El hecho de que muchas madres desistan de dar el pecho a sus hijos, se debe, más que a las dudas, «a las falsas creencias y a los mitos heredados sobre la lactancia», según afirman Inma Mellado y Juana María Aguilar, dos expertas en el tema.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que la lactancia es la mejor vía de alimentación que puede recibir el bebé durante sus seis primeros meses de vida. Sin embargo, “ha habido una época en la que se creía que la leche de fórmula era mejor que la materna” explica Juana María Aguilar, enfermera coordinadora de Lactancia Materna del Hospital Materno-Infantil del 12 de Octubre de Madrid.
Esta especialista junto a Inma Mellado, consultora acreditada de Lactancia Materna, destierran al diario ElMundo.es, algunos de los mitos más extendidos sobre la lactancia.
Mi pecho es pequeño, puede que no tenga suficiente leche. Falso.
No se tiene más o menos leche en función del tamaño del pecho. El tamaño lo define la grasa, no los conductos que ‘fabrican’ leche. De hecho, el pecho produce tanta leche como el niño necesita. Para asegurar la producción basta con encontrar la postura correcta, y que el bebé haga tomas frecuentes.
Tener los pezones planos o invertidos va a hacer casi imposible la lactancia. Falso.
Los pezones van sufriendo cambios al final del embarazo y durante la lactancia. Además, los niños no se enganchan sólo del pezón, sino de una buena cantidad de pecho que puede abarcar toda la areola, según el tamaño de la misma. No obstante, si existe dificultad, se puede buscar la ayuda de un profesional experto en lactancia.
Hasta que me suba la leche, tendré que darle el biberón. Falso.
Al principio, el calostro (la primera leche) es todo lo que necesita el bebé. Son muy pocas las mujeres que no tienen nada de leche.
Creo que mi leche es acuosa y no alimenta. Falso.
La leche de todas las madres alimenta. Es verdad que cuando se inicia la toma, la primera leche que sale tiene más cantidad de agua y azúcares. Después de un rato de succión y vaciado, se hace más espesa por tener más contenido en grasas que sacia y engorda.
Para tener más leche, tengo que beber mucha leche. Falso.
La producción de leche aumenta o disminuye en función del vaciado del pecho, no de los alimentos que se toman.
Las tomas empiezan a ser más frecuentes de lo habitual, quizás mi bebé se queda con hambre. Falso.
Unas veces querrán comer más y otras tienen sed y necesita mamar sólo un poco, sobre todo en temporadas de calor. También puede deberse a los brotes de crecimiento. Los niños pueden volverse más demandantes para que la madre aumente la cantidad de leche que ahora necesita. Después de dos o tres días, se recupera un ritmo más relajado sin necesidad de añadir biberones extra.
Ya no noto el pecho ‘lleno’, puede que no tenga suficiente leche. Falso.
Al final, casi todas las dudas terminan en la misma pregunta: ¿tendré suficiente leche? Según la enfermera, es normal sentir el pecho menos hinchado con el tiempo, pero esto no indica menos producción. La producción depende de las tomas del bebé.
Con el sacaleches, me extraigo poca cantidad. No puedo continuar con la lactancia. Falso.
La extracción manual, con o sin sacaleches, no sirve para medir la cantidad de leche que tiene cada mujer, un bebé bien enganchado sacará mucho más.
Vuelvo a tener la menstruación, el fin de la lactancia materna. Falso.
La producción de leche se mantiene mientras haya estimulación y vaciado de las mamas hasta que la madre y el bebé quieran.
El estrés puede ‘cortar’ la leche. Falso.
Al final, muchos miedos tienen la misma explicación y es que la producción de leche se mantiene mientras haya estimulación y vaciado de las mamas.
El aumento de peso del bebé no es tan rápido como se espera. No se está alimentando bien. Falso.
Cada niño tiene un patrón de crecimiento. No todos tienen que crecer con los mismos patrones.
Con seis meses, el bebé es muy mayor ya para tomar pecho. Falso.
La OMS y la Asociación Española de Pediatría recomiendan la introducción de alimentación complementaria al pecho a partir de los seis meses, pero es eso, complementaria, subraya Juana María Aguilar. Primero el pecho y después lo demás poco a poco. Hasta el año de vida, la leche de madre sigue siendo el alimento principal. Cuando el niño come de todo sigue siendo la principal fuente de leche hasta los dos años o más.
Tras la incorporación laboral ya no es posible continuar con la lactancia materna. Falso.
Depende de muchos factores, el tiempo que pasan la madre y el bebé separados, si la madre hace extracción durante ese tiempo, si la persona que se queda al cargo puede darle nuestra leche, de la edad del bebé y la expectativa que tengamos. En algunas ocasiones, por las circunstancias, la madre opta por una lactancia complementada o mixta.