemplazable en el desarrollo afectivo y emocional de los hijos.
Así lo aseguran numerosas investigaciones y autores, entre ellos, el psicoterapeuta y filósofo italiano, Piero Ferruci, quien en su libro «Nuestros maestros los niños», aborda esta temática desde la relación del hombre con su mujer y su influencia en el vínculo padre-hijo.
En un artículo publicado por pildorasdefe.net, Piero Ferruci, señala lo siguiente: «Ha hecho falta tiempo, pero al final me he dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación con mi mujer. No puedo tener con ellos una buena relación si mi relación con ella no es buena».
Su experiencia clínica le ha demostrado que «cada ser humano es el resultado de la relación entre dos individuos: su padre y su madre. Y esa relación sigue viviendo dentro de nosotros como una armonía bellísima o como una laceración dolorosa.
La relación entre nuestros progenitores -dice Ferruci- nos constituye en lo que somos. Y esto es verdad también en la época de la familia dormitorio, de los progenitores ´single´, de la fecundación artificial, de la manipulación genética, de los vientres de alquiler, de los bancos de espermatozoides… Un niño siente con todo su ser la relación entre sus progenitores, sea cual sea, la siente en sí mismo. Si la relación está envenenada, el veneno circulará por su organismo. Si la atmósfera no es armoniosa, crecerá en la disonancia. Si está llena de ansias e inseguridades, también su futuro será incierto» .
La conclusión entonces parece clara: si quieres ser un buen padre, sé un gran marido. Si quieres ser una buena madre, sé una gran compañera para tu marido. Esto que parece simple, en la práctica no lo es. ¿Por qué? Ferruci responde con gran humildad: «A veces he olvidado esta realidad. He tenido demasiada confianza. Sabiendo que nuestra relación va bien, la he dejado allí».
Abandonada la relación a su propia suerte, pronto aparecen los disgustos, las recriminaciones. Cuando un matrimonio reacciona a tiempo y recupera lo bello de su amor, los primeros en darse cuenta son los hijos. Y cuenta su propia experiencia, después de una temporada en que, obsesionado por escribir sus libros, comenzó a levantarse a las 5 de la mañana y a pasar el día rabiando por el ruido y las interrupciones:
«Comencé a sentirme deprimido, algo no andaba bien. Al fin comprendí lo que sabía pero no quería admitir. El orden de mis prioridades estaba equivocado. Decidí devolver a Vivien, mi mujer, un marido que no se cayera de sueño. Después ocurrió algo sutil y sorprendente. Mejoró la relación entre Emilio [su hijo] y Vivien. No es que fuese una relación mala, pero había algo que no me gustaba. A menudo Emilio era descortés con ella y hablaba conmigo como si Vivien no existiera, ignorándola como el machista más encallecido. Después lo he entendido: Emilio me mostraba cuál era mi actitud hacia Vivien… Era yo quien la transformaba en una sombra. Por fortuna me di cuenta a tiempo».
¿Cómo mantener y mejorar constantemente la relación conyugal?
El autor italiano es un gran romántico y cree que la fuente de amor para los esposos radica en el recuerdo de sus mejores momentos.
«Al contrario de lo que muchos piensan, yo creo que el hecho de enamorarse es el instante más auténtico de la relación entre dos personas; es cuando ellas ven que todas las posibilidades se abren ante ellas, cuando tocan la esencia y belleza del amor… Ante los ojos de mi mente desfilan nuestros momentos más luminosos: el primer paseo juntos, la decisión de casarnos una tarde de septiembre, Vivien que acude a recibirme al aeropuerto un día de lluvia. el concierto durante el embarazo de Emilio…
Todo eso es el origen, la fuente: el lugar en que todo va bien y es perfecto. Resulta positivo regresar de vez en cuando a los orígenes y beber de aquella fuente de agua pura».
Fuente: pildorasdefe.net por María Esther Roblero