Un informe del Centro de Investigación Pew, afirma que el 80% de los usuarios han buscado información sobre salud en internet. Los médicos aseveran que este tipo de búsquedas en la web pueden crear confusión en los pacientes y motivarlos al autodiagnóstico.
Indagar en internet sobre la terminología médica, tratamientos o síntomas de alguna enfermedad específica, es cada vez más usual entre los cibernautas. Este recurso, que se ha convertido en el preferido de muchas personas, en ocasiones ha llegado a sustituir el asesoramiento de un experto.
El hecho es que ahora con un solo clic tenemos un mar de información, el problema es que no toda es verás, y aunque sí lo fuera, el desconocimiento en el tema puede causar descuido frente a algo que sí requiere atención; o al contrario, ante un suceso carente de gravedad, puede mostrarse alarmante cuando en realidad no lo es. Tal como ratifica otro estudio publicado por la cadena BBC Mundo: “Estas búsquedas en internet tienen el potencial de aumentar los temores de la gente, por ejemplo haciéndola pensar que un dolor de cabeza es provocado por un tumor cerebral.”
Los especialistas explican que ceñirse a los criterios presentados por la web puede resultar peligroso, debido a que cada paciente es único y por lo tanto no existe un diagnóstico universal para todos los que comparten una enfermedad. Incluso un mismo tratamiento puede ser efectivo en una persona y en otra no.
Además cuando se busca información sobre salud en internet, la mayoría de las veces se trata de información para uno mismo o para la familia, involucrando emociones y sentimientos que pueden distorsionar aún más las cosas.
Recomendaciones para una búsqueda responsable
Si bien la red presenta contenido apreciable y valioso para educar a las personas, también existen fuentes poco confiables que ofrecen información sin validación médica. Por eso, acudir al especialista siempre será la mejor opción y más cuando se trata de algo tan preciado como la salud. No obstante, al ser una práctica casi inevitable, se brindan algunas pautas:
Consultar al profesional médico. Es la primera y más importante sugerencia, es la mejor vía para conocer la verdad e importancia de una enfermedad. Reemplazar la web por la atención médica siempre es un error.
Fuentes confiables. Buscar en sitios que terminen con el dominio .org o .edu y además buscar quién respalda la información. A ello se refiere el doctor Kevin Pho: “Existe mucha información proveniente de empresas que desean vender productos o lograr sus objetivos en la red”, dijo en un artículo de CNN.
Cuidado con los foros. Según el estudio Pew, el 34% de los usuarios de internet ha buscado y leído sobre las afecciones médicas de alguien más en sitios, blogs y grupos de noticias. En este tipo de sitios las personas comparten sus experiencias pero no hay plena seguridad que sean ciertas, o aunque sean reales, pueden causar alarma sin necesidad.
Sinceridad con el médico. Algunos pacientes no le cuentan al médico sobre sus hallazgos en la web, pero con mayor razón se le debe informar para que él confirme si son serios o falsos. “Realmente aprecio cuando los pacientes traen información que encontraron en internet, ya que eso me permite guiar mis instrucciones y plan de tratamiento basándome en sus verdaderas preocupaciones” Es la opinión del Dr. Burgert también en el escrito de CNN, y añade: “La gente se asusta cuando piensan que están enfermos o heridos, y desean utilizar múltiples fuentes de información para ayudarse. El internet añade ese valor extra a la experiencia del médico para lograr esta meta”.
Fuentes: Informe del Pew Research Center, BBC, CNN