Por Antonio Gervas / 18.10.2019
Foto: Freepik
Pienso que todos los profesores son afortunados por poder llegar a conocer y ayudar a cada alumno; pero son especialmente dichosos los profesores de educación física, artística o música.
Y lo creo porque el currículum de sus materias les permite ver a sus alumnos fuera de las rutinas de otras áreas más teóricas. Ellos pueden observar cómo interactúan con los compañeros, cómo interpretan, por ejemplo, la realidad a través de un dibujo o cómo responden a las reglas de los juegos propuestos.
Aprender de una manera lúdica tiene la enorme ventaja de que la atención puede mantenerse de una forma no intencionada y prolongada. Además las experiencias vividas a través del juego se graban en la memoria con mayor intensidad que las que derivan de las rutinas.
Pero no sólo los profesores. Los padres tienen, en el tiempo libre, una ocasión fantástica para educar a los hijos, a través de su ejemplo, en aficiones sanas, entretenidas, intelectuales y formativas. Gracias al tiempo libre compartido el niño puede conocer una versión muy interesante y divertida de sus progenitores.
El intenso ritmo del día a día en los hogares hace que sean pocos los momentos para la distensión compartida; sin embargo, a todos les gusta el buen ambiente que se genera pensando en un plan para realizar en familia o mientras se lleva a cabo la actividad o reviviendo los momentos una vez realizada. Incluir en el calendario familiar actividades y tradiciones facilita que en casa haya mucha ilusión y muchas sonrisas.
Hay tiempo para todo: las lecturas, las manualidades, las colecciones, los videojuegos, el teatro, el cine, los deportes, los juegos de mesa, las salidas culturales, las excursiones…las redes sociales son un medio fantástico para captar ideas con las que poder sacar partido al tiempo libre. Pero también interesa ver cómo los hijos ocupan su tiempo libre y habrá ocasiones en las que los padres tendrán que ayudar a sus hijos a organizarlo. Preocupa en este punto cómo usan los hijos las tecnologías. Y especialmente cuando su uso impide seguir realizando actividades que antes sí se hacían.
El colegio puede ayudar a las familias orientando y sugiriendo ideas en función de la edad de los hijos.
Por otro lado, observar a un niño revela información valiosa pero observarle mientras juega es todavía mejor y esto es así porque te permite ver:
– Cuáles son sus gustos.
– Quiénes son sus mejores amigos.
– Cómo respeta, o no, las normas establecidas, al árbitro o al entrenador.
– Cómo se esfuerza con nobleza
En definitiva ya se ve que lo pasárselo bien es un tema muy serio.
*Colaboración de Antonio Gervas de la Pisa para LaFamilia.info. Antonio es casado, padre de tres hijos y Profesor de vocación. Máster en Dirección de Centros Educativos y actualmente es Director de Primaria de un colegio en Madrid, España.