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Gracias al autocontrol, el ser humano es capaz de regular sus impulsos, emociones, deseos y acciones; y para lograrlo, se requiere de un conjunto de prácticas que pueden aprenderse y desarrollarse con la experiencia.
El libro “El Autocontrol Emocional” de Natalio Extremera y Pablo Fernández, presenta las siguientes pautas generales para una regulación emocional sana, las cuales se pueden aplicar a diversas situaciones y así evitar un momento de descontrol propio:
1. Si quieres, puedes
Lo primero es generar en nosotros mismos un sentimiento de auto-eficacia, es decir, creer plenamente que podemos reparar las emociones negativas cuando surjan sin dejarnos llevar por los arrebatos de la ira, los bajones emocionales o el nerviosismo inespecífico.
Los estudios han demostrado que las personas que creen que pueden reparar sus emociones negativas se manejan mejor en situaciones estresantes, son más optimistas y con mayor satisfacción personal y familiar; mientras que las personas con baja auto-eficacia suelen manifestar mayores respuestas evasivas, más síntomas depresivos y ansiosos e, incluso, problemas físicos, sociales y de pareja.
2. Analiza la situación y lo que provoca emocionalmente
El siguiente paso es observar y “saber escuchar” los estados de ánimo con exactitud. Consiste en analizar la situación y las emociones que provocan. Es la llamada “introspección”, es decir, reflexionar sobre nuestro estado emocional para adquirir conocimientos sobre las consecuencias de nuestras emociones (pensamientos, sentimientos, actividad fisiológica…) y las causas de nuestras experiencias emocionales. Como resultado de este ejercicio, desarrollaremos la habilidad para comprendernos y entender mejor las relaciones con nuestro entorno.
3. Identifica qué puedes regular para evitar impulsos descontrolados
El paso a seguir es identificar y discriminar aquellos estados emocionales negativos o positivos que requieren regulación. El conocimiento de las emociones permite desarrollar nuestras propias teorías de por qué y cómo los estados emocionales surgen en diferentes situaciones.
4. Crea tu propia lista de cosas que te hacen sentir relajado, feliz o animado
Enumera una lista de acciones que alivien tu estado de ánimo. Por supuesto, éstas variarán en función de si lo que queremos es levantar nuestro ánimo, controlar nuestros impulsos agresivos o disminuir nuestro nerviosismo. De esta manera, estarás más preparado para confrontar eventos futuros poco agradables y disfrutar con actividades que te diviertan.
5. Elige sabiamente qué hacer y cómo
Elige aquella táctica que creas que dará mejor resultado en la situación en la que te encuentres. Es conveniente no dejarse llevar por los beneficios rápidos y a corto plazo y sobrepasar mejor las ventajas a largo plazo. No obstante, cualquier estrategia que utilicemos debe cumplir unas condiciones elementales como son el respeto de nuestros derechos y de los demás, que no implique daño a otras personas y, en muchos casos, que sean social y culturalmente aceptadas.
6. Evalúa si los objetivos propuestos se han cumplido
Por último, evalúa la efectividad de la estrategia emocional utilizada. Muchas personas reaccionan descontroladamente a sus experiencias cotidianas y luego se lamentan de su actuación. Esta reflexión facilita el funcionamiento personal y social.
Fuente: Libro «El Autocontrol Emocional», Natalio Extremera y Pablo Fernández, Ed. Panamericana