Sentir temores o miedos es algo natural, sin embargo, cuando éstos se vuelven incontrolables y empiezan a afectarnos más de lo normal, es cuando surge el verdadero conflicto.
El miedo es el sentimiento que surge como respuesta a un peligro o amenaza, real o imaginario. Es un mecanismo de defensa, es la expresión de nuestra dificultad para lograr la armonía entre lo que somos y lo que queremos ser.
¿Por qué surgen los miedos?
Numerosas investigaciones demuestran que el ser humano nace libre de miedos, pues él los aprende a lo largo de la vida. ¿Y de qué o quién los aprende? Del entorno en donde se desarrolla la persona, de los padres, demás familiares, de la educación, y de la sociedad en general. Por ende, la educación cumple un papel determinante en la transmisión y/o percepción de los medios, pues como vemos, algunos de éstos son transmitidos.
Sin embargo, hay varios orígenes de los miedos. Otros por ejemplo, surgen a partir de situaciones traumáticas, trastornos, vivencias pasadas, las cuales dejan secuelas en la vida de las personas provocando inseguridad, falta de confianza en sí mismo y baja autoestima.
En última instancia, existen otros miedos propios del carácter y la personalidad, que están arraigados a la forma de ser.
Tipos de miedos
No todos los miedos son iguales, hay varios tipos y de acuerdo con eso, diferentes tratamientos:
Miedo y ansiedad: existe una diferencia entre el miedo y la ansiedad. El primero se refiere a sentimientos de temor sobre peligros de carácter tangible del mundo exterior, mientras que la segunda se relaciona con sentimientos de temor difíciles de vincular a fuentes tangibles de estimulación; sus orígenes son inciertos. La ansiedad se siente siempre y cuando las respuestas producidas ante una señal de peligro sean ineficaces, y se mezcla a menudo con el miedo. A la ansiedad se le ha llegado a llamar «miedo sin objeto».
Los agudos: son provocados por estímulos o situaciones tangibles y que se disipan con facilidad cuando se retira o evita el estímulo que los ha originado. Por ejemplo, miedo a algún animal, a las alturas, al odontólogo.
Los neuróticos: son los que bloquean nuestras capacidades. Estos miedos neuróticos nos paralizan y nos impiden dar la respuesta adecuada para superarlos. Son miedos internos, propios.
Los crónicos o fobias: son más complejos y pueden estar o no ligados a un origen tangible que los provoque. Las fobias son miedos desproporcionados que requieren ser tratadas por un profesional especialista en el tema.
Miedos más frecuentes
Son muchos, sin embargo, analizaremos los cuatro más relevantes:
- Miedo al rechazo social: es el temor a no sentirnos aceptados y amados por los que nos rodean por el hecho de mostrarnos ante ellos como seres limitados y con frecuencia incongruentes. Este miedo viene principalmente de situaciones pasadas de la infancia, cuando fuimos rechazados y humillados; la angustia existencial que vivimos todas las personas en algún momento; el temor a ser rechazados en el futuro y el temor a no dar la talla de los que los demás esperan de nosotros.
- Miedo al cambio: miedos a los cambios producidos en nosotros, en las personas que nos rodean o a las áreas que más nos afectan, como el trabajo, la familia, etc. Tenemos miedo a presentarnos ante los demás como somos, con nuestros aciertos y fracasos. Miedo a que los demás no se adapten a nuestra forma de ser.
- Miedo a la soledad: es uno de los miedos más universales. Muchas veces nos refugiamos en el primero que llega para escapar de nuestra soledad, cayendo así en una relación de apego y no de amor.
- Miedo al mal, al sufrimiento y a las pérdidas: guerras, violencia, terrorismo, hambre, catástrofes naturales, desempleo, muerte, carencia de salud, conflictos…
Cómo superar el miedo
Hay que ir poco a poco, para superar el miedo se necesita un proceso que requiere voluntad y firmeza.
Algunos psicólogos aseguran que la mejor manera de superar los miedos es irse exponiendo a ellos poco a poco. Sin embargo, antes de hacer esta exposición, deberá seguir las siguientes indicaciones:
Para empezar a trabajar el miedo, lo primero que debe hacer es reconocer y aceptar que tiene miedo. Aunque suene fácil, es este primer paso el que obstaculiza su superación.
Segundo, deberá auto-examinarse para identificar a qué le teme, encontrar la causa. Una vez identificada, determine qué puede hacer, cambiar o eliminar en su vida para afrontar ese miedo.
También, tendrá que fortalecer varios aspectos de la personalidad que en varias ocasiones son las que impiden el destierro del miedo como: la auto-estima, la seguridad y confianza en sí mismo. Es importante además que la persona esté en plena disposición de cambiar esa atadura que le provoca el miedo, que se convenza de que es capaz y se fortalezca espiritualmente para lograrlo.
Fuentes: buzoncatolico.com, ayuda-psicologica.info