Varios estudios confirman que cada vez son más las mujeres que prefieren aplazar su maternidad por diversas razones, no obstante, una gran mayoría de médicos aseguran que la edad de la mujer es determinante en el proceso de concepción.
Durante largo tiempo se ha debatido en el campo de la medicina sobre las implicaciones de un primer embarazo después de los 35 años, entre las que se encuentran la esterilidad y las posibles enfermedades que pueden desarrollarse en el bebé y en la madre.
Según los especialistas, a partir de los 30 años el número de ciclos ovulatorios disminuye y por tanto el porcentaje de fertilidad baja hasta en un 40%, la posibilidad de esterilidad es seis veces más alta que a los 20 y vuelve a duplicarse a los 40. Después de los 45 años, hay muy pocas probabilidades de quedar embarazada utilizando los propios óvulos, en parte debido al inicio del climaterio o pre-menopausia, en la cual hay un cese permanente de la actividad ovulatoria del ovario.
“Cuanto mayor es la edad de una mujer que desea ser madre, menor es la probabilidad de conseguir un embarazo y mayor es el riesgo de que surjan complicaciones después”, informa Bernat Serra, jefe del servicio de obstetricia de USP Institut Dexeus.
Dificultades en la gestación después de los 40 años
Al entrar a los 40 años, hay más probabilidades de desarrollar problemas como hipertensión arterial, alteraciones del metabolismo de los azúcares (diabetes gestacional), alteraciones placentarias, complicaciones al momento del parto, así como trastornos cromosómicos entre los que se encuentra el Síndrome de Down.
“Las mujeres de más de 40 tienen un mayor riesgo de dar a luz a un bebé con bajo peso o un bebé prematuro. Los porcentajes de bebés que nacen sin vida son también más altos y los estudios demuestran que los niños nacidos de mamás de más edad presentan un mayor riesgo de diabetes del tipo 1 e hipertensión arterial”, afirman los expertos de Baby Center España.
Fuera de las condiciones físicas, el retraso de la maternidad también acarrea otro tipo de consecuencias:
• El ciclo natural de los seres humanos implica una baja en la vitalidad y energía con el paso del tiempo, por tanto, comenzar a educar hijos a los 40 años o más, puede ser más fatigoso para los padres.
• También en los hombres hay algunos inconvenientes que se presentan con la edad. Aunque ellos son físicamente capaces de generar vida después de los 60 e incluso años después, la calidad del esperma se deteriora con la edad y el porcentaje de defectos genéticos es más alto que con el esperma de hombres más jóvenes.
• En cuanto al tema financiero, la edad para la jubilación podría postergarse unos años más, pues si previamente no se ha hecho un ahorro juicioso y programado que permita solventar las necesidades materiales de los hijos, será más difícil hacerlo en la etapa productiva como es de los 20 a los 48 años.
• Igualmente los seguros de vida y salud, también tienden a subir su precio con el paso de los años del beneficiario.
Beneficios de ser padres jóvenes
“Jóvenes” no quiere decir “adolescentes”, sino una edad óptima en donde el hombre y la mujer en su condición de esposos, tengan la madurez necesaria para concebir un hijo. En la juventud todo está dado para garantizarle a la nueva vida unas condiciones físicas y sicológicas necesarias para la educación y la crianza.
En síntesis, un hijo siempre será recibido como una magnífica bendición sin importar la edad, aunque el cuerpo de la mujer esté en mejores condiciones en su plena juventud.
Con asesoría de la Dra. Catalina Trujillo de Cano, MD. Clínica Universitaria Teleton
Fuentes: guiainfantil.com, lavanguarida.es, babycenter.es